"Hola, Pedrito, ¿ya hiciste tu carta a Santa Clos, que le pediste?", saludó y preguntó muy animoso y optimista Mateo André a su primo, que estaba ubicado frente a él. Son días de intenso frío, pero de mucho calor humano, previos a la Navidad, y los dos pequeños, de cuatro años ambos, con una ligera ventaja de meses de Mateo sobre Pedro, esperan con gran entusiasmo a que llegue el día en que tendrán los juguetes que trae Santa Clos o el Niño Dios, según les ha enseñado la tradición de sus padres.
A la pregunta de Mateo, Pedrito contestó muy seguro de lo que decía: "todavía no, pero ya la voy a hacer, además yo no sé escribir, sólo tengo cuatro años y apenas estoy en Maternal; voy a pedirle a mi otro primo, Cayú, que me la escriba para poder enviarla al Polo Norte, que es donde dicen que vive Santa". "Pues apúrate porque está muy lejos su casa y son muchas las cartas y peticiones que recibe nuestro amigo Santa y tendrá mucho trabajo en la noche del 24", replicó Mateo, retirándose a la sala de televisión para ver "Cuento de Navidad", que le agrada mucho, pues ya lo ha visto varias veces.
Son primos, porque la mamá de Pedro es hermana del papá de Mateo; y tanto Raúl y Katia, padre y madre de Mateo, como Pedro y Valeria, padre y madre de Pedrito, respectivamente, están al pendiente de la educación y formación de sus hijos, inculcándoles valores de bondad, dignidad, disciplina y obediencia. Los cuatro tienen preparación profesional: Raúl es Licenciado en Derecho, Katia es Licenciada en Psicología, Pedro, Licenciado en Administración, y Valeria, Licenciada en Contaduría Pública. Están orgullosos de los pequeños porque ambos son educados y cumplen con sus
Tareas escolares, aunque la mamá de Pedrito batalla mucho con él para que la haga, no porque no pueda, sino porque se distrae fácilmente y quiere jugar o ver televisión, pero finalmente cumple sus deberes escolares.
Al quedar solo, Pedrito, pensó en la pregunta que le hizo Mateo, y se dijo a sí mismo: "buscaré a Cayú para que me escriba la carta; a Santa Clos le pediré unas porterías para jugar futbol con mis amigos, y al Niño Dios, una bicicleta nueva, y la que ya tengo se la regalaré a un niño que la quiera o necesite".
En eso pensaba Pedrito cuando nuevamente apareció Mateo, quien lo urgió, diciéndole: "ándale primo, ya no tienes mucho tiempo para enviar tu carta". Pedrito sonriendo le dijo: "Mateo, ya sé cómo hacerle para hablar con Santa Clos y pedirle lo que quiero"; su primo, que lo conocía muy bien,tratando de adivinar su pensamiento, le advirtió: "No te confíes, Pedro, ves mucha televisión, porque una cosa te digo: Santa Clos no usa celular. "Ah, sí, dijo Pedrito, -con la ingenuidad propia de su edad-, y porque no llega la señal, ¿verdad?".
Al verlos y oírlos, su abuelo Raúl y su abuela Lupita, sonrieron y el primero dijo en voz alta para que oyeran sus nietos: "¡Cómo está influyendo la tecnología en el pensamiento y en la acción de los niños; Dios los ayude y les proteja de peligros, para que su mente se conserve sana! Cuídalos, Señor, pues la tecnología (computadora, internet, celular, etc.), es arma de doble filo... y mal usada, puede resultar dañina".
Ni modo, Pedrito tendrá que escribir su carta, porque Santa Clos no usa celular...
R_munozdeleon@yahoo.com.mx
Navidad de 2015