Cuando Joe DiMaggio se retiró del beisbol con Yanquis ganando el campeonato y la Serie Mundial de 1951, el famoso equipo de Nueva York tuvo una baja de 330,442 aficionados en la temporada siguiente a pesar de que ganaron la corona otra vez y el clásico de octubre igualmente. DiMaggio era la principal atracción del equipo y de las Ligas Mayores, por lo que un buen número de aficionados dejó de ir al estadio cuando ya no estuvo el "Yanqui Clipper" en el jardín central. Se tomó como algo lógico ya que se había marchado la máxima atracción.
Cuando Mickey Mantle ya no jugó en 1969 porque había tenido una horrible campaña en 1968, el año que lo vimos en el Parque del Seguro Social con la visita del Yanquis para cuatro juegos de exhibición, la asistencia declinó en 117,670 espectadores. No fue tanta la baja de aficionados seguramente porque ya en 1968 había tenido el famoso ambidextro una baja grande al verse que estaba prácticamente acabado de bateador.
Llegamos al momento que vivimos y en este 2015, el primer año del Yanquis sin Derek Jeter desde 1996, la asistencia bajó 307,829 respecto a la despedida del gran shortstop que era el ídolo del club en los tiempos modernos, cerca de la cifra de aquel año que DiMaggio se fue del beisbol.
Eso nos dice que cuando un club tiene un héroe que se marcha, mucha gente se va.
Este año los Yanquis pelearon por el primer lugar de su grupo prácticamente por toda la temporada y lograron el jueves con la victoria 10,000 del club llegar al juego del comodín.
Aun así la ausencia de Jeter hizo que 307, 829 personas buscaran otra diversión o se quedaran en casa. Los que van aplauden a sus jugadores pero Alex Rodríguez ha tenido tantos problemas fuera y dentro del diamante que es un ídolo a medias y los demás jugadores no han respondido con sus actuaciones de la manera esperada. Es decir, no hay un gran ídolo para los aficionados que idolatraron a DiMaggio, Mantle y Jeter.
La nueva esperanza se llama Greg Bird, que en el juego del amarre al comodín, el de la victoria 10,000, dio su jonrón 11 en el poco tiempo que lleva en el club supliendo a Mark Teixeira que se fracturó una rodilla.
En 1951, el primer año como novato del Yanquis, Mantle bateó .267 con 13 jonrones y 65 carreras empujadas en 341 veces. Este año, Bird lleva 11 cuadrangulares en sólo 149 viajes al home con 30 empujadas y .255 de average, proporcionando una formidable defensa al estilo Teixeira, Guante de Oro, en la primera. Es de los que levanta el 98 por ciento de los "pick ups" en tiros malos y que cubre mucho terreno en su posición. Tiene grandes facultades y no se poncha mucho.
Con los 31 jonrones que llevaba Teixeira este año y los 11 de Bird son 42 para los dos primeras bases que tuvo Yanquis en este año. Nadie duda que Bird tiene grandes facultades y podría muy pronto el nuevo ídolo de los Yanquis, pero para el 2016 todavía queda el último en el largo y caro contrato de Teixeira. ¿Qué harán los Yanquis en el 2016?