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Tommy al Bat

TOMÁS F. MORALES

Por muchos años los managers eran como los políticos de México que se van de un partido a otro con tal de seguir en la jugada, pero esos eran los tiempos en que teníamos pocos equipos tanto en la Liga Mexicana, seis, con ocho en cada una de las Ligas Mayores, Ahora son 16 en nuestro circuito y 30 en las Grandes Ligas por lo que cada vez que venía una expansión surgían nuevos managers. Ahora ya con tantos nuevos equipos en el mejor beisbol del mundo uno duda de la capacidad de varios de ellos.

Por ejemplo, me tiene intrigado sobre lo que ha hecho el manager Matt Williams de Nacionales, un tercera base jonronero en sus tiempos de jugador y que no tiene un curriculum como manager, con el pitcher Rafael Martin, el novato de 30 años nacido en el Valle de San Fernando, California, pero con ascendencia mexicana.

Hace uno días nos asombró al hacer su debut en el Parque Fenway y sacar las dos entradas de relevo con seis ponches para los seis outs y sobre la mejor batería que hay en el beisbol, la de los Medias Rojas de Boston y en el tan incómodo Parque Fenway que con el monstruo verde ha desbaratado a muchos lanzadores.

Cinco de sus ponches fueron consecutivos pero a este lanzador que tuvimos con Saraperos de Saltillo y que finalmente llega a la gran carpa a los 30 años casi no le dieron importancia los cronistas americanos que escriben en muchas páginas de internet y hablaron mucho más del pitcher ganador Gio González que le hicieron cinco carreras. Tampoco hubo un artículo especial sobre esta presentación. Ya me imagino el escándalo que hubieran armado los diarios tabloides de Nueva York si un pitcher nuevo del Yanquis hubiera ponchado a seis bateadores del Boston en dos innings.

Y han pasado los días y el manager Matt Williams no lo ha utilizado nuevamente a pesar de lo impresionante que se vio. El beisbol actual está lleno de misterios inexplicables en que si existieran 10, tanto Sherlock Holmes como Poirot se darían banquetes si los llamaran a sacar conclusiones.

Algo parecido ha sucedido con Roberto Osuna, el joven de 20 años que ha estado formidable en sus relevos, pero el manager Joe Gibbons lo tiene como un pitcher sin lugar definido ya que lo ha usado como relevo largo, segundo o primer preparador. El manager no le ha dado el lugar que merece.

A veces no solamente lo importante es alcanzar el sueño americano sino lo que más se necesita es llegar a un lugar en donde te necesitan.

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