En 1986 se jugó un play off off de alto dramatismo cuando Angeles de California con el cerrador Donnie Moore en la lomita estaban a un strike del primer campeonato de su historia contra los Medias Rojas de Boston. El juego celebrado en el siempre hermoso estadio de los Angelinos y el lleno completo estaba de pie saboreando la celebración que parecía cerca. Había un hombre en base y el bateador lo era Dave Henderson que tenía poder, lo que no dejaba de ser un peligro latente.
Fue entonces que Henderson vivió su momento inolvidable en sus 15 años de Grandes Ligas con un batazo a lo profundo del left-centro y con la pelota cayendo del otro lado para cerrando el inning viniera el triunfo firmado y sellado. Parece que todavía estoy viendo ese momento que fue un triunfo inolvidable en la historia de los Medias Rojas que entonces pasaron a la Serie Mundial para vivir en la otra parte de la mesa ya que vinieron de atrás en la novena entrada del sexto juego para terminar ganándolo a pesar de que Boston estaba a solo tres outs de romper la que fue tan conocida como la maldición del bambino y ese juego terminó con una rola debajo de las piernas del primera base Bill Buckner. Y luego ganaron el séptimo para comenzar la celebración en el Barrio del Queens.
Los play offs puede haber sido extraordinarios en emociones pero nunca se hacen tan famosas al paso de los años como la Series Mundial y muchas veces se ha nombrado y se ha visto pelpicula de Buckner, mientras el jonrón de Dave Henderson, aun en la historia del Boston, se escucha menos, aunque sin los primero no habríamos tenido lo segundo.
Dave Henderson volvió a ser recordado el domingo al fallecer solo tenía 57 años de edad debido a un problema en el corazón después que le habían hecho un transplante en el riñón.
De esta manera los dos principales protagonistas de aquel duelo memorable de la novena entada fallecieron antes de tiempo. En el caso del relevista, Donnie Moore, solo tres años después de recibir el jonrón de de Henderson, decidió suicidarse por un problema que traía. Ese fue el final del pitcher que estuvo a un strike de darle al Angelinos su primer viaje a una Serie Mundial.
Es curioso que viajando en el túnel del tiempo hasta 1941 en que el pitcher Hugh Casey, un veterano del Dodgers a diferencia de Moore, fue víctima del pasbol de Mickey Owen para que no le ganara el cuarto juego de la Serie Mundial al Yanquis y se empatara el clásico. Años más tarde, Hugh Casey se quitió la vida en otro arrebato del pitcher que no le encontró solución en esta vida. Tenía 57 años el lanzador de la curva pronunciada que ni el gran cátcher Mickey Owen, con gran defensiva, pudo atrapar.
Casey era alto, fuerte, gordo, pero hacía bailar a la pelota como Tongolele bailaba en los años maravillosos de la post guerra. Y tanto Donnie Moore como Casey decidieron probar la fortuna de la nueva vida de la eternidad antes de ser llamado en su turno correspondiente. La historia volvió a repetirse.
