Cuentan que los afanes del gobernador Rubén Moreira por mostrarse como el primer legislador de Coahuila lo llevaron el fin de semana pasado a romper el protocolo en la toma de protesta del Congreso local, lo cual generó un jaloneo entre la pequeña oposición y la abrumadora mayoría priista. Nuestros subagentes disfrazados de curules nos informan que don Rubén, a través de sus emisarios, manifestó su intención de acudir al arranque de la nueva legislatura. Pero sus impulsos no se quedaron ahí.
Grande fue la sorpresa de varios diputados locales al ver que el gober no sólo quería hacer acto de presencia y estar en primera fila en tan solemne acontecimiento, sino que además pidió la palabra para empezar a dictar la línea, perdón, externar sus puntos de vista y expectativas respecto al nuevo Congreso. Dicen que los panistas quisieron frenar la participación del mandamás provincial bajo el argumento de que el acto representaría un atentado a la autonomía del Poder Legislativo (no se ría, eso pensó la bancada blanquiazul). El primer encargado de realizar las gestiones fue el presidente de la Junta de Gobierno del Congreso y exfuncionario estatal, José María Fraustro, quien amablemente le solicitó al exaspirante a alcalde, Jesús de León, líder de la bancada blanquiazul, que no la hicieran de tos por la presencia del primer priista del estado. Ante la negativa, los tricolores mandaron a la caballería pesada encabezada por el aún secretario de Gobierno y virtual suspirante a diputado federal, Armando Luna, quien insistió en que accedieran a cederle la tribuna al gobernador. Al final, los panistas aceptaron con la condición de que les dieran a ellos un espacio para fijar postura en el arranque de la legislatura, espacio que aprovechó don Chuy para lanzar dardos emponzoñados al gobierno provincial con la marca de la megadeuda y los desaparecidos (como si le fueran a hacer caso). Los priistas no se quedaron conformes y pidieron turno para que don Chema dijera lo que todos ya saben: que trabajarán de la mano de su patrón. Por su parte, Moreira los felicitó y les dijo que, sin duda, la LX será una “legislatura histórica”... esperemos que no como la antepasada, que pasó a la historia por legalizar el “chistecito” de 36,000 millones de pesillos que tiene a la entidad con las arcas en secas.
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Nuestros subagentes vestidos de bonita decoración de interiores nos informan que en la designación de candidatos tricolores para las diputaciones federales podría aplicarse el viejo refrán que dice: “del plato a la boca se cae la sopa”. Y esto es porque los conocedores del deporte del dedazo aseguran que, con todo y la placeada que le dieron a la regidora de Torreón, Lourdes Quintero, que en semanas recientes anduvo muy repartidora de despensas y cobijas en municipios ajenos, no se le va a hacer. Rumoran que, de acuerdo con los resultados de una encuesta que el PRI mandó levantar, la que sale mejor posicionada en el distrito V en cuanto a imagen y nombre es la exdiputada local Flor Rentería. Así que, con esto, la primera decoradora del ayuntamiento podría quedarse como los chinitos, “nomás milando”, a menos que recurra a las palancas de su poderosa amiga, la primera dama de Coahuila, Carolina Viggiano, y le donen una “pluri” de consolación. Por cierto, quien sea que quede como suspirante del PRI, los panistas ya tienen a su candidata en la parrilla de salida. Se trata de Blanca Eppen Canales, quien ya fue diputada federal, entre 2003 y 2006, y en 2012 contendió fallidamente por una diputación en el distrito II de Frontera, Coahuila. Los aficionados a la polaca regional le ven pocas expectativas a doña Blanca en un distrito que tiene tradición de ser priista. A ver cómo le va.
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En el distrito VI, hasta ayer los amarres no parecían estar aún definidos en el equipo tricolor. Por una parte, se dice que el exdiputado local, Refugio Sandoval, alias “el Niño Verde Coahuilense”, entraría en una candidatura común de su partido con el PRI, al cual ha servido fielmente desde que inició el Moreirato. Pero nuestros subagentes disfrazados de ingenieros y alquimistas electorales nos comentan que para que don “Cuco” gane la elección tendría que movilizarse prácticamente a toda la maquinaria priista del distrito. Esto es porque Sandoval se enfrentará nada más y nada menos que al exembajador de México en España, Jorge Zermeño, al que muchos priistas temen por la fuerte presencia que tiene en el área urbana de Torreón. Ante tal situación, los tricolores podrían poner, de última hora, una ficha con más peso que el “Niño Verde” y, sobre todo, con más cercanía a las estructuras clientelares. Esa ficha sería Rodrigo Fuentes, actual secretario de Desarrollo Social y uno de los principales operadores políticos del PRI en el estado. Más allá del candidato por el que se decidan los priistas, todo indica que la elección en este distrito se definirá en función de qué tan unidos se muestren los azules en torno a la figura de don Jorge, al que la cúpula anayista no ha tratado nada bien en los últimos años.
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Los que andan apurados son los del partido tricolor de Durango, pero no sólo por las elecciones federales que se avecinan, sino, sobre todo, por las estatales del próximo año. Nuestros subagentes disfrazados de acarreados nos informan que en el encuentro con la estructura regional priista de la Laguna para festejar el año nuevo el pasado domingo en un conocido centro social de Gómez Palacio, el gobernador Jorge Herrera no se cansó de hablar de unidad y trabajo para este 2015 (o sea, en castellano, cerrar filas) antes de que varios comiencen a rasgarse las vestiduras... como ya ha venido pasando. Y es que el PRI de la tierra de los alacranes de dos y ocho patas teme que podría llevarse de nuevo un susto como en 2010, cuando el expriista y neopanista José Rosas Aispuro le arrebató bastantitos votos a don Jorge, aunque no los suficientes para ganarle. El berrinche del “Güero” Rosas Aispuro, quien se enojó porque su partido de siempre lo relegó a la hora de decidir al candidato, provocó que muchos de los grillos priistas de la capital y de otras partes del estado votaran por él, que fue cobijado por el PAN y el PRD. Resulta que el actual senador de la República quiere contender de nuevo en la elección para la gubernatura y, dicen los que saben, las propias encuestas del tricolor le dan en este momento la ventaja en posicionamiento y aceptación por un margen considerable sobre otros políticos del PRI interesados en sentarse en la silla, como la senadora Leticia Herrera Ale y, más atrás, el presidente municipal de Durango y “gallo” del gobernador, Esteban Villegas. Por eso, desde ahora, don Jorge está convocando a su partido a que comience a soplarle al jocoque.
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Por cierto, de Villegas se dice que se quedó más verde que la nueva playera del Santos Laguna cuando se enteró de que varios de los presentes en el encuentro de priistas laguneros anduvieron cuchicheando que sus suspiros y paseos por el estado nomás no prenden, con todo y que el gober ha hecho lo humanamente posible para ayudarle. Por si fuera poco, al cierre de filas de la militancia gomezpalatina y lerdenese, entre la que se observó a funcionarios de los tres niveles de gobierno, acudió el diputado federal Ricardo Pacheco Rodríguez, hecho que generó comentarios maliciosos entre quienes creen que podría ser el as bajo la manga del PRI en Durango para pelear la gubernatura en caso de que don Esteban siga sin levantar. Pacheco fue secretario general del PRI estatal, secretario de Gobierno con Ismael Hernández Deras entre 2004 y 2006, y ha ocupado hamacas en el Congreso local y el Senado. No obstante, otros creen que no cuenta con el “carisma” requerido para ser candidato, ya que su perfil es más de operador y analista. El asunto es que la situación preocupa tanto al tricolor de Durango que hasta los mismos priistas comentan que quizás Herrera no termine designando a su “gallo”, sino que en la capirucha del esmog sólo le pedirán una terna de perfiles; entonces, la decisión final sería del centro y el dedazo -perdón, la recomendación- vendría de la oficina de líder nacional priista, César Camacho, alias “Don Relojes”, donde, por cierto, doña Leticia tiene prendidas varias veladoras.
