Desde el domingo por la noche pensé que los Yanquis estaban en un callejón sin salida al dejar todo listo para que el pitcher zurdo Dallas Keuchel les lanzara el juego del comodín. Los había blanqueado las dos veces que jugaron en la temporada, las blanqueadas modernas en que no necesariamente completan los juegos. Un equipo de muy poco bateo consistente como el Yanquis del 2015 contra un pitcher que ganó 20 juegos y seguramente sea el ganador del trofeo Cy Young.
La esperanza para Yanquis era que Angelinos quedara en segundo lugar, o el Rangers, pero que no tuvieran otra vez a Keuchek enfrente.
Y para hacer las cosas peores el mánager Joe Girardi escogió un orden al bat en que su primer bat se ponchó las tres primeras veces y se fue de 4-0. Escoger a Gardner sobre Ellsbury es uno de los muchos pecados capitales que hace el mánager en la campaña.
De cualquier manera los Yanquis de este año no batearon y llegaron de milagro al juego del comodín si tomamos como base los numeritos.
Dicen que Alex Rodríguez tuvo un gran retorno por sus 33 jonrones pero bateó .251 y un bateador de .250 no va ayudar demasiado porque casi nunca está embasado.
Vamos a tomar el ejemplo de Alex, Gardner y el tercera base Chase Headley. Alex fue el líder de ponches en el equipo con 145, mientras Headley y Gardner se poncharon 135 veces cada uno y para hacer las cosas más curiosas aun cada quien bateó .259. Muchos bateadores de .250 entre los titulares y eso nos deja un orden al bat de muy poco average, siendo el mejor Carlos Beltrán con .276 y quien se perdió muchos juegos lesionado.
El cátcher McCann que gana muchos millones bateó .232 con 26 jonrones y 94 empujadas y con ese average vas a perjudicar al equipo. El promedio de embasadas en que se basó la película de Bradd Pitt que interpreta al gerente Billy Bean de los Atléticos es muy importante y con esos averages los pitchers tenían que lanzar muy bien para las pocas carreras de ayuda.
Tanaka pitcheó bastante bien pero al aceptar dos carreras el juego ya estaba perdido para estos Yanquis del 2015.
Volviendo con Akex, Gardner y Headley tenemos que se poncharon 415 veces entre los tres y totalizaron 60 jonrones.
En 1927, cuando Babe Ruth impuso su récord de 60 jonrones, que sigue siendo récord en la Liga Americana en 154 juegos, Ruth se ponchó 89 veces y bateó para .356. La diferencia es tremenda.
Pitágoras no miente y los Yanquis estaban metidos en un callejón sin salida al saber que tenían que enfrentarse a Keuchel otra vez, el hombre que se pinta de negro las barbas y pinta de blanco a los contrarios.
Siempre nos damos esperanzas de que esto o lo otro puede suceder, que hay muchas sorpresas en un juego de beisbol, pero lo lógico es lo que vimos. Me imagino que Pete Rose o algún apostador puso su dinero a los Astros y ahora deben estar celebrando tras poner todos sus ahorros y ganar el juego del domingo. No había escapatoria para el Yanquis del 2015 y Girardi seguirá usando el número 28.
