Palacio de Schönbrunn. (Archivo)
Ocupada por celtas y romanos y corazón del florecimiento musical de Europa, Viena, la antigua capital del Imperio Austrohúngaro, conserva su esencia aristocrática y señorial. Ciudad romántica y nostálgica cuyo Centro Histórico es Patrimonio de la Humanidad, donde la Ringstrasse es donde se encuentran muchos lugares de visita obligada.
Para conocer
* Palacios: Schönbrunn (suntuosos interiores y hermosos jardines, Museo de Carruajes y Tiergarten); Belvedere (obras del periodo Biedermaier y de Klimt); Hofburg (hogar de los Habsburgo; Museo de Sissi y Aposentos Imperiales).
* Ópera de Viena: La más importante y reconocida a nivel mundial, de estilo renacentista.
* Stephanplatz: Animada plaza en la que se encuentra la Catedral de San Esteban (vale la pena subir a la torre para ver la ciudad).
* Museo de Historia del Arte: Un must, construido expresamente para albergar las colecciones imperiales.
* Escuela Española de Equitación: Famosa por los espectáculos de caballos lipizanos.
* Iglesias: San Carlos Borromeo (espectacular ejemplo del barroco); Iglesia de los Capuchinos (aquí se encuentra la Cripta Imperial).
* Prater: Antiguo coto imperial de caza convertido en parque de atracciones, la rueda de la fortuna es un ícono.
Para dormir
* Hotel Sacher. Emblemático. Renovadas instalaciones en céntrica ubicación. Spa y concierge de primera. Pet friendly. Café Sacher, un place to be. (www.sacher.com).
Para comer
* Café Central. Cocina vienesa. Clásico de antaño. Must: refinada pastelería acompañada del típico café vienés. Buenos desayunos.
* Steirereck. Cocina austriaca. En Stadtpark dentro de casona estilo Art nouveau. Tradicionales recetas con un twist contemporáneo.