Durante los funerales del martes al famoso Yogi Berra, "esto no se acaba hasta que se acaba", creo que la mejor frase la tuvo el Gobernador del estado de Nueva Jersey, donde el gran bateador y cátcher vivió desde sus tiempos de jugador de los Yanquis: "Yogi es un tesoro nacional".
Yogi Berra fue incinerado y sus cenizas fueron llevadas en una caja a la Iglesia de La Inmaculada Concepción en un lugar del estado de Nueva Jersey, pegado a Nueva York, llamado Montclair y cerca de donde tenía su casa. De ascendencia italiana, Yogi era católico como lo somos la mayoría de los mexicanos menos directivos del PRD y de Morena que son ateos.
Fue un funeral privado y en esa iglesia según lo había pedido Yogi, fue la despedida con Joe Torre encargado de las palabras en que entre otras dijo: "Era tan bueno, tan real y humano. Hacía reír aun a la gente que no tenía nada que ver con el beisbol".
Muchos marineros estuvieron haciendo la guardia alrededor de la iglesia ya que Yogi sirvió en la marina durante la Segunda Guerra Mundial y participó en el desembarco de Normandía que fue el principio del fin para Alemania. Manejaba uno de los lanchones que llevaban a los soldados del barco a los peligros que había en la tierra.
Así que no hubo la Misa en la Catedral de San Patricio para Yogi como Babe Ruth y Billy Martin y a la iglesia del lugar donde vivía asistieron gente famosa del beisbol. De los tiempos modernos estuvieron Derek Jeter, Jorge Posada, Tino Martínez, Alex Rodríguez, Bret Gardner, Reggie Jackson, Mariano Rivera, Bernie Williams. No podía faltar el ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, un yanqui hasta la médula, y de la oficina del Yanquis estuvo Hal Steinbrenner. Invitada a la ceremonia asistió la viuda de Jackie Robinson.
Allá arriba deben de estar discutiendo todavía Yogi y Jackie si aquel robo de home de Robinson fue seif o out.
La familia de Yogi, integrada por sus hijos y 11 nietos, no pudieron contener la tristeza en la ceremonia religiosa, al final de la cual uno de los marinos tocó con la trompeta el famoso "Taps" que para los soldados es como Las Golondrinas mexicanas, el adiós.
El gran Dios le dio una larga vida ya que falleció a los 90 años de edad y su fama no decreció en las décadas después de retirado ya que sus frases famosas, tan chistosas como desconcertantes lo acompañaron para siempre y las seguirán diciendo mientras exista el Beisbol.
Cuando dio su jonrón 237 impuso récord de jonrones para catcher en aquel entonces pero luego vino la bola tan viva que pulverizó todos los récords de cuadrangulares, incluyendo los que había dejado el gran Babe Ruth. Berra dio su primer jonrón de Grandes Ligas en el primer juego que tomó parte y se lo conectó al primer pitcher mexicano en llegar a la gran carpa, el tapatío Jesse Flores.
Jugó con los Yanquis de Joe DiMaggio primero y luego con los de Mickey Mantle. No fue tan famoso como ellos, pero sí el más popular. Como lo dijo el Gobernador, un "tesoro nacional".