Las Ligas Mayores siempre han sido el gran ejemplo para todos los otros circuitos beisboleros que hay en el mundo que tratan de copiar sus sistemas que tienden a la perfección. Por varias razones es imposible llegar a ese punto de grandeza. Podríamos comenzar por las transmisiones de los juegos de Beisbol en que nuestra TV hacen todo el esfuerzo posible para darle al aficionado la transmisión inmaculada que nos ofrecen en Grandes Ligas. Ellos tienen más cámaras, mejores directores de ellas, mejores ideas.
Se hace lo que se puede en nuestro beisbol pero estamos tan lejos de las Grandes Ligas como de la tierra a Marte. Obviamente ellos tienen mejor producto que nosotros y estadios más grandes, cómodos y mucho mejor mercadotecnia. Nosotros seguimos siendo aprendices del brujo, como aquella famosa sinfonía que aparece en la preciosa película que lleva ese nombre.
Sin embargo las Ligas Mayores también tienen sus días vergonzosos y el miércoles fue uno de ellos. En el juego de la Liga Americana el ampáyer de home fue muy severo con el pitcher de los Reales y dejó de cantarle varios strikes al dominicano Vólquez. Las potentes cámaras no mienten y cuando José Bautista recibió una base por bolas muy importante en la sexta entrada no me cabe la menor duda que el ampáyer principal le estaba dando una buena manita al bateador. El mánager Ned Yost de los Reales es más paciente que Job el de la Biblia ya que no armó ninguna gran protesta como aquéllas que nos daban Billy Martin o Earl Weaver. Al final del juego el ampáyer principal se disculpó por un strike que no cantó, pero fueron varios.
Es asombroso como hoy, los pitchers aguantan el coraje por los malos conteos de los ampayers principales. Antes le protestaban aunque fuera de lejos ese mal conteo. Me imagino que la oficina del Comisionado se dio cuenta y ese ampáyer no será llamado ni a la Serie Mundial ni a otros play offs que vengan. Por esos malos ampayers todavía quedan veteranos como Joe West porque son mejores que los nuevos. Los mánagers mueven la cabeza negativamente en la caseta y muy de vez en cuando viene la protesta el terreno de juego y la expulsión. Pero afortunadamente el beisbol ha sobrevivido a los malos ampayers, muy lejos de la perfección que siempre buscan en Ligas Mayores. Hay varios azules que no encajan pero por lo menos tienen porte, lucen como ampayers.
En la noche el juego de la Liga Nacional fue una vergüenza y ya estaba decidido desde la primera entrada porque los Cachorros, a fin de cuentas, fueron un fiasco. Contra Cardenales lucieron como Gulliver, alto y fuerte, pero contra el Mets nos dieron la versión beisbolera de Pulgarcito. Es increíble como un equipo puede cambiar así de una serie a otra. Cualquier pitcher que ponía Mets ridiculizaba a los pobres Cachorros que tal parece que nacieron para no poder escapar del Salón de la Vergüenza. Un miércoles de bochornos para olvidarse y ojalá que tengamos mejores encuentros en la Serie Mundial.
