Todos Santos
On a dark desert highway, cool wind in my hair... comienza la famosa canción Hotel California. Y es justo esta canción, lanzada en febrero de 1977, la musa de este viaje.
Cuenta una leyenda urbana que en Todos Santos (La Paz, Baja California) está el hotel que sirvió de inspiración a la banda estadounidense Eagles para escribir el clásico del rock, Hotel California; y es ahí a donde nos dirigimos en esta ocasión.
Muy temprano, por la mañana (para evitar el sol del medio día) llegamos a la terminal de autobuses “Águila”, frente al Walmart de San José del Cabo, la cual ofrece salidas cada hora, una buena opción si no se cuenta con auto propio.
Tras dos horas de camino por la recta carretera federal 19, flanqueada a la derecha por las frías y azules aguas del océano Pacífico y a la derecha por un interminable desierto de arena clara, llegamos a Pescadero, una pequeña pero famosa población por su playa Cerritos, una de las mecas del surf a nivel internacional y una de las playas más bonitas de la zona. En qué otro lugar uno puede disfrutar del desierto, con su amplia variedad de cactáceas, acantilados de roca mezclándose con aguas turquesa y grandes olas que solo los más temerarios se arriesgarían a montar. Solo en Baja California. Después de disfrutar un poco el mar nos dirigimos al pueblo mágico Todos Santos.
Le fresca brisa del océano nos lleva hasta ese pasillo rojizo con arcos coloniales y dentro, un hotel tan ecléctico y excéntrico abre paso a fantasías absurdas y fantasmales. Largos pasillos, oscuros recovecos, sillones arabescos con coloridos cojines, cortinas sacadas de un cuento de Poe, puertas que te dejan entrar pero no salir. Se antoja para pasar una noche y armar una historia de misterio. El restaurante está abierto al público y uno no se puedes ir de Todos Santos sin comer en su inigualable terraza.
Una de las mejores experiencias al viajar a sitios nuevos es conocer a sus habitantes, son quienes realmente te muestran su estilo de vida. Dany Lamote es un jovial belga que lleva años radicando y trabajando en Todos Santos como chef ejecutivo del Hotel California. Sonriendo muestra su libro mientras prepara las mesas y conversa sobre su filosofía de cocina: fusiones con ingredientes locales.
Por la calle de Legspi uno puede conocer a otro de los personajes emblemáticos del pueblo: Víctor Vega Rosas. Su galería, La Coronela, es una maravilla poblada por lienzos figurativos y abstractos, mayormente retratos o figuras humanas con una sensibilidad ante la mezcla de colores muy marcada. Mientras muestra su obra y su vida conversa sobre arte.
En pocas horas se puede conocer y aprender mucho sobre el pueblo y sus habitantes del pueblo. El arte y la cultura se respiran en cada esquina.
¿Qué es Todos Santos? Calles empolvadas y desérticas en el calor abrazador del medio día, coloridos muros de adobe adornados con hileras de cactus y espinas de retorcidas formas; el misterio del desierto y el océano en un solo lugar. Restaurantes, cafés, hoteles boutique, librerías; esos lugares destinados al turista que conviven con el habitante y modifican su propio ritmo de vida. Una mezcla de extranjeros y mexicanos. Eso es Todos Santos, un lugar donde cohabitan diferentes culturas.
El sol se ha puesto y en el sangriento atardecer se escuchan las voces fantasmagóricas de Eagles que hacen eco en lo más profundo de mi cabeza: You can check out anytime you want, but you can never leave!. Y así es; una vez que se visita la mente nunca puede alejarse de ese oasis.