Estropear la fiesta de un dueño de casa es para Uruguay una rutina. Chile, su próximo rival en cuartos de final de la Copa América, ya está advertido.
Sin ir más lejos, Uruguay eliminó a Argentina en la edición de 2011 cuando se consagró campeón y a Venezuela en 2007 dejando al torneo huérfanos de locales, y el miércoles irá al hogar de la Roja en el estadio Nacional para estirar sus proezas y seguir haciendo historia.
"Me gusta jugar con Chile, cada vez que jugamos con el anfitrión lo dejamos afuera", recordó el centrocampista Egidio Arévalo Ríos tras el empate el sábado 1-1 con Paraguay en un Grupo B, en el que ambos se clasificaron junto con Argentina.
El equipo del "maestro" Oscar Tabárez volverá a estar en el centro de la escena porque en cualquier campeonato el local garantiza atención y éxito de taquilla.
Por lo pronto, en tres de las últimas cinco copas, Uruguay alimentó su leyenda eliminando a los locales.
Argentina sufrió la garra charrúa cuando quedó eliminada por penales en cuartos de final en Santa Fe y otro tanto le ocurrió a Venezuela cuando en esa misma instancia perdió 4-1 en San Cristóbal.
Y en otro antecedente cercano, en Paraguay 1999 y con Víctor Púa en el banco, Uruguay se clasificó a duras penas como tercero en su serie y en el posterior partido dejó mudo al Defensores del Chaco cuando también por penales eliminó al local.
"Es una realidad la historia; es así, es un antecedente. Sabemos que Uruguay ha eliminado a rivales anfitriones, pero sabemos que con eso solo no vamos a pasar las eliminatorias", recordó el mediapunta uruguayo Christian Stuani el domingo en reunión de prensa.
No solo el común denominador fueron los penales, sino que en todos los anteriores torneos Uruguay se mostró de menor a mayor.
La selección uruguaya en el entrenamiento del día de ayer. Los charrúas quieren arruinarle la fiesta al equipo local nuevamente. (EFE)