FUE el formidable Héctor Espino el que inauguró el selecto club de los 40 jonrones en una temporada de Liga Mexicana cuando bateó hasta 46 batazos de vuelta entera en la campaña de 1964 para romper la marca de Ronnie Camacho que había conectado 39 un año antes. Allí demostró Espino que era un jugador fuera de serie y se lo quisieron llevar a Ligas Mayores. Los siguientes en llegar al club de los 40 fueron el panameño George Prescott de Poza Rica en 1967 con 41 y al año siguiente con la misma cifra aquel cátcher Elrod Hendricks de Jalisco que luego llegó a Grandes Ligas.
Pasaron bastantes años hasta que en 1984 el americano Derek Bryant con Tampico dio 41, a cinco del récord de Héctor Espino. Y un año más tarde fue Andrés Mora el que se la voló 41 veces con Nuevo Laredo. Es curioso que hayan tenido los mismos número de 41 cuadrangulares los cuatro nuevos socios del club de los 40.
Y en 1986 ardió Troya en el apogeo de la pelota Comando cuando Jack Pierce impuso una nueva marca que va a ser muy difícil de superar y que es de 54 jonrones, inaugurando el club de los 50 y al que nadie más ha podido llegar desde ese año. Lo hizo con el club Bravos de León.
Un año después, en 1987, Nelson Barrera dio 42 batazos de vuelta entera que es récord para jugador mexicano en los Diablos Rojos. Y en 1992 el americano Ty Gainey dio 47 jonrones para récord de los Rojos capitalinos.
En el año 2000 y celebrando la llegada del nuevo siglo, el zurdo Eduardo Jiménez con Saltillo dio 45 batazos sobre las bardas. Y ése ha sido el último en llegar al club de los 40 en donde Japhet Amador ya está tocando la puerta. Sería el décimo en una historia de 90 años en llegar a los 40 cuadrangulares ganando el campeonato de largos batazos así que realmente es un club muy selecto.
La historia de los grandes jonroneros en Liga Mexicana comenzó con el formidable Joshua Gibson bateando 33 jonrones en el año de 1941 con los Azules del Veracruz, un récord que duró hasta 1960 cuando el cubano Aldo Salvent con Poza Rica dio 36 y tres años después Ronnie Camacho puso su marca en 39 grandes batazos, quedando a uno de los 40.
No es nada fácil llegar a esa cifra como lo hemos visto en estos párrafos y ya llevamos 90 años de Liga Mexicana. En 1986, con la pelota Comando volando como un misil dirigido, la pelea por el nuevo récord quedó entre Jack Pierce de León y Nick Castañeda del San Luis Potosí, quien terminó con 53, con Willie Aikens del campeón Puebla finalizando con 46 que alcanzó la marca de Espino. Tenemos pues a otros dos jugadores que pasaron de los 40 y uno de los 50 que no pudieron ganar el cetro de jonrones. Y tenemos entonces a dos jugadores que han llegado al club de los 50.
Ahora esas cifras son inalcanzables porque el calendario es más corto y por ello la hazaña de Japhet Amador este año es más extraordinaria. Inauguró Japhet el Parque Fray Nano remozado con una súper temporada en batazos de largo alcance. El rey de la bombonera.