Durante el 2015 hubo buenas y malas noticias en el tema de la conservación de los ecosistemas naturales de nuestra región, fue un año de contrastes, de avances y retrocesos, de aspectos positivos y negativos. Los primeros, como era de esperarse, se difundieron ampliamente en los medios y en las redes sociales, mientras que los segundos se ocultaron, se siguen ocultando y poco sabemos de ellos.
El reconocimiento a la participación ciudadana marca sin duda un avance tan claro como el agua, se trata de un tema inherente a la sociedad civil que intenta y propone alternativas de mejoramiento de su entorno.
A nuestra querida Maestra Magdalena Briones Navarro, por su amplísima trayectoria como artista, como autora de obras de teatro, pero ante todo como activista ciudadana defensora de los ecosistemas regionales, el agua, e impulsora de su uso sostenible, le fue otorgado en la ciudad de Monterrey, un reconocimiento de la Asociación de Cronistas de Nuevo León, por su Contribución a la Conservación del Patrimonio Integral.
Al Dr. Francisco Valdés Pérezgasga por su gran trayectoria como activista ciudadano en la defensa del medio ambiente y de la naturaleza, expresada en sus excelentes editoriales en medios escritos y radiofónicos, en programas de televisión, conferencias, entrevistas y trabajo con asociaciones como Prodefensa del Nazas, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) le otorgó el Reconocimiento a la Conservación de la Naturaleza 2015, en la categoría de Comunicación Masiva.
Un tercer reconocimiento, quizás el de mayor significado por tratarse de un grupo amplio y plural el que lo recibe, en el que los dos personajes anteriores han estado y están presentes, es el que recibió Biodiversa: el Encuentro Regional Sobre Biodiversidad y Desarrollo Sostenible, que ha logrado posicionarse como el de mayor envergadura en el norte de México.
Una labor de un grupo que ha sabido funcionar como equipo, acorde con el nuevo modelo de trabajo que se aplica en todas las áreas, con resultados que se vinculan fuertemente a un esfuerzo de educación ambiental, que le ha puesto énfasis a la conservación de los ecosistemas naturales de la región, a su biodiversidad y a los beneficios ambientales que nos proveen.
El común denominador de los 13 Encuentros que se han realizado hasta ahora es el tema del desarrollo sustentable, lo cual ha permitido diversos enfoque socio ambientales como la ecología social, la economía ecológica, la agroecología y la etnoecología, entre otros. Con premisas básicas que han permeado nuestras áreas naturales protegidas, como la que considera a la conservación y el desarrollo parte de una misma estrategia de manejo, a través de la cual es posible mejorar las condiciones de vida la gente sin el deterioro de la base de los recursos naturales y las condiciones ambientales.
Por lo anterior, a mediados de este mes de diciembre, el Jurado del XXI Premio Nacional de Ecología y Medio Ambiente de la Fundación Miguel Alemán decidió, por unanimidad, dar la mención honorífica al comité organizador de Biodiversa "en base a su gran esfuerzo para establecer un espacio de reflexión y debate en torno a temas de conservación de la biodiversidad y su papel en el desarrollo sostenible de su región".
No hay vanidad en estas palabras, se trata de un reconocimiento al esfuerzo, al trabajo que han realizado personas en lo individual o en conjunto, en beneficio de nuestra sociedad: "La dignidad no consiste en nuestros honores sino en el reconocimiento de merecer lo que tenemos", Aristóteles.
Frente a estas distinciones, lo que antes se consideraba como amenazas a la integridad ecológica de una de las más bellas áreas naturales de la región, el Parque Estatal Cañón de Fernández, parece que han dejado de serlo. Primero lo que pareciera ser un intento de modificación de las riberas y planicies de inundación del Río Nazas, en el tramo del Cañón de Fernández, estableciendo de manera ilegal un precedente, y ahora, de acuerdo con la nota periodística de un importante periódico de la región, en la que se consigna la preocupación de los habitantes de varios ejidos cercanos al área, por "la tala de árboles" ya que han visto pasar camiones con troncos provenientes del mencionado paraje, la situación empeora.
Si la supuesta limpieza que se está llevando a cabo en el Cañón de Fernández, consiste en el control de un arbusto "varejudo" conocido como la chicura, deberían estar saliendo varas de medio centímetro de diámetro y no troncos de más de 10 centímetros. Debemos suponer que algo está ocurriendo allá y como dicen los habitantes de los ejidos vecinos, es necesario que las autoridades respectivas intervengan y aclaren lo que está sucediendo.