NUNCA se habían conectado tantos jonrones en un Derby de la Liga Mexicana como los que se dieron en el diamante colocado en el Zócalo y ante una multitud que siguió emocionado el desarrollo de la competencia y con cientos de cazadores de pelotas que se quedaron con algunas de las decenas y decenas que los bateadores perdieron detrás de las bardas. Por la barda derecha estaba la majestuosa Catedral Metropolitana y alguno de los feligreses que salía de misa posiblemente se unió a la búsqueda de pelotas que los cañoneros mandaron. La mayoría de los jonrones fueron por el lado izquierdo, por donde están los portales y muchas tiendas que hicieron buen negocio con tanta gente y por el jardín central estaba parte del Monte de Piedad y las calles de 5 de Mayo y Tacuba y Madero.
A fin de cuentas se cambió el sistema inicial de la prueba para agilizarlo y terminar en más o menos dos horas para beneficio de la gente, ya que estaba anunciada lluvia para más tarde y para la transmisión de la televisión que ayudó a los aficionados de toda la República para que vieran este día histórico para el beisbol, batazos en el Zócalo.
Sonaron los cañonazos y Jorge Cantú, del Tigres de Quintana Roo, fue a la final y ganó el Derby. El mismo Cantú que tuvo varios años en las Ligas Mayores y recuerdo su primer jonrón en la gran carpa que fue en el Yankee Stadium anterior sobre el pitcher cubano Orlando "Duque" Hernández. De la volada en el Yankee Stadium a la volada en el Zócalo.
Japhet Amador salió de favorito ya que es el líder de la liga con 20, dio una tonelada de jonrones pero Cantú estuvo mejor y fue a la final por el equipo mexicano contra el dominicano Frank Díaz del tim de Extranjeros. Díaz superó a Miguel Tejada. El cambio que se hizo fue que la final resultara de muerte súbita, es decir, todo se decidía en dar o no dar.
En la primera bateada de los dos jugadores ninguno la pudo sacar así que se pasó a la segunda ronda. Entrevistado antes de comenzar la final, Cantú dijo que nunca en su vida deportiva había tenido un momento que le causara tanta emoción y presión como ese instante. Así que el escenario, la majestuosidad de todo lo que rodeaba a este diamante improvisado, le llegó muy adentro a los jugadores.
En el segundo turno de los finalistas, Frank Díaz falló y Cantú se la voló por la barda contraria para ser el campeón del domingo y la gloria de ser ganador del primer Derby en un lugar tan especial como lo es el Zócalo capitalino, el corazón de la República Mexicana.