Derrick Rose en un entrenamiento de los Toros, sus ausencias por lesión han afectado a Chicago. (AP)
La misma tripulación, con un nuevo almirante. Los Bulls de Chicago esperan que ello marque la diferencia, mientras se preparan para luchar otra vez contra LeBron James y los Cavaliers de Cleveland.
Se ha ido el entrenador Tom Thibodeau después de cinco años de imponer su estilo defensivo. En su lugar está Fred Hoiberg, quien privilegia el ataque vertiginoso en un equipo cuyo plantel es prácticamente el mismo que la campaña anterior.
"Pienso que una buena parte del éxito consiste en construir relaciones con los jugadores y con el personal", dijo el gerente general Gar Forman. "Todo ha sido muy positivo".
No es un secreto que la relación entre la gerencia y Thibodeau estaba destruida. Los Bulls dejaron eso claro cuando lo destituyeron pese a una de las etapas más exitosas en la historia de la franquicia.
Chicago tuvo una foja de 255-139 bajo las órdenes de Thibodeau y jamás se ausentó de los playoffs. Pero ante las lesiones en ambas rodillas que pusieron fin a dos campañas de Derrick Rose en los años recientes, y tras naufragar con el escollo de James (ya sea en Miami o Cleveland), el hecho es que los Bulls no pudieron llegar a lo más alto.
Y la paciencia se agotó la campaña anterior, con la derrota ante los Cavs en la semifinal de la Conferencia del Este.
Hoiberg guio a Iowa State, su "alma máter" a cuatro apariciones seguidas en el torneo de la NCAA y a títulos consecutivos en la serie Big 12. La pregunta es si podrá sacar más jugo de un plantel veterano de los Bulls, que esperaba competir por el título la campaña pasada.