ENTRADA.- Hoy estarán en Los Pinos con el presidente Enrique Peña Nieto los padres de los jóvenes que hace un año fueron desaparecidos en Iguala, Guerrero. La buena voluntad del mandatario para ocuparse de este lamentable suceso se pone nuevamente de manifiesto.
La agenda programada atenderá los siguientes temas. El primero tiene que ver con la búsqueda de los jóvenes; el segundo sobre la investigación de los hechos; el tercero sobre la atención a las víctimas y el cuarto sobre las políticas públicas.
Ayotzinapa es uno de los sucesos más extraños en la vida de este país. La desaparición, yo diría, la materialmente evaporización de 43 personas sin que se haya dejado un solo rastro físico, ha puesto en duda la capacidad del estado mexicano para resolver este tipo de delitos y además, su impotencia para dar con los asesinos y ponerlos ante un juez.
SOPA.- Por desgracia aquellos lamentables sucesos han sido pretexto para que grupos anarquistas sigan pretendiendo desestabilizar las instituciones y desgastar sin ningún sentido el régimen de Peña Nieto.
Grupos de anarcolocos, gente del mismo crimen organizado que los manipula y hasta personas de buena fe, se han dedicado desde hace tres años, a incendiar propiedades públicas y privadas; a quemar y secuestrar camiones; bloquear carreteras y autopistas; asaltar casetas de peaje y atentar en contra del libre tránsito de millones de mexicanos que no tienen nada que ver con el problema. Todo este tipo de delitos son cometidos en flagrancia, ante las cámaras de televisión o de seguridad y frente a la azorada mirada de millones de mexicanos. El negativo mensaje que con todo esto se manda a la población, es que impunidad sigue siendo la reina este país y que respetar el derecho es para los tontos o dejados por no decir la palabra adecuada.
PLATO FUERTE.- En este país está permitida la comisión de cualquier delito cuando se trata de hacer una denuncia o de protestar en las calles. En un país medianamente civilizado con un gobierno que también medianamente se respete y haga respetar la ley, ya estarían en la cárcel los vándalos, por una parte, y por la otra los asesinos de los estudiantes de Iguala; pero por desgracia las cosas no se dan así en este país.
Para desgracia del país, el incidente de Ayotzinapa ha marcado el actual régimen. Todo lo bueno que haga el gobierno federal se verá siempre empañado o disminuido por aquel crimen. Los gobernantes olvidan que una justa y pronta administración de justicia es lo que primordial e históricamente ha reclamado la sociedad mexicana. Puentes, aeropuertos, autopistas, escuelas, presas, o vialidades, todo pasa a un segundo término cuando se carece de justicia e impera la impunidad.
Nadie quiere la prohibición de la libertad para manifestarse o protestar.
Nuestra Constitución Política instituye esa garantía. El Artículo 6o. dice: "La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público…". Artículo 8º: "Los funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho de petición, siempre que ésta se formule por escrito, de manera pacífica y respetuosa; pero en materia política sólo podrán hacer uso de ese derecho los ciudadanos de la República". El Artículo 9º determina: "No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito…". "Ninguna reunión armada, tiene derecho de deliberar. No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto, a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee".
POSTRE.- La ley es muy clara. Falta únicamente que el gobierno la haga respetar como es su obligación. Así de fácil.
