En esta semana estará vendiéndose en las librerías americanas el libro en que Pedro Martínez narra su vida que al entrar al beisbol lo llevó al Salón de la Fama de Cooperstown y en esa obra el párrafo principal es aquel en el que confiesa que sus bolazos que le tiró a los bateadores contrarios, un gran total de 140, el 90 de ellos fueron intencionales. Hace unos días la famosa revista "Sports Illustrated" sacó párrafos del libro y naturalmente para hacerle publicidad y le dieron la mayor importancia a lo que ya había ducho en una entrevista de radio hace algunos meses, que el 90 por ciento de los bateadores a los que golpeó fueron en forma intencional. Con ello tendremos a todo un salvaje en Cooperstown porque con la velocidad que tenía Pedro el malo tuvo la suerte de no haber matado a ningún bateador ni producirle una lesión que lo retirara del beisbol.
Que yo recuerde es primera vez que un pitcher confiesa, y sobre todo en un libro, que le gustaba tirarle a los bateadores por venganzas o porque simplemente los quería atemorizar. Esa costumbre la tuvo Pedro desde que jugó con los Expos de Montreal y se vio envuelto en un buen número de broncas contra los bateadores que los había golpeado. Y al pasar al Medias Rojas de Boston ya era un graduado con maestría en eso de tirar bolazos.
Comentamos el pasado mes de enero que los cronistas no deberían votar al salón por pitchers que todo el mundo sabe que tiraban lanzamientos intencionales. Es peor poner en peligro la vida de un bateador con un pitcheo a la cabeza que tomar sustancias prohibidas que a fin de cuentas sólo puede hacer daño corporal al que las toma.
En la mayoría de los libros de la actualidad el jugador de beisbol siempre explota un renglón que sabe le va a ayudar a vender más libros, como cuando Mariano Rivera escribió hace un año en que consideraba a Dustin Pedroia un mejor jugador que su compañero Robinson Canó. Tocó ese tema precisamente para vender más libros. Posiblemente para Rivera sea Pedroia mejor jugador que Canó pero no se vale decirlo cando Robinson fue su compañero y le ayudó a salvar muchos juegos. Además Canó gana mucho más que Pedroia, 240 millones de dólares. Lo importante era armar la controversia para que se vendan más ejemplares pero a la larga Mariano se va a arrepentir de haberlo dicho y Pedro Martínez también, aunque lo del "Salvaje" era un secreto a voces.
Ahora Pedro sabe que con esos párrafos dedicados a los pelotazos va armar el alboroto y habrá más ventas. El "Salvaje" ya tiene su libro.
