Freya, una joven inglesa de 22 años de edad, se cansó de ganar 5 libras la hora en un bar, trabajo que la dejaba muy cansada para seguir realizando sus estudios en una universidad. Decidió, por lo tanto, empezar a "salir" con hombres mayores que la pudieran ayudar económicamente.
"Me encanta el sexo y soy bastante buena para hacerlo --le dijo en una entrevista a la reportera Emma Jane Kirby de BBC News--. Así que conseguirme uno o dos novios mayores no era problema. La verdad es que no se necesita ser muy inteligente para tomar la decisión".
Uno de los novios, casado, le daba a Freya mil libras esterlinas, unos 24 mil pesos, cada noche que se veían. El otro, mil o dos mil libras al mes. No se trataba de arreglos estrictamente comerciales, apunta la reportera Kirby, sino de "citas transaccionales mutuamente beneficiosas".
Freya no sale a las calles ni se anuncia en internet para encontrar novios. Los hombres que ve los ha escogido cuidadosamente: le gustan y disfruta su compañía. Pero ella misma no se engaña sobre la naturaleza de las relaciones. "Es prostitución, claro, pero creo que es ridículo el estigma que se le pone a la palabra".
Es un lugar común decir que la prostitución es la profesión más antigua del mundo. Quizá no lo sea, pero sí es posible que haya estado presente en los orígenes de la humanidad, junto a la cacería y la recolección de frutos y semillas. La práctica no se restringe a los humanos. Los bonobos y otros primates intercambian sexo por regalos, usualmente comida. Las hembras del pingüino, por otra parte, tienen relaciones sexuales con los machos que les traen piedras para construir un nido.
La inclinación natural por el sexo y las relaciones transaccionales mutuamente beneficiosas ha sido combatida desde hace siglos por grupos moralistas. Para ellos, la única transacción mutuamente beneficiosa con sexo que puede aceptarse es el matrimonio.
A lo largo de la historia, sin embargo, diferentes tipos de contratos matrimoniales han convivido con otras formas de relaciones afectivas o sexuales. Varias formas de prostitución, que van desde la venta abierta de sexo en la vía pública hasta las relaciones afectivas compensadas con regalos pero no con dinero, han sido comunes desde tiempo inmemorial.
Una de las razones por las que en la historia ha sido siempre imposible impedir la prostitución es porque resulta muy difícil definir la práctica. De hecho, el mismo matrimonio ha sido considerado como una forma de prostitución. Emma Goldman escribía en Anarquismo y otros ensayos: "Para el moralista, la prostitución no consiste tanto en el hecho de que la mujer venda su cuerpo, sino que lo haga fuera de matrimonio".
Después de que durante buena parte del Siglo XX vimos una tendencia liberalizadora en la sociedad para aceptar el sexo y la prostitución como algo natural, en los últimos años ha surgido una nueva forma de moralismo, particularmente en contra de la prostitución o del lenocinio, que surge de grupos supuestamente progresistas. En distintos países de Europa, incluso en Francia cuyas prostitutas fueron inmortalizadas por artistas como Henri de Toulouse-Lautrec, estamos viendo movimientos que buscan penalizar la prostitución de distintas formas. La dificultad radica en tipificar la conducta que se quiere castigar: ¿Dar una flor a una mujer después de hacer el amor es una forma de prostitución? ¿Y ayudarla a alimentar a su hijo o a pagar su colegiatura? ¿Deben castigarse estos apoyos?
Al final debo coincidir con Freya, la joven que confiesa ante la BBC tener relaciones sexuales con dos sugar daddies para ayudarse a pagar sus estudios. Quizá sí se está prostituyendo, pero el estigma que se le pone al término es ridículo.
PROHIBIDO EVALUAR
Rubén Núñez, secretario general de la sección 22, ordenó a los maestros de Oaxaca no participar en la evaluación educativa. Como él es el verdadero dueño de la educación pública en el estado, la instrucción quizá hace imposible la realización del proceso.
Twitter: @SergioSarmiento