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Solo y Sin Marca

Alex Rodríguez

Un nuevo torneo se abre para Santos Laguna, que lo enfrentará con una serie de particularidades. Recuerdo cuando Juan de Dios Castillo, que en paz descanse, armó en 1998 un equipo con extranjeros desconocidos y jugadores del mercado mexicano quizá más desconocidos aún. Nombres como Hugo Marceo Ovelar de Paraguay, el argentino Martín Boasso, un guatemalteco, cosa rarísima en nuestro futbol (y en cualquiera), Martín Machón, y hasta un croata Elvis Braijkovic llegaron a reforzar al equipo. Un mexicano llamado Héctor Altamirano, también arribó; joven, desconocido, nada más en Cruz Azul medio que lo conocían, equipo de su procedencia. Todos estos nombres pedidos por Castillo, técnico en turno. En una entrevista (yo trabajaba para radio e iba a diario a Santa Rita a los entrenamientos) al cuestionarlo de por qué habían llegado tantos desconocidos, Juan de Dios me comentó: "yo pedí a estos refuerzos, me la voy a jugar con ellos, llegan bajo mi responsabilidad. Si fallan, yo seré el principal responsable, el primero en decirlo y asumirlo".

Las palabras de Juan de Dios Castillo me parecieron diferentes, valientes y maduras. ¿Qué técnico en la actualidad asume sus propios riesgos o errores? Hoy el entrenador dice cómodamente en la rueda de prensa, que el jugador no está comprometido; que no hicieron lo que se trabajó en la semana; que perdieron, pero que ya hay que darle la vuelta a la página (sin analizar, sin aprender, sin corregir nada); que la culpa es de la afición, que no apoya; que la culpa es de la prensa (¡imagínense!) que porque manipula al espectador y hace que el equipo pierda la confianza (como si los medios pusiéramos alineaciones, realizáramos cambios, defendiéramos con un plantel que no está diseñado para eso o atacáramos irresponsablemente sin ton ni son) y al final, todos tienen la culpa menos el real responsable, el entrenador.

A Castillo le fue bien con ese equipo que armó y de hecho es uno de los Santos más queridos y recordados por la afición, a pesar de no haber conseguido campeonato alguno. Jugaban bien, eran ofensivos, explosivos, pero sobre todo tenían corazón.

Recuerdo todo lo anterior porque Pedro Caixinha se enfrenta con una etapa muy parecida a la relatada de la historia del Santos. Y conste, no estoy criticando sus acciones, de entrada parece un buen plan bajar de ese modo el promedio de edad y las contrataciones realizadas prometen. Pero hace falta un discurso elocuente y real. Se ha dicho que el equipo está a punto. Cualquiera que sepa de futbol sabe que ningún equipo, nunca en la historia, en ningún torneo del mundo, en jornada uno, está a punto. Menos con siete incorporaciones nuevas y mucho menos con salidas tan importantes para el club. Santos Laguna y su entrenador se meterán en menos problemas si comienzan a llamar a las cosas como son. "Es un nuevo proceso, tomará tiempo, pero esperamos entregar resultados a la brevedad posible, estamos trabajando para ello" suena más sincero, realista y al aficionado le deja un mejor sabor, que le pueda brindar confianza. El público lagunero es inteligente, conocedor, y no importará lo que se diga en las ruedas de prensa jornada tras jornada, si la realidad en la cancha es otra, visible e imposible de manipular. Deseo toda la suerte y éxito a Santos Laguna en este nuevo comienzo, que las cosas salgan como han sido planeadas.

aleson2001@hotmail.com

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