No creo que en el beisbol un jugador haya sido nombrado por tantas décadas como Yogi Berra, por muchos años cátcher estrella del Yanquis y posiblemente el bateador más temido de su tiempo de jugador. El miércoles llegó la triste noticia del fallecimiento del gran Yogi, ya con 90 años y cuya frase de "esto no se acaba hasta que se acaba" lo inmortalizó aún más que sus hazañas en el diamante. Por esa frase su nombre se siguió repitiendo una y otra vez.
Fue un deportista legendario con todo y un Museo que se instaló en las afuera de Nueva York con momentos importantes en su carrera que comenzó en 1946 y terminó en 1964. Nadie logró más anillos de Serie Mundial ganada, un total de 10, y siempre fue parte vital en aquellos fuertes órdenes al bat de los Yanquis en los tiempos que estuvo con ellos. Su primer jonrón de los 12 que dio en Serie Mundial se convirtió en un récord ya que en el clásico de 1947 se convirtió en el primer bateador emergente en volarse la barda. Habían pasado ya tantas Series Mundiales, la primera en 1903, y ningún emergente había conectado un cuadrangular.
Fue el catcher de Don Larsen en el juego perfecto de 1956 y en el séptimo y decisivo juego de esa serie pulverizó al pitcher estelar del Dodgers, Don Newcombe, con dos jonrones en sus dos primero turnos.
Lo más formidable de Yogi en los años de jugador fue su facilidad de poder batear a la hora buena. No tenía zona de strike ya que podía dar sus hits sobre bolas malas fuera de la zona de strike. En el beisbol actual no es fácil encontrar bateadores que se distingan por batear a la hora cero y Berra siempre tuvo esa facultad. Hubiera sido el héroe de la Serie Mundial de 1955 si Sandy Amorós no le hace aquella formidable jugada. Y en 1960 había dado el jonrón que iba a decidir el séptimo juego de la Serie Mundial cuando el ampáyer de home tuvo luego una mala decisión contra Yanquis que permitió a Piratas terminar ganando con el jonrón legendario de Bill Mazeroski.
En un principio lo probaron como jardinero ya que no era un buen catcher, pero en 1949, al llegar Casey Stengel, llamaron de instructor a Bill Dickey, que había sido el mejor receptor de su tiempo y pronto fue c Yogi el mejor cátcher de la Liga Americana, eran los tiempos que se discutía quien era mejor de Yogi y Roy Campanella con los Dodgers de la Liga Nacional.
Los Yanquis siempre han tenido un ícono para que tire la primera bola en los grandes acontecimientos y al morir Joe DiMaggio en 1999, Yogi quedó como el emblema del equipo. Me imagino que la estafeta será recogida ahora por "Whitey" Ford, el gran pitcher zurdo que llegó en 1946 al Yanquis, cuatro años después de Yogi.
Tuve la oportunidad de ver a Yogi Berra en la Serie Mundial de 1961, la primera de las 40 que fui. En el segundo juego en el Yanqui Stadium original lo vi volarse la barda por el jardín derecho. Curiosamente fue su último jonrón en Serie Mundial y la última que jugó de titular. Descanse en paz.