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SUBRAYADO

En paz con Martin Luther King

RENATA CHAPA

Es una la razón: cuando lo protervo se empecina, la paz regresa al leer a Martin Luther King Jr. Su narrativa es sanadora. Así como algunos reviven con algún clásico griego, otros con textos de autoayuda, quizá varios más con la pluma de cierto columnista o la de un creativo académico, en el caso de la narrativa del doctor King, muchos coincidimos en el poder especial de su palabra. El disfrute de su narrativa va muchísimo más allá de las coincidencias o diferencias religiosas que pudieran existir entre él y sus públicos.

Algo ocurre en la química del lector atribulado cuando se concede un momento a solas para leer el pensar y sentir de un ser humano que padeció lo más artero de los de su especie, pero de diferente color de piel. Y a pesar de sudar el infierno en tierra, jamás dejó de luchar ni de arrojarse a su fe. Él siempre tuvo un sueño: defender la justicia, la felicidad y la hermandad. Su camino, el de la no violencia. Su fuerza, la lectura. Su estrategia, la congruencia. Su motor, Dios.

Mayúscula tarea la de quien intente esbozar apenas la antesala al trabajo escrito de uno de los iconos de los derechos humanos y la paz mundial. No es aquí el lugar para tal atrevimiento, pero sí la oportunidad de compartir con gratitud el bien que hace leerlo. Aquí, la prueba.

Del sermón Amad a vuestros enemigos, incluido en su libro La fuerza de amar (www.accionculturalcristiana.org/pdf/fue_ama.pdf), párrafos contundentes:

"No habrá solución duradera del problema racial mientras los oprimidos no sean capaces de amar a sus enemigos. Las tinieblas de la injusticia racial no serán disipadas si no es por la luz del perdón en el amor. Durante más de tres siglos, los negros norteamericanos han sido golpeados con la vara de hierro de la opresión, frustrados de día y atosigados de noche por una injusticia intolerable y cargados con el peso detestable de la discriminación. Forzados a vivir en estas condiciones vergonzosas, nos sentimos tentados a agriarnos y a vengarnos con un odio igual. Pero si esto sucede, el orden nuevo que queremos sólo será una copia del orden antiguo. En la fuerza y la humildad debemos oponer el amor al odio.

Amigos, hemos seguido durante demasiado tiempo el camino que se llama práctico y nos ha llevado inexorablemente al mayor desorden y al caos. El tiempo está lleno de las ruinas de comunidades que se abandonaron al odio y a la violencia. Para la salvación de nuestra nación y para la salvación de la humanidad, debemos seguir otro camino. Esto no quiere decir que hayamos de abandonar nuestros esfuerzos por la justicia. Cada partícula de nuestra energía debe servir para librar a esta nación de la pesadilla de la segregación. Pero mientras dure esta tarea, no olvidemos nuestro privilegio ni nuestra obligación de amar. Aun detestando la segregación, amaremos a los segregacionistas. No existe otro camino para crear una comunidad de amor.

Diremos a los enemigos más rencorosos: A vuestra capacidad para infligir el sufrimiento, opondremos la nuestra para soportar el sufrimiento. A vuestra fuerza física responderemos con la fuerza de nuestras almas. Haced lo que queráis y continuaremos amándonos. En conciencia, no podemos obedecer vuestras leyes injustas, porque la no-cooperación con el mal es, igual que la cooperación con el bien, una obligación moral. Metednos en la cárcel, y aún así os amaremos. Arrojad bombas en nuestras casas, aterrorizad a nuestros hijos y os amaremos todavía. Enviad en plena noche a nuestras comunidades a vuestros bandoleros para que nos apaleen y nos dejen medio muertos, y aún os amaremos. Pero tened la seguridad de que os llevaremos hasta el límite de nuestra capacidad de sufrir. Un día ganaremos la libertad, pero no será solamente para nosotros. Lanzaremos a vuestros cuerpos y a vuestras conciencias un grito que os superará y nuestra victoria será una doble victoria" (pp. 52-53).

Días de paz son días de lectura de Martin Luther King. Cuesta caro. Pesa. Retumba. Pero la historia da la razón.

Para leer a Martin Luther King Jr.: no es fácil conseguir en librerías y bibliotecas del país la obra escrita de Martin Luther King Jr. Sin embargo, algunos sitios de internet ofrecen el acceso libre a ciertos documentos suyos. Uno de ellos, La fuerza de amar (arriba referido) es una compilación de sermones compartidos por el doctor King en distintas ceremonias celebradas por él como pastor de las Iglesias Bautista de Montgomery, Alabama y la Bautista de Ebenezer de Atlanta, Georgia, en momentos de severos enfrentamientos y humillaciones imborrables a la comunidad afroamericana ubicada, primordialmente, en el sur de Estados Unidos (http://www.accionculturalcristiana.org/pdf/fue_ama.pdf).

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