En este 2015 que está viviendo sus últimos momentos los Diablos Rojos del México celebraron sus primeros 75 años de edad y en este 2016 que va a comenzar pronto estarán festejando los 60 años del primer campeonato ya que fue en 1956 con el inolvidable Lázaro Salazar de mánager conquistaron el primero de los 16 campeonatos que es cifra récord en una Liga Mexicana que a su vez cumplió los 90 años de edad. Los Diablos tuvieron sus temporadas de segundo lugar en la época de Jorge Paquel de 1940, cuando nacieron, a 1951, pero lo década no trajo campeonatos para su fundador, don Ernesto Carmona, ni para los otros managers. Pero para 1956 decidieron contratar al ya prestigiado mánager cubano Lázaro Salazar que había ganado seis campeonatos, cinco con Monterrey y uno con los Cafeteros de Córdoba, una marca que ha perdurado como más títulos para un timonel en nuestra liga principal.
Fue aquel Diablos Rojos de Alonso Perry ganando la triple corona en su segundo año en la Liga Mexicana y Panchillo Ramírez teniendo una súper temporada con la triple gema de pitcheo, ganando 20 juegos. Fue el año de Chero Mayer en el short y Natas García en la segunda base, de Felipe "Burro" Hernández completando el infield jugando aquella formidable y jubilosa tercera base en que con su potente chiflido alegraba muchos partidos en el Parque del Seguro. Naturalmente Salazar tuvo un profundo cuerpo de pitcheo donde estaban también el cubano Vicente López, el dominicano Guayubín Olivo, Memo López, el zurdo cubano muy consistente Rafael Rivas, mientras en el jardín vimos a los antillanos "Bicho" Pedrozo, un excelente bateador en nuestra liga, Óscar Garmendía y Juan Vistuer. Era 1956 y se estaba a tres años de que llegara la pesadilla eterna de los Castros comunistas, por lo que había mucho pelotero profesional en Cuba. Al año siguiente moriría prematuramente el gran Lázaro.
También en 1956 los Yanquis de Nueva York estarán celebrando 60 años de mucha importancia ya que para comenzar, ganaron el campeonato y la Serie Mundial, con el famoso Mickey Mantle conquistando la triple corona como Perry y llegando a 52 jonrones, amenazado en la campaña la marca de los 60 cuadrangulares de Babe Ruth en 1927.
Pero en la Serie Mundial vino lo que nunca se había visto ni se ha vuelto a ver en los clásicos de octubre, un juego sin hit ni carrera y para ponerle una cereza gigante en el pastel ya que fue un juego perfecto, el único de la historia en el clásico. En ese juego una gran atrapada de Mickey Mantle en el jardín central salvó el juego perfecto corriendo al callejón del left-centro para quedarse en plena carrera con la pelota cuando el batazo de Gil Hodges, aquel fuerte bateador derecho, para la mejor atrapada de su vida. Por lo menos la más oportuna ya que salvó el único juego perfecto y sin hit ni carrera en dos siglos.
Es otra de las cosas hermosas en nuestro beisbol: el que cada año tengamos algo formidable que recordar. Es un deporte con culto al pasado.
