Durante muchas décadas prácticamnte sólo llegábamos a tener un pelotero mexicano en una temporada de Ligas Mayores, comenzando con el jardinero sonorense Melo Almada en 1933, aunque fue un jugador azteca cuya familia había ido a vivir en Estados Unidos. Luego llegó el segunda base José Luis "Chile" Gómez por un par de años con los Filis de Filadelfia y en 1942 un rato con los Senadores de Washington. Luego vinieron los años inolvidables de Beto Ávila con 10 temporadas con Indios de Cleveland y uno con tres diferentes.
Fue hasta 1981 que los directivos de Ligas Mayores se volvieron a dar cuenta que México podía producir grandes estrellas con la Fernandomanía y enseguida la Llegada de Teodoro Higuera, otro gran estrella que duró menos tiempo de los pensado debido a una lesión lo hizo salir del grupo de estrellas, pero mientras duró fue uno de los mejores lanzadores de Ligas Meayores. Casi todos los mexicanos que llegaban al gran circo eran pitchers. Los grandes triunfos de Fernando Valenzuela y de Higuera hizo que las Grandes Ligas buscaran más jugadores aquí en México pero hasta esos dos monstruos del pitcheo zurdos eran garbanzos de a libra.
De vez en cuando nos alborotábamos con la llegada de un nuevo paisano al sueño americano que no era exactamente el sueño mexicano ya que jugadores como el formidable Héctor Espino fue una vez solamente a probar la pelota americana y no quiso volver.
En el tiempo del doctor Álvaro Lebrija con sus Charros de Jalisco puso una cifra de buscadores e instructores récord en nuestro beisbol en que los Diablos sólo tenían uno, "Chita" García, y los Tigres uno también, Corito Varona. Y surgieron con la nueva intensidad peloteros que alcanzaron el firmamento, algunos que duraron mucho tiempo como Aurelio Rodríguez con grandes atributos fildeadores.
Y finalmente llegó con Vinicio Castilla, el Héctor Espino que no quiso ir, teniendo tres temporadas seguidas con 40 o más jonrones. En realidad tuvimos desde los tiempos de Jorge Pasquel varios jugadores formidables pero entonces los americanos no miraban hacia México ya que sólo había 16 equipos de las Mayores y ahora hay un gran total de 30 y están tratando hasta con desesperación jugadores en todo el mundo.
Con el brazo potente que tenía La Mala Torres habría jugado en las Mayores igual que Cochihuila Valenzuela con las curvas de arco iris , Chanquilón Díaz que era jonronero, Ángel Castro que se la botaba a los pitchers de color que traía Pasquel y con gran velocidad. Desperdiciaron las Ligas Mayores a muchos jugadores latinos.
Ahora han cambiado su manera de pensar y hasta el nuevo Comisionado Manfred vino a la Convención en México que en los play offs pasados tuvo seis jugadores aztecas, cifra récord, pero solamente nueve cuando cantaron Pleybol en abril. Incluso el mismo Comisionado va a poner una oficina en nuestro México para ver lo que puede ayudar para que más peloteros de nuestro país lleguen al mejor beisbol del mundo.