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Solo y Sin Marca

ALEX RODRÍGUEZ

Aunque me parece tardío el retiro de Cuauhtémoc Blanco, nunca es tarde para escribir sobre alguien que forma parte de la cultura moderna del mexicano y que ha sido un personaje dentro de nuestro día a día, por todo lo maravilloso que hizo dentro de la cancha y por lo polémico que fue fuera de ella.

Desde el peligroso y pintoresco barrio de Tepito, ahí donde sólo los más valientes entran y únicamente los más astutos sobreviven, Cuauhtémoc muy pronto se convirtió en ícono del pueblo mexicano, muy parecido a como lo fue el legendario pugilista "El Púas" Olivares. ¿Por qué? Porque Hugo Sánchez era un acróbata que había sido egresado como odontólogo de la UNAM y daba piruetas que ningún otro mexicano podía realizar. Porque Luis García hablaba con su acento fresón, ahora con doctorado, porque Rafa Márquez más bien parecía modelo, ¿pero con quién se podía identificar el pueblo? Con quien surgió de Tepito, faltaba al respeto a la autoridad, festejaba meando en la línea de gol, se le ponía al brinco al higadote de La Volpe, le metía trancazos pérfidos a Faitelson, su mayor perseguidor, asediado por los comentaristas de Tv Azteca, a él, el desobediente, el niño rebelde, quien en su nombre y festejo conmemora al último emperador Azteca y en el estadio con el mismo nombre realizó tantas proezas con el Necaxa, América y Selección Nacional.

Cuauhtémoc es importante para el futbol porque disfrutaba jugarlo, cosa que aunque parezca raro, ya casi ningún futbolista hace. A él no le importaba si el estadio era el más grande del mundo, si el partido era un Mundial o si se estaba jugando en la cuadra con mochilas como porterías, su picardía y talento eran siempre los mismos.

En el Mundial de Francia 98 sorprendió al planeta cuando inventó la "cuauhtemiña", ante Corea del Sur. No se podía saber si la jugada era antirreglamentaria porque ni siquiera existía, tal era el genio del delantero mexicano. Su gol ante Bélgica quedó fuera de toda ortodoxia, nunca se había anotado un gol así ni se ha vuelto a lograr.

Anotó en otros dos mundiales, en Corea Japón 2002 y en Sudáfrica 2010. Fue víctima de La Volpe, que lo dejó fuera de Alemania 2006, si no hubiera jugado en cuatro mundiales consecutivos, marca que tiene ahora el capitán Rafa Márquez.

Cuauhtémoc quedará como uno de los mejores cinco jugadores en la historia del futbol mexicano. Habrá quien diga que exagero pero los genios nacidos en los barrios bajos y que se abren paso por el mundo a base de talento, suelen ser escasos. Genio y figura, el símbolo de las Águilas del América y de la Selección Nacional por tantos años cuelga los botines y su festejo, ya inmortalizado, como el mexica Cuauhtémoc al ganar una batalla, vivirá en el recuerdo colectivo de quienes gustamos del arte del futbol.

aleson2001@hotmail.com

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