Cenizas. Imágenes de las oficinas y aulas de la escuela incenciada por el grupo armado.
Hace 40 días sujetos armados irrumpieron de madrugada la dirección de la secundaria 100, que alberga a 705 alumnos. Rompieron los vidrios y quemaron archivos importantes. El aula aún huele a humo, a plástico quemado; y el aspecto, además de chamuscado, es desolador: un lugar donde niños toman clases con cicatrices recientes de la violencia.
Sobre los hechos hay dos versiones, la que dan vecinos de la colonia El Coloso -quienes aseguran que el 8 de diciembre sujetos armados realizaron la quema y dejaron una cartulina, donde advertían a los maestros que cerraran la escuela- y la de las autoridades de la Álvaro Obregón, que aseguran que "de sujetos armados no sabemos nada... Pudo ser un corto".
La secundaria federal 100 forma parte del centenar de escuelas donde no han podido reiniciar clases, debido a los altos índices delictivos.
La directora del plantel, en el que laboran entre turno matutino y vespertino 80 personas, asegura que en los 26 años que lleva funcionando la secundaria no tiene conocimiento de que haya habido alguna amenaza por parte de la delincuencia organizada, ni maestros secuestrados, ni levantados. Nada. Dice que está tranquilo y que desconoce el porqué "se quemó o quemaron la dirección".
A más de un mes, apenas la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) envió personal de una empresa privada de limpieza para que se removieran los escombros del incendio, el cual abarcó gran parte del salón que mide tres metros por cuatro. La maestra admite que la Fiscalía General del Estado (FGE) no ha resuelto qué ocurrió, pero asegura que los peritajes sobre el hecho están hechos. Ningún maestro declaró. Tampoco hay videos que puedan aclarar lo que pasó.
La dirección fue quemada alrededor de las cuatro de la madrugada. Hombres armados, según versiones vecinales, subieron por Los Europeos, la principal avenida de la unidad habitacional El Coloso, a donde se ubica el plantel. Luego de que le rociaron gasolina al inmueble, le prendieron fuego. Sólo ruidos se escucharon.
El Coloso, según explica un policía de la Fuerza Estatal, forma parte de los seis sectores en los que está dividida la seguridad en Acapulco. La vigilancia en esa colonia, famosa por violenta, está a cargo del estado.
Nadie tiene claridad sobre lo que ocurrió el 8 de diciembre. O por lo menos nadie se anima a contar. De las 15 personas que ayer se reunieron para apoyar en los trabajos de limpieza de la secundaria, hay quienes dicen que pudo ser un cortocircuito lo que quemó el aula; una falla mecánica, aunque no hay ningún aparato con esas características, pero insisten en que ahí es un lugar tranquilo y que las clases no tienen que suspenderse más. Van tres semanas de retraso en las actividades escolares.
Un día normal en la secundaria es de bullicio, cuenta Juanito, un niño que acompaña a su mamá hacia la secundaria. Tampoco sabe qué ocurrió en la dirección de su escuela, y ya quiere regresar a clases, porque no hay mucho que hacer en su colonia. No hay parques, las canchas de futbol están llenas de gente con la que no le permiten convivir y prácticamente, en sus vacaciones obligatorias, se dedica a ver la televisión.
El mismo día que fue atacada la secundaria 100, hombres armados acudieron a la primaria Alfonso García Robles, en la colonia Alborada, de lado opuesto a El Coloso, que se ubica cerca de la avenida Ruiz Cortines. A esa escuela acudieron hombres armados amenazaron a maestros y al director. Cerraron clases.
Ni los padres de familia presentes ni los maestros recuerdan esos hechos, sólo admiten que hay "varias escuelas" cerradas porque los integrantes del crimen organizado no los dejan trabajar. La directora asegura que en las condiciones que está la escuela los niños no pueden regresar, explica que es porque no la han limpiado, no por la delincuencia que no ha regresado.
Aunque la escuela no se ve demasiado sucia, el aspecto que resalta es la dirección quemada y los escombros de dos periódicos murales consumidos por el fuego; además del baño contiguo, del que se observan manchas negras de humo.
La directora comenta que todas las escuelas de la periferia habían cerrado sus puertas, "por algunas cuestiones" y ellos decidieron actuar igual. El 4 de diciembre, cuatro días antes de la quema de la dirección, suspendieron clases, lo cual conocía la supervisión escolar. Cuando supo de los hechos del lunes 8 acudió, pero recuerda que ya eran las 7:30 de la mañana y ya habían llegado los bomberos.
Dice que desde 2010, aunque no acepta que por la inseguridad, tienen un guardia armado de la empresa Jobamex resguardando la escuela, ahora los niños se tendrán que acostumbrar a ver al otro guardia, pero sólo porta tolete, afuera de su secundaria, porque así fueron las disposiciones.
Fernando Chalma García, presidente de la Asociación de padres de familia de la secundaria, admite que la situación que enfrentan es porque "estamos olvidados por el gobierno en cuanto a seguridad", pero considera que los niños tienen que continuar con su educación y van a apoyar a la SEG en su plan, para que más de 100 escuelas con problemas a la periferia puedan reiniciar clases. Tampoco quiso hablar sobre el incendio, pero dijo que "pudo ser un corto".
Cuando se les pregunta sobre el contenido del mensaje, que, de acuerdo a policías estatales y testigos de los hechos, se encontró ese 8 de diciembre, donde se leyó: "Ciérrenla p... o van a valer. Atentamente: Deivi". Tanto el padre de familia como la maestra se quedan callados.
