En firme. Un niño permanece de pie entre los escombros de un edificio en ruinas en Katmandú.
La cuenta de muertos sigue subiendo de manera inexorable en Nepal y supera ya los 6,000, una cifra que la ONU da por seguro que aumentará aún considerablemente una vez se llegue a las zonas rurales del país, algo que cinco días después del terremoto considera "esencial".
El último balance oficial de muertos alcanzó ya los 6,166 y el de heridos los 13,232, registros que confirman día a día las dimensiones devastadoras de una catástrofe que mantiene a decenas de equipos de rescate movilizados en busca de milagros bajo los escombros.
"En las zonas remotas donde el terremoto fue realmente más violento el sufrimiento es mucho, mucho mayor de lo que estamos viendo aquí; además la infraestructura allí no tiene la misma robustez que aquí, así que puedes imaginar que las víctimas son mucho más altas", indicó el máximo responsable de la Orgnización de las Naciones Unidas en Nepal, Jamie McGoldrick.
El coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU y por tanto máximo responsable de articular toda la ayuda internacional que llega al país, indicó que en estos momentos ya "no se trata de quién ha muerto", sino de lo que se puede hacer "con quien sobrevivió".
"Estimamos que tres cuartas partes de la población efectiva viva en esas áreas fuera de Katmandú", señaló, al rechazar sin embargo entrar en especulaciones sobre la situación que puede haber en esos lugares tras el terremoto del pasado sábado. El responsable de la ONU restó importancia a las críticas por los problemas en el reparto de ayuda a la población, entendiendo que algunas críticas pueden obedecer al momento.
"Es un momento muy dramático en el que la gente ha perdido sus medios de vida, sus casas, sus seres amados", dijo, afirmando que es importante responder a estos reclamos y "pacificar" a quienes protestan satisfaciendo sus expectativas.
Superado el quinto día del seísmo, McGoldrick considera "esencial" salir con la ayuda fuera de Katmandú y llevar "toda la presión, toda la discusión, todos los medios a donde creo que se necesitan que es fuera de Katmandú a los distritos del epicentro del terremoto", dijo.
"Ahora no hablemos de cifras, sólo para planificar, porque las cifras reales sólo aparecerán cuando lleguemos a la gente que sufre", dijo.
En Katmandú el drama continúa, al igual que la vida y los comercios empezaron a retomar su pulso habitual, aunque se resienten por la salida de la ciudad de cientos de miles de personas que trabajaban en el sector. El presidente en funciones de la Federación de Cámara de Comercio e Industria de Nepal (FNCCI), Pashupati Murarka, indicó que "muchos comerciantes temen aún entrar a sus tiendas", pero subrayó el incremento de la actividad durante el día. Sin embargo, alertó de que alrededor de 400,000 personas pueden haber abandonado Katmandú, "la mayoría de ellos trabajadores", con lo que ello implica para estabilizar el sector.
HAY VIDA ENTRE ESCOMBROS
Historias de vida se escónden entre los escómbros. Ayer se dio a conocer el rescate de un pequeño de menos de un año de edad que sobrevivió 22 horas.
Hoy se escriben historias similiares una de un joven que sobrevivió cinco días y otra la de Krishna Kumari, una mujer de 24 años que fue encontrada con vida por los equipos de rescate de Noruega, Israel y Nepal.
Un adolescente de 15 años que fue rescatado ayer con vida entre los escombros de un hotel sobrevivió comiendo mantequilla.
Pema Lama fue rescatado de entre los restos de un edificio de siete pisos derrumbado, donde quedó atrapado hace cinco días por el devastador sismo que afectó a este país
MIL
Personas han sido víctimas del sismo en Nepal.