SU SALUD BUCAL
EL EJERCICIO ES UN MEDICAMENTO (PRIMERA PARTE)
Debido a que el ejercicio influye profundamente sobre todo en los aspectos de la biología humana, las investigaciones sobre la relación dosis-respuesta, las interacciones ejercicio- fármacos o dispositivos, la genómica del ejercicio, la medicina personalizada, la especificidad de las enfermedades y las poblaciones ofrecen enormes posibilidades de nuevos conocimientos sobre la salud y la enfermedad. En los últimos 100 años las ciencias del ejercicio progresaron notablemente. Se produjeron descubrimientos fundamentales que documentaron los efectos de la intensidad del ejercicio sobre el control vascular, la producción de calor, las necesidades de oxígeno y la dinámica del ácido láctico. Actualmente se sabe que el estado cardiorrespiratorio indicado por el consumo máximo de oxígeno es uno de los factores pronósticos más fuertes de morbimortalidad. El entrenamiento físico, es decir la actividad física prescriptiva efectuada regularmente, en dosis ajustables se emplea cada vez más como tratamiento complementario en una gran gama de enfermedades. Esto es consecuencia de la mejoría documentada en la función cardíaca, la capacidad oxidativa muscular, la salud metabólica, la homeostasis de la glucosa y los lípidos, la obesidad, la carga inflamatoria, la masa y la fuerza muscular, el dolor articular, la movilidad, la depresión, la ansiedad y la función cognitiva. En la actualidad hay evidencia irrefutable de que el mal estado físico y la escasa actividad física son causas importantes de enfermedades crónicas no trasmisibles tales como cardiopatías, accidente cerebrovascular, diabetes tipo 2, enfermedades respiratorias crónicas y algunas formas de cáncer. Estas enfermedades son responsables de aproximadamente el 60% de las muertes en todo el mundo, la mayor parte de las cuales son prevenibles. Si bien hay consenso general acerca de que el ejercicio es esencial para la prevención y el tratamiento de las enfermedades crónicas "el ejercicio es un medicamento" y un campo posicionado idealmente para investigaciones. El ejercicio activa un complejo de procesos celulares y moleculares coordinados con una amplia variedad de redes de señales y reguladores transcripcionales que afectan de manera diferencial prácticamente a todos los tejidos y sistemas orgánicos. Recientemente los investigadores descubrieron que el músculo esquelético es un órgano endócrino, que la secreción de factores de crecimiento y miocinas es sensible al grado de actividad contráctil y que la secreción de miocina inducida por el ejercicio puede tener una función importante contra las enfermedades. Este campo está abierto a investigaciones a futuro que pueden contribuir enormemente a que la ciencia se traduzca en beneficios reales para las personas. Es importante considerar el grado de actividad física y evaluar cuidadosamente el ejercicio necesario específicamente para cada enfermedad, antes del empleo de medicamentos y por supuesto como un componente integral de cualquier tratamiento con fármacos o dispositivos. Esta estrategia se basa sobre fundamentos sólidos, en especial si se considera que la intervención sobre los hábitos de vida, actividad física de intensidad moderada asociada con dieta hipocalórica fue más eficaz que la metformina en una gran población de obesos en riesgo de diabetes tipo 2. La US Food and Drug Administration (FDA) acuerda con este enfoque. La Industria de fármacos adelgazantes en su documento emitido en 2007 recomendó que se contemple el empleo de un producto para adelgazar sólo tras el fracaso de un período suficiente de modificación de los hábitos de vida (dieta y ejercicio) El ejercicio puede influir profundamente sobre la farmacocinesia de los medicamentos. Por ello, además de las pruebas sobre los fármacos, es necesario el ejercicio a fin de determinar si éste aumenta la acción del fármaco o interfiere con ella. (CONTINUARÁ 2 PARTE).