EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Tiempo por venir

Addenda

GERMÁN FROTO Y MADARIAGA

Se inicia un nuevo año, y junto al agradecimiento por todas las bendiciones recibidas debemos formular algunos propósitos para los próximos meses.

Agradezcamos el trabajo, la salud, la familia, el techo que poseemos y la cama que nos acoge por las noches, así como todas as bendiciones que nos llegan del más allá.

Comprometámonos a tratar de ser mejores. De disfrutar más a la familia y ser solidario con ellos. A estar pendientes de nuestros amigos y gozar también de su compañía. No hay nada más grato que la compañía de un amigo. "Llórate pobre y no solo", solía decir mi padre.

Por cierto, pronto se cumplirá un año más de la partida de mi padre, se completa casi una vida, y yo lo sigo extrañando cada día que pasa. Me enseñó tantas cosas que resulta imposible olvidarlo.

Entre otras cosas, él me enseñó a hacer papalotes y carritos de baleros. Así se divertía uno antes, hoy se encierran con un celular o una tableta y se aíslan del mundo. Antes el barrio era nuestro y ahí buhía la verdadera vida. Con el paso de los años, la vida nos va quitando placeres y nos obliga a tornar a actividades casi olvidadas, como el ejercitarnos diariamente.

Lo primero fue dejar de fumar, muy a mi pesar, porque lo disfrutaba mucho. Una charla, un café sin un cigarrillo, no saben igual. Pero, como se trata de durar más, hay que poner de nuestra parte.

Ahora, hay que volver al deportivo, antes de que el destino nos alcance y no nos podamos ya mover.

Hay que intercambiar conocimientos, sobre todo con los más jóvenes. Los de mi generación me pueden enseñar algunas cosas más, pero los jóvenes tienen otra visión de la vida que tiende a renovarnos.

Hay que leer más. Sobre mi mesa de trabajo están siempre varios libros que no he comenzado a leer. Debo aplicarme en ellos, porque en los libros está la verdadera cultura.

Hay que darnos más a los demás. Dar más amor a los que están cerca de nosotros.

Ser solidario con nuestros semejantes, porque siempre existe alguien con quien debemos compartir lo que tengamos.

Aprendamos de los niños, que viven al día, sin preocuparse por el mañana. Ellos viven con la visión simple de las cosas. No se complican la vida y todo lo resuelven con una sonrisa.

Respetemos a nuestros mayores y estemos atentos a sus necesidades. Ellos a veces callan, por no molestar, pero siempre necesitan de nuestra atención. Además, si los escuchamos, nos podrán enseñar muchas cosas, porque las han vivido y tienen la experiencia que a nosotros nos falta.

Vivamos de tal forma, que cuando la muerte nos pille, ¡que nos agarre a la mitad del foro!, actuando, cantando y bailando y no arrumbados en una cama como un trapo viejo.

Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te guarde en la palma de Su mano".

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1073313

elsiglo.mx