Mucho se ha dicho que Toyota es la única automotriz de gran tamaño que no se ha instalado en México. A pesar de lo anterior han estado trabajando con la mayoría de los estados de país viendo pros y contras buscando la mejor opción para instalarse.
Nuevo León ha hecho un cabildeo impresionante, sin embargo, ese estado no logrará la inversión de Toyota. El motivo, Kia Motors les comió el mandado. Kia es la inversión más grande de la historia en nuevas plantas en México (2,500 millones de dólares si consideramos los proveedores que vendrán también de Corea).
Coahuila y, en particular La Laguna que podría incluir Gómez Palacio, es una zona que Toyota tiene muy bien evaluada. Sin embargo, aquí tampoco Toyota tiene contemplada su inversión. La razón, un pésimo Gobierno estatal y peores gobiernos municipales, Toyota sabe que la megadeuda en Coahuila está mermando la capacidad de los gobiernos locales para construir la infraestructura física y social necesaria que la automotriz busca para producir con calidad automóviles en los próximos cincuenta años. Monclova podría tener mejor chanza por su impresionante clúster acerero, pero aquí tampoco Toyota invertirá.
Zacatecas tiene más posibilidades que Coahuila, por su cercanía a Aguascalientes, sin embargo, tampoco acá Toyota quedará. La razón es por la escasa mano de obra y problemas con la seguridad pública.
La ciudad de Durango es un verdadero caballo negro. Ha sido impresionante la expansión en infraestructura de la ciudad y sus alrededores, incluidos los periféricos ferroviarios que el presidente Peña Nieto inauguró el pasado miércoles 14. El gobernador Herrera Caldera es un efectivo promotor de su ciudad y no se puede descartar una sorpresa para su elección que, aunque no tiene historial manufacturero de importancia como si lo tiene La Laguna, al final se importaría mano de obra de la Comarca que está a sólo a 220 kilómetros de la capital duranguense.
Entonces quedan Guanajuato y Querétaro. San Luis Potosí se descarta por la llegada de BMW y los cientos de millones de pesos o dólares en subsidios que su gobierno ofreció a esa automotriz que finalmente decidió por ese estado. Querétaro es demasiado caro y su infraestructura se está saturando, junto con una escasez de mano de obra calificada. Queda Guanajuato, y creo aquí quedará la inversión de Toyota. La llegada de cientos de proveedores de Honda y de Mazda a este estado han hecho a esta región muy atractiva, además de que cuenta con ciudades medias para escoger que podrían albergar esta importante inversión. A saber, la zona de León-Silao podría ser la elegida. Estas dos ciudades casi conurbadas tienen mano de obra, infraestructura de primer nivel y gobiernos locales muy receptivos a las demandas de una compañía como Toyota. Además el aeropuerto del Bajío tiene excelentes conexiones a California y de allí a Japón. Otras ciudades a considerar serían Irapuato, en el corazón del estado y con acceso a todas partes por carretera y ferrocarril. Se descarta a Celaya y a Salamanca por ser sedes de Honda y Mazda, respectivamente. Otros municipios que Toyota podría escoger son San Miguel de Allende por su nuevo parque industrial y cercanía a Querétaro y a San Luis de la Paz, el municipio más promisorio de Guanajuato para la expansión industrial.
Por lo tanto, ya sea por el pésimo Gobierno estatal en Coahuila y peores gobiernos municipales o por el muy efectivo promotor que es el gobernador-alcalde de Durango, quien sólo ve para su ciudad y abandona el resto del estado, la Comarca Lagunera sigue sin encontrar la salida a la falta de empleo y oportunidades.
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