Los Diablos Rojos están metidos en tan buen momento desde hace rato que hasta ganan los juegos que deberían perder. El miércoles en Ciudad del Carmen los pitchers del equipo Delfines poncharon a 18 bateadores del equipo capitalino, cuatro veces a Japhet Amador, pero aun así los campeones terminaron ganando 4-3 en 13 innings gracias a un oportuno hit de Iván Terrazas. No hay que olvidar que el nuevo Capitán Terrazas cargó al equipo por más del primer mes de campaña bateando arriba de .400 y continúa siendo muy oportuno ya que en los dos últimos juegos ha conectado el batazo de la victoria, un jonrón el martes y un hit el miércoles.
El récord de más ponches recibidos en un juego de entradas extras es de 22 por los Tigres de Comintra el cuatro de julio de 1938 contra el pitcheo del Águila donde estuvo Martín Dihigo repartiendo chocolates. No recuerdo que en toda su historia los Diablos hayan tenido un juego en que reciben 18 ponches.
Pero aún así lo ganaron y eso es lo importante, tienen mucho talento para sobreponerse en una noche con más abanicadas que en un día caluroso en Mexicali. Es el espíritu, la decisión el buen manejo y el tener el batazo oportuno de su lado, lo que superaron lo que en una derrota habría sido una noche de ignominia.
Miguel Ojeda decidió llamar en la onceava entrada al zurdo Fabián Cota como relevo y le realizó un gran trabajo para mandar al juego al inning 13 en que los Rojos ganaron con el sello de la casa: Carlos Figueroa, que no había comenzado jugando el partido, se embasó en toque de hit, se fue a segunda en una rola y anotó la carrera que sería de la victoria en un hit de Terrazas por el jardín izquierdo. Juan Sandoval retiró en orden el cierre del 13.
David Reyes lanzó un gran juego por los Diablos y los dejó con ventaja de 3-0 con seis entradas y un tercio en cero careras y sólo dos hits, pero falló el relevo largo y Carmen empató a tres para que se convirtiera en una maratónica y emocionante batalla.
Para Japhet terminó su fantástica racha bateadora al irse de 5-0 con cuatro ponches, el sombrero dorado. El récord de más ponches en un juego de entradas extras corresponde al cubano Jackie Hernández al jugar con Tabasco en 1975 con siete. El mismo Jackie que fue compañero de Roberto Clemente cuando los Piratas de Pittsburgh ganaron la Serie Mundial de 1971.
Las buenas y malas rachas son como las gripes, uno no sabe cuándo llegan ni cuándo se irán.
