Decisiones. El objetivo de cambiar los precesos es que los jueces tengan perfiles más sólidos para que haya mayor equilibrio.
En los próximos doce meses, la integración del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se transformará y "existe riesgo" de que la elección de los tres nuevos ministros responda más al reparto de "cuotas" que a perfiles sólidos.
Además, es necesario cuidar esta elección, ya que está en juego el "equilibrio" en las decisiones del alto tribunal porque los cambios merman al bloque identificado con una agenda progresista-liberal, coincidieron expertos en la materia.
El director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Pedro Salazar, y el investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Saúl López Noriega, explicaron que la renovación del pleno de la Suprema Corte es "clave" para garantizar la estabilidad del Estado mexicano; y por el momento que atraviesa el país se requiere gente comprometida con la defensa de los derechos humanos y con una visión internacional del derecho que garantice que las resoluciones cumplan con los compromisos adquiridos a nivel global.
El Ejecutivo deberá enviar las ternas al Senado de la República a fin de elegir a tres nuevos ministros para ocupar la vacante que hay después de la muerte del ministro Sergio Valls y, en los próximos meses, también sus propuestas para sustituir a los ministros Juan Silva Meza y Olga Sánchez Cordero, quienes concluirán su período en el encargo.
El investigador Pedro Salazar consideró que en el análisis de los perfiles que el Ejecutivo proponga, los senadores deben "garantizar la autonomía" de los candidatos respecto a los partidos políticos y el gobierno federal.