En la inminente postulación del exembajador de México en España, Jorge Zermeño, como candidato a la curul con bono por el distrito VI de Torreón, no todo es miel sobre hojuelas. Por una parte, nuestros subagentes vestidos de camiseta y cachucha azul panista, nos informan que todo parece ya estar planchado para que don Jorge sea el ungido y se convierta en el aspirante del blanquiazul para el proceso electoral de junio próximo. Dicen que el también exfuncionario federal cuenta con amplias probabilidades de llevarse de calle a sus posibles opositores, entre ellos el exdiputado local Refugio Sandoval, mejor conocido como el “Cuco Verde”, quien aprovecha cualquier pasarela para hacerse presente y emitir sus fuertes suspiros por la candidatura común que cocinan el tricolor y su apéndice, es decir, el negocio familiar que es el partido del tucán.
Los subagentes informan que el jueves pasado, las instalaciones del PAN Municipal, ubicadas en la calle Comonfort, estuvieron como hacía mucho no se veían, a reventar de militantes panistas de los que se dicen ser de “a de veras”, para ofrecerle su apoyo al exalcalde torreonense. Pero, por otra parte, un hecho llamó poderosamente la atención. Mientras que en el presidium estuvo el diputado federal y suspirante por la gubernatura, Guillermo Anaya, verdadero jefe del PAN coahuilense, el gran ausente fue el senador Luis Fernando Salazar, quien en estos días anda muy activo lanzando misiles contra el ayuntamiento que preside Miguel Riquelme por el caso de las cuotas descontadas a los trabajadores municipales. Dicen que Zermeño y sus seguidores andan nerviosos -y algunos creen que con justa razón- por las “travesuras” que podría llevar a cabo el clan del “Niño Azul”, quien ya demostró en una ocasión que puede, sabe y quiere quitar del camino a todo aquél que represente un estorbo para su proyecto político. Falta ver si Salazar está dispuesto a abrir dos frentes al mismo tiempo.
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En las oficinas del séptimo piso del Invernadero Mayor de Torreón corre la especie de que las declaraciones del alcalde Miguel Riquelme sobre la creación de una academia para reclutar nuevos agentes de Vialidad son ciertas a medias y que llevan más fondo de lo que parece. Y es que se dice que el munícipe no quiere alborotar el gallinero por ahora, sino que prefiere esperar a que pasen los tres meses de capacitación de los cadetes para hacer oficial el anuncio, que seguro caerá como bomba, de una depuración completa de la corporación. Cuentan que de los actuales elementos viales nada más quedarán los registros, debido a que las “mordidas” en esa dependencia están a todo lo que da. Además, las quejas de los atribulados ciudadanos por el trato prepotente de los agentes han ido en aumento, porque estos están en plan de que no conocen a nadie, ni a los mandos medios ni al mismísimo alcalde. Pero tal parece que el inquilino del edificio más caro de la ciudad no quiere reconocer que desde que Ricardo Hamdan se hizo cargo de la citada corporación, empezó a revolverse el agua de tal forma que la situación se le salió de las manos y tuvo que pedir ayuda a gritos. Pero ahora sí que, como sucede en los equipos de futbol, cuando ni los jugadores ni el director técnico dan el ancho, el presidente del club se ve en la necesidad de ser él quien realice los cambios. Pero se antoja difícil que un equipo, por más renovado que esté, dé resultados cuando el timonel sigue siendo el mismo. ¿Lo entenderá el alcalde?
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Se acabaron las vacaciones en el gobierno provincial de Coahuila. Pero no crea usted, malpensado lector, que nos referimos a las del gobernador Rubén Moreira, quien ya regresa de su largo viaje por Asia y Europa. Nos referimos a las vacaciones de los funcionarios estatales. Nuestros subagentes disfrazados de guardias del Palacio Rosa de la urbe de adobe nos informan de las caras largas que se observan en la corte porque precisamente hoy vuelve el mandatario coahuilense de su gira político comercial por las lejanas tierras asiáticas y europeas, a donde fue a hablar bien del estado y del país, a pesar de lo que por estos lares acontece. Y don Rubén ya amenaza con empezar con su agenda que pocos de los suyos pueden aguantar, más ahora que se acercan los tiempos de campaña y hay que hacer presencia a como dé lugar para evitar que la porra oficial caiga en el desánimo. Dicen que los que más resentirán el regreso de su patrón son los que anduvieron paseándose por la entidad en plan vacacional, que no fueron pocos, disfrutando de la tranquilidad y la nieve de Arteaga y de los pueblos mágicos de Parras y Cuatrociénegas so pretexto de ir a resolver “asuntos pendientes”. O los que organizaron ruedas de prensa para informar nada o decir que “no tienen el dato a la mano” cuando se les pregunta de temas importantes de sus secretarías. Ante esta situación, sería muy interesante conocer el contenido de los informes que los integrantes del gabinete le presentarán a su jefe sobre las actividades que realizaron en su ausencia. Esta película bien podría llevar como título: “Cuando el gato se va...” o “Mientras no estabas”.
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Nuevamente el municipio pretende subir, sin mucho éxito, al tren de la armonía metropolitana a los “rejegos” de la comarca de Durango, ahora con el tema del multimentado Metrobús, sistema de transporte metropolitano, BRT o como usted prefiera llamarle. El zar de la Planeación y la Competitividad en la Perla de La Laguna, Eduardo Holguín, lanzó esta semana varios dardos envenenados contra los ayuntamientos de Gómez Palacio y Lerdo con la intención de “motivarlos” a que se sumen al proyecto. Pero en la antigua Estación Santa Rosa, esa capítulo parece estar más que cerrado. Entre las excusas -perdón, argumentos- se encuentran que el anteproyecto de la empresa ganona Transcónsult no se ajustó para nada a las necesidades de movilidad de los usuarios del transporte público en la insólita Laguna duranguense, además de los desacuerdos en cuanto a los ajustes al bulevar Miguel Alemán -el único medianamente transitable de la vecina ciudad- y a la instalación de las llamadas zonas de transferencia. Pero lo cierto es que detrás de estos argumentos, según nuestros subagentes disfrazados de “moscas”, están los intereses del gobierno provincial de Durango de seguir manteniendo el control sobre el transporte público, pues el viejo pulpo camionero sigue siendo una fuente inagotable de votos y apoyo político en momentos electorales y, desde luego, el gober Jorge Herrera no estaría dispuesto a dejarlo en manos de particulares. En lo que respecta a Torreón, valdría la pena analizar si verdaderamente están interesados en sumar a La Laguna de Durango al proyecto metropolitano o bien, únicamente quieren valerse de esa supuesta “hermandad” entre los cuatro municipios para trepar en los rankings de competitividad, en donde sigue apareciendo en el sótano. Lo que algunos gomezpalatinos cuestionan es por qué el gobierno de Riquelme no mostró el mismo interés en el tema del puente Lázaro Cárdenas-Falcón, pues tuvo que pasar un año completo para decidirse a aportar recursos para completar la construcción que se inició en Gómez Palacio con el Fondo Metropolitano.
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En la ciudad “dormitorio” de Lerdo todos parecen andar más preocupados en la grilla y en que no se dé a conocer a la opinión pública cuánto ganan. Las autoridades municipales se han pasado por el arco del triunfo los ordenamientos que ha dictado una autoridad legitimada por el mismísimo gobernador Herrera Caldera, como es el Consejo del Instituto Duranguense de Acceso a la Información Pública. Así, la tan pregonada transparencia y rendición de cuentas en el estado no llega hasta Lerdo, cuyo alcalde, Luis de Villa, está más ocupado en ver moros con tranchete que en cumplir con la ley estatal de transparencia. Y mientras la ley de marras es letra muerta en Lerdo, el rumor que corre como río es que De Villa no se lleva nada bien con el encargado regional de la Comisión Estatal de Suelo y Vivienda, Enrique Esquivel. Don Luis asegura que el funcionario estatal lo está golpeando políticamente porque añora su silla presidencial, mientras que el segundo pide que alguien le dé un calmante al munícipe. Pero dicen que el alcalde anda un poco perdido en este asunto, pues es en casa y no afuera donde tiene mas detractores, tal es el caso del Instituto Municipal de la Mujer cuya titular, Teresa González, según comentan, le anda dando de patadas al pesebre. Pero, en medio de estas grillas, los ciudadanos lerdenses siguen a la espera de conocer cuánto ganan sus H. Representantes Populares a costa del erario, claro está, por hacer lo que dicen que hacen. Pero un norte al respecto lo dio el síndico Rodrigo Silva, quien comentó que él no está de acuerdo con que se dé a conocer su sueldo por aquello de la “inseguridad”. Así estará el “sueldito”.