Responden. En pocos minutos decenas de personas se acercaron a los músicos y bailarines para participar de la acción escénica ayer en la Plaza de Armas.
Ayer, diez minutos antes de las 5:00 de la tarde, la Plaza de Armas se encontraba justo igual que otros días, llena de gente.
Las personas que habitualmente convergen ahí, en su mayoría adultos mayores, conversaban sentadas en las bancas o de pie, al lado de las jardieneras; los vendedores de rosas o dulces ofrecían sus productos a los transeúntes que presurosos atravesaban la plaza; algunas familias disfrutaban de un refrescante helado mientras veían divertirse a sus hijos y los empleados municipales de limpieza cumplían con sus labores como de costumbre.
Pero poco a poco comenzaba a llamar la atención y a causar expectación la presencia de un buen número de muchachas vestidas completamente de negro y de maquillaje recargado, algunos jóvenes también de ropas negras, así como las decenas de personas que se iban agrupando gradualmente en las bancas que rodean el quiosco.
"¿Qué va a haber?", pregunta un vendedor de flores a una señora que carga con una canasta llena de golosinas y que mira fijamente hacia la parte baja del quiosco. "Sepa", responde ella, y antes de que pueda añadir cualquier cosa, una melodía comienza a sonar proveniente de aquel señor que se ha sentado a tocar su saxofón justo en el lugar donde ella veía.
Eran las 5:00 de la tarde y las notas iniciales de la popular canción "La bikina", fueron la señal para que los músicos integrantes de la Banda Municipal, la Orquesta Sinfónica Juvenil de Torreón dejaran su papel de incógnitos, desenfundaran los instrumentos que habían mantenido ocultos y comenzaran a interpretar la pieza mientras se agrupaban frente a la gente que de inmediato comenzó a aglutinarse y a formar un semicírculo alrededor de ellos.
De todas direcciones salieron trompetistas (uno de ellos incluso vestido con el uniforme de los empleados de limpieza), saxofonistas, clarinetistas, fagotistas, percusionistas, sin faltar el maestro Juan Barrios, quien llevaba la batuta.
Las personas que aún estaban lejos se apuraban para acercarse y ver a la interpretación de los músicos. Muchas niñas y niños pidieron a sus padres que los cargaran para ver mejor, mientras que otros se subieron en los bordes de las jardineras y desde ahí observaban emocionados.
Sonrisas, aplausos y muchos celulares capturando el momento, fueron algunas de las reacciones que se pudo observar entre los espectadores.
"La bikina" dio paso a "La Filomena", que alegró aún más a la gente. Las muchachas y jóvenes vestidos de negro resultaron ser los bailarines de la Compañía Nahucalli, y se sumaron al espectáculo con sus vistosos pasos.
Para concluir se ofreció la interpretación del corrido "De Torreón a Lerdo", que algunos asistentes acompañaron con sus palmas.
Las notas finales de esta pieza culminaron con efusivos aplausos, y comenzó a escucharse un corito pidiendo "otra, otra...". Pero así como comenzó, el 'flashmob', organizado por el Instituto Municipal de Cultura y Educación con el objetivo de acercar a más gente a este tipo de manifestaciones culturales, llegó a su fin, tan sólo diez minutos después. Los músicos y bailarines rompieron formación y comenzaron a dispersarse rápidamente, dejando una sonrisa en la gente y un ambiente festivo.
A las 7:00 de la noche, el mismo espectáculo repentino tuvo lugar en Plaza Cuatro Caminos.