En el zócalo de la capital de país, antes de que se cumpliera un mes de la desaparición forzada de 43 jóvenes, fue escrita la sentencia de: "Fue el Estado". Las consecuencias de dicha expresión son muy graves, ya que señala la participación de las instituciones que representan el pacto ciudadano para administrar por lo público, incluida la seguridad.
"Fue el Estado", escrito con letras blancas en uno de los ángulos de la plaza símbolo del centralismo de la sociedad mexicana, es la versión encrudecida de "Estado Fallido". Esta última expresión designa, según un estudio de la Universidad de Princeton coordinado por Robert Rotberg en 2004, la incapacidad de las instituciones gubernamentales de tener el control territorial de un país, garantizar seguridad de los que están dentro de ese territorio y el uso legítimo de la fuerza pública.
"Fue el Estado", expresión hecha grafiti político en la plaza pública, es también una evolución en la conciencia crítica de una sociedad porque ya no es la comunidad internacional la que señala a un aparato de gobierno como débil o fallido, con todas las complicaciones conceptuales e intereses económicos que están en el contexto de esas expresiones, sino que es una minoría que coincide en aceptar, que lo que debería ser un pacto a favor de los ciudadanos, se ha convertido en un aparato que realiza actos en perjuicio de derechos humanos.
A tres días de que se cumpla un año de la desaparición forzada acontecida en Iguala deseamos plantear la pregunta: ¿Hasta cuándo la sociedad mexicana abandonará las instituciones que engendró en otro contexto y que hoy dan muchos signos de caducidad? ¿Qué hace falta para dar el paso de señalar un Estado fallido o criminal para entrar a una estado de autocrítica?
Estará perdida aquella sociedad que se conforme con señalar a una minoría como absoluto responsable de los desastres humanitarios cometidos dentro del territorio reconocido como nacional. Signo de su derrota es la concentración de la atención pública y de la movilización entorno al caso de la desaparición de 43 jóvenes en 2014 y no haber tenido mayor capacidad de respuesta ante las 24,809 personas reconocidas oficialmente como desaparecidas en el periodo 2006-2012.
Será fallida aquella sociedad que considere que sólo le faltan 43 de sus miembros, cuando al menos en Coahuila la organización de Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (FUUNDEC) reconoce el caso de 367 desapariciones forzadas entre los años 2007 y 2014. Sólo el Municipio de Torreón, que ocupa el segundo lugar en recurrencia, con 59 desapariciones superará el caso de Iguala, Guerrero.
El Centro Nacional de Memoria Histórica colombiano en su informe publicado en 2012 analizó las consecuencias generadas por la desaparición forzada. En sus resultados afirma que el impacto de la impunidad de los perpetradores es similar a la indiferencia social. Hace tanto daño a las víctimas el actor violento, sea un representante del Estado o cualquier otro, como la pasividad y la incapacidad de reacción de la mayoría de la sociedad.
El Museo de la Memoria y Tolerancia de la ciudad de México, propone el ejercicio de mostrar análogamente los entretenimientos de la sociedad alemana y la mexicana en general, mientras el gobierno de la primera asesinaba sistemáticamente judíos. Hace una demostración visual de lo indiferente que puede ser la mayoría de una sociedad frente a los genocidios.
Las instituciones están en crisis, en parte, porque no ayudan a la sociedad a entrar en un proceso humanizador que aporte sentido al colectivo. Así que quizá para tipificar una sociedad en decadencia se pueda indagar sobre: ¿Qué se enseñaba en las escuelas mientras desaparecían miembros de la sociedad?, ¿qué se predicaba en las iglesias mientras el prójimo era extorsionado, golpeado, asesinado o desaparecido?, ¿qué se reflexionaba en las universidades mientras se violaban derechos humanos de la juventud?
Qué se podrá decir en el futuro de la sociedad lagunera que convivió con el fenómeno de la desaparición forzada. Quizá se diga que nos entreteníamos con conciertos en la Plaza Mayor, que discutíamos leyes para cuidar animales mientras desaparecían seres humanos, ¿seremos catalogados cómo una sociedad fallida?
@dtdavid