Casi 16 mil aficionados acudieron ayer al primer partido del Santos Laguna en el torneo Clausura 2015, pese a la lluvia que no cesó en el estadio. (Fotografía de Ramón Sotomayor)
Lluvioso resultó el inicio de la nueva era para Santos Laguna. No fue el clima ideal para el regreso del futbol de la Liga MX a la Comarca Lagunera, pero se necesita más que eso para apagar el ánimo de los 15,726 aficionados santistas que acudieron al ritual en el TSM con los colores verde y blanco tanto en chamarras como en chalecos y bufandas.
El optimismo era evidente en la explanada del recinto santista, pues los aficionados veían al Veracruz como una víctima propicia para empezar el torneo con un triunfo.
Media hora antes del inicio del juego saltó al campo Oswaldo Sánchez, estrenando su título de "Guerrero de Honor" en compañía de su familia y de directivos albiverdes. El marco no fue el esperado, pues pocos espectadores poblaban la tribuna, ya que fue justo el momento en el que la lluvia arreció. Aún así, se bautizó al duodécimo palco del "anillo de honor" del TSM con el nombre del histórico guardameta, momento que originó el primer alarido del año en el Estadio Corona.
Oswaldo fue despedido del campo de juego bajo el grito de "portero, portero", ya con más aficionados que ocuparon sus lugares en cuanto escucharon por el sonido local que el homenaje estaba en curso.
César Arturo Ramos hizo sonar su silbato exactamente a las 8:00 de la noche, poniendo fin a una espera de 63 días por volver a tener Liga MX en Torreón. Fue entonces que comenzaron a observarse en la tribuna los impermeables, objetos de uso muy poco común en esta región.
No pasó mucho tiempo para el primer festejo, pues "El Pulpo" González adelantó a los de casa apenas transcurridos par de minutos, se escuchó rugir al Corona desde la tribuna, y desde el pasillo, pues espectadores buscaban las zonas con techo para resguardarse de la pertinaz lluvia.
Eso sí, la cerveza en mano a pesar de que la temperatura era inferior a los 10 grados centígrados. Las emociones escasearon en el primer lapso, en el que algunos valientes aguantaron estoicos en su butaca, aunque acabaron hechos una sopa.
Para el complemento, par de jugadas dentro del área para Leiton Jiménez, par de goles visitantes y el silencio total, se podía escuchar el golpeteo de las gotas de lluvia con el plástico de las butacas vacías.
La lluvia fue amainando hasta desaparecer, y permitió ver futbol de mejor intensidad y calidad. Lo que no se vio fue el gol del empate para los de casa, que se fueron despedidos con rechiflas, y no faltó el comentario de que "será un torneo muy largo".