— Antonio Machado
A lo largo de cuatro décadas Saturday Night Live, el popular programa nocturno auspiciado por la cadena de televisión norteamericana NBC, ha surgido como una suerte de termómetro político y retrato social en distintos momentos neurálgicos de la historia de Estados Unidos y el mundo entero.
A través de la comedia y la parodia, diversas personalidades y generaciones de talentosos artistas lograron catapultar sus carreras, y a la par cambiaron la percepción del público respecto a determinados actores de la vida pública.
Con su imitación del presidente Gerald Ford en los años setenta, Chevy Chase -perteneciente a la primera generación de talentos emanada de Saturday Night Live, logró que el público percibiera a Ford como un mandatario torpe y carente de destreza y habilidad política, que con sus frecuentes pifias y dislates llevaría al país a una suerte de precipicio.
"Es difícil imaginarse a Gerald Ford como un tipo serio después de ver una y otra vez las caídas de Chevy Chase. A Will Ferrell llegaron a decirle que con su imitación de George Bush caracterizaba a un presidente bobalicón y atontado por su padre y lo hacía amable a los ojos del público. Pero nadie tuvo un efecto tan claro en la campaña electoral como la imitación de Sarah Palin que hacía Tina Fey".
Se dice que en la actualidad Saturday Night Live ha perdido influencia, lo cual quizá es cierto, pero indudablemente ya marcó un hito histórico y se le considerará por siempre como un programa icónico al que recurren, tanto la clase política y los aspirantes a la Casa Blanca, como también los hombres y mujeres más poderosos de la industria del entretenimiento.
Los punteros de los partidos Demócrata y Republicano rumbo al 2018, Hillary Clinton y Donald Trump, han realizado apariciones en dicho programa, e interactuado con los actores que se encargan de imitarlos a través de divertidos sketches.
La tan anunciada presencia de Trump, motivó críticas y protestas a partir de sus posturas respecto a la comunidad latina, particularmente en lo referente a México. La intención de Trump de construir un muro y deportar a los migrantes ilegales que viven allá, a los "asesinos y violadores" como él mismo los llama, consiguieron que el anuncio de su aparición no fuese bienvenido por múltiples sectores apersonados en la sede de la televisora para manifestar su enojo.
Sin embargo, la compañía Nielsen que se encarga de medir y cuantificar los ratings, dijo que con Donald Trump como presentador invitado, el programa logró su mejor índice de audiencia desde enero de 2012 en los principales mercados de nuestra nación vecina.
Ello indica algo que siempre hemos sabido pese a las críticas vertidas: que Trump gusten o no sus posturas, es un genio a la hora de atraer espectadores y posicionar su marca y todo lo que representa. Caiga bien o mal, no es boicoteándolo de los espacios televisivos sino castigándolo en las urnas, como los norteamericanos y especialmente el voto latino, podrán impedir que se convierta en el próximo presidente de Estados Unidos.
Allá, a modo de ejemplo, sí se puede hacer escarnio de la clase política, al tiempo que los políticos saben reírse de sí mismos y no se toman tan en serio. En tal sentido, aquí en México son muy pocos los que apoyan la difusión de espacios donde son criticados, y cada vez menos los foros que ni remotamente hoy se atreverían a imitar a un espacio como Saturday Night Live.
Ya lo escribió hace poco más de un año el periodista Leo Zuckermann y no puedo sino compartir su preocupación:
"Algo importante, que se había ganado con la democratización del régimen, se ha perdido en años recientes: los espacios para burlarse de los políticos en los medios electrónicos. Ha habido, sin duda, un retroceso. Es una pena. Porque en una sociedad democrática resulta muy saludable hacer chistes de los poderosos. Se trata de un ejercicio crítico y catártico a partir de ejercer el derecho a la libertad de expresión".
No es por intrigar, querido lector, pero dicho retroceso al que se refiere Zuckermann coincide con el regreso del PRI a Los Pinos. Yo trabajé en televisión y puedo decirte, con conocimiento de causa, que algo tiene de razón…
Nos leemos en Twitter y nos vemos por Periscope, sin lugar a dudas: @patoloquasto
