Reconfortante fue ver a Alejandro González Iñárritu pasar a recoger tantos Oscar en uno de los eventos más vistos y con mayor influencia en todo el mundo. Pero sobre todo su discurso final tras recibir el más importante, el de Mejor Película: "Ojalá los mexicanos podamos tener el gobierno que nos merecemos".
De inmediato los tan cínicos políticos comenzaron a reaccionar. A quienes más les cayó el pesado saco tuitearon en su defensa. Otros, los colgados de siempre, se desvivieron en felicitaciones tal como hicieron el año pasado cuando Alfonso Cuarón subió por su estatuilla. Felicitar a un mexicano que por méritos propios ha alcanzado la cima del mundo y querer subirse a ese barco, es de lo más cínico que he visto.
Por un lado el cine ha puesto muy en alto el nombre de México, por logros individuales de gente que tuvo que ir al extranjero a encontrar las oportunidades que en este país no hubo. Por otro, México hizo el ridículo cancelando el Mundial de Natación, que por falta de fondos. Dinero que no hay para promover el deporte en un país en que los lujos, el gasto excesivo, las grandes casas, aviones privados, propiedades en el extranjero, gasto desmesurado en propaganda y sinfín de atrocidades económicas que se van en el despilfarro, pero a la hora de organizar un evento que aportará turismo, prestigio, imagen, y lo más importante, que promoverá el deporte en los jóvenes que tan cercanos están en la actualidad a tomar un mal camino, las autoridades dicen que no, que no hay dinero y que hay que cancelarlo, como ya se cancelaron tantas cosas que han dado de qué hablar en todo el mundo. Ya hasta el Papa le anda diciendo a sus compatriotas argentinos que por favor no se amexicanen. ¡Qué pena, qué pena!
Pero eso sí, y ha ocurrido tantas veces, apenas un deportista mexicano tiene un logro en el extranjero, como digamos la medalla olímpica de la selección de futbol en Londres, y andan todos los burócratas mantenidos tuiteando que qué orgullo y que qué padre y que vamos México. No pos sí.
Mexicanos talentosos sin duda existen. Políticos mexicanos en definitiva los hay, ¡de hecho es el país en donde más diputados y senadores hay en el mundo! Afortunadamente en el resto del planeta conocen los nombres de nuestros triunfadores, de nuestros Cuarones, Iñárritus, Lubezkis, Chicharitos, Rafas Márquez, Oribes; de nuestros pintores, escritores y hasta algunos científicos. Los políticos conocidos son por sus fechorías, porque los andan buscando o porque ya están tras las rejas, ninguno por alguna gran reforma, algún gran cambio, algún bien social o nacional.
A todas luces se ven mal, pero sigan tuiteando logros ajenos, porque se ven mucho peor.
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