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Un complot con faldas

GILBERTO SERNA

Érase que se era un hombre que políticamente había que destruir, pues aspiraba a ocupar un alto puesto de elección en Francia. Era el favorito para ganar. Él hasta entonces ocupaba, entre otros el de Director Gerente del Fondo Monetario Internacional. Pero su capacidad no estaba a la altura de quienes no lo querían ver en ese puesto. Los franceses no lo querían porque el grupo dominante en Francia, siguiendo la soterrada repulsa de los gringos por el izquierdismo, no querrían ver un socialista ocupando la presidencia. De ahí que el establishment lo repudiara. Recordemos que establishment que es un término acuñado por los ingleses para referirse al grupo dominante visible o élite que ostenta el poder o la autoridad en un país.

De ahí que se buscara la forma de pararlo en sus intenciones, a como diera lugar sabiéndose que era un ojo alegre al que el sexo lo enajenaba, encontrando su mayor placer en mujeres de la peor calidad que se prestaran a satisfacer sus deliquios de viejo pervertido. Que desde joven había encontrado su plena satisfacción en realizar encuentros por vaso no idóneo. De lo que estaban plenamente enterados sus antagonistas políticos. Cuestión de tener paciencia pues era sabida su tendencia a actuar como un seductor. Sus continuos viajes al exterior de Francia le facilitaban el tener acceso al personal femenino que trabajaba en el servicio de los hoteles.

El escándalo que el asunto había provocado dio lugar a la renuncia del político al cargo de presidente del Fondo Monetario Internacional y también a su candidatura a la primaria socialista de 2011 para las elecciones presidenciales de Francia de 2012. Lo que precisamente buscaban los que urdieron la trama. El diario Le Monde había revelado que el entonces presidente de Francia, Nicolás Sarkozy bien que conocía al dedillo las travesuras de Dominique Strauss-Kahn quien no paraba en mientes para hacer de las suyas en las mismísimas calles parisinas informando, los que le seguían sus pasos, que había sido sorprendido en comprometida situación dentro de un coche estacionado en conocida zona en que se ejercía la prostitución.

Bien, ya dijimos de quien se trata, que como se advierte fue una víctima fácil de los investigadores dada su conocida propensión al sexo. No quedan claras ¿qué hacía la mucama dentro de una habitación ocupada por un huésped que en ese momento se daba una ducha?, da la impresión de que esperaba saliera acabando de bañarse. La NBC anunció el hallazgo de rastros de ADN de Dominique en el cuello de la camisa de la empleada, en tanto el periódico The New York Post señaló que los investigadores encontraron restos de semen en la ropa de la mujer. Esta por demás aclarar que se buscó y obtuvo la renuncia deseada. Queda en la historia de este asunto ¿si en verdad hubo un complot para impedir el arribo a la presidencia de Francia de Dominique Strauss-Kahn? Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

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