SU SALUD BUCAL
(Parte 2)
Estudios de los mecanismos que vinculan la falta de sueño con características metabólicas adversas realizados por parte de Karine Spiegel y col. sobre los efectos de la falta de sueño y el metabolismo de la glucosa en 11 hombres jóvenes sanos (18-27 años) cuyo sueño se restringió a 4 hrs. durante seis noches consecutivas, con un período posterior de seis noches con oportunidad de dormir durante 12 hrs. Durante la prueba la restricción del sueño en relación con la prolongación ulterior del mismo se asoció con intolerancia a la glucosa. Un nuevo análisis de los datos también mostró disminución significativa de la sensibilidad a la insulina tras la falta de sueño. Además, la respuesta máxima de la glucosa al desayuno aumentó tras las noches de restricción del sueño. Se observó aumento de los marcadores de resistencia a la insulina en adolescentes con restricción del sueño a 4 hrs. durante tres noches consecutivas. Aunque se encontró alteración de la sensibilidad a la insulina como efecto de la escasa cantidad de sueño, las consecuencias sobre la secreción de insulina por las células ß del páncreas fueron mucho menos uniformes. Las concentraciones de insulina en ayunas, que representan la secreción basal de la hormona, no cambiaron y hasta aumentaron tras la falta de sueño. La respuesta insulínica al dosificar glucosa intravenosa disminuyó tras la falta de sueño, mientras que la respuesta al prescribir glucosa oral no cambió y hasta aumentó. No obstante, dado que la tolerancia a la glucosa estuvo disminuida en todos los estudios, es evidente que la función de las células ß no fue suficiente para compensar la disminución de la sensibilidad a la insulina en el estado de privación del sueño. Un estudio de Nedeltcheva y col. proporcionó la primera evidencia del efecto regulador del consumo alimentario sobre las consecuencias producidas por la falta de sueño en el metabolismo de la glucosa. En este estudio de pacientes obesos con dieta hipocalórica para adelgazar 14 días de restricción del sueño a 5.5 hrs., en relación con 8.5 hrs de posibilidad de dormir redujeron la insulina plasmática de 24 hrs., sin tener efecto sobre la homeostasis de la glucosa. Este dato sugiere que la restricción del sueño produce un estado de aumento de la economía insulínica en condiciones hipocalóricas. Afortunadamente, la función de las células del páncreas pareció restablecerse por completo tras 10 días ulteriores de recuperación del sueño. Experimentos de supresión del sueño de ondas lentas en adultos mediante estimulación acústica durante tres noches consecutivas sugieren la especial importancia del sueño en las ondas lentas del cerebro para mantener la homeostasis de la glucosa. Tras la supresión, la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina disminuyeron mucho sin secreción compensatoria de la secreción de insulina. Un estudio similar confirmó estos resultados y además mostró que el metabolismo de la glucosa no se afecta tras una noche de supresión del sueño de movimientos oculares rápidos (REM). Experimentos de un grupo sueco mostraron que tras la privación total de sueño durante una noche, hombres sanos tendieron a elegir porciones grandes de comida y más tentempiés. El efecto de la restricción de sueño sobre la respuesta cerebral a los estímulos alimentarios se analizó en una serie de experimentos con estudios por imágenes. Sorprendentemente, la privación total de sueño durante una noche puede tanto disminuir como aumentar la activación neuronal en la corteza cingulada anterior, en respuesta a imágenes de comidas muy calóricas. La somnolencia diurna se asocia con disminución de la activación en la corteza prefrontal ventromedial en respuesta a imágenes con muchas calorías vs imágenes con pocas calorías, lo que sugiere que la falta de sueño podría alterar la capacidad para ejercer control inhibitorio sobre el consumo de alimentos. Estas observaciones sugieren que la disminución de energía debido a la falta de sueño podría desencadenar mecanismos nerviosos centrales de adaptación que favorecen la búsqueda de comida. Mientras tanto, la recomendación a los profesionales de la salud sobre la base de la evidencia actual es que motiven a sus pacientes para que duerman lo suficiente en el momento adecuado del día.