Luego de la enésima gira de trabajo realizada por el gobernador Rubén Moreira a las lejanas tierras del oriente asiático y el viejo continente, nos llegan reportes de subagentes disfrazados de azafatas sobre un hecho que ha motivado la intriga entre el sector más curioso del respetable público. Cuentan que el mandatario provincial prefiere no realizar sus viajes a través de Estados Unidos, país por el cual no ha hecho gira desde enero de 2013, cuando visitó Detroit, la otrora capital automotriz del mundo. Dicen que este hecho se debe a que don Rubén no ha renovado su visa y que no lo ha hecho como medida precautoria supuestamente por las investigaciones que llevan a cabo los fiscales del Tío Sam en la hermana República de Texas.
Y no es que el gober haya sido involucrado en el enjuague de la red de corrupción que según los comisarios norteamericanos operó durante el sexenio del hermano incómodo, el Profe Moreira I, sino que, según informan los subagentes, el mandamás quiere evitarse cualquier sorpresita. Lo cierto es que si se revisan las fechas clave del caso, se puede observar que, casualmente, el gobernador dejó de visitar al poderoso vecino del norte después de que en 2013 el gobierno gringo comenzara el cerco financiero contra el extesorero Javier Villarreal, alias “el Mago”. Luego vino su sorpresiva entrega en 2014 y su asombrosa liberación en el mismo año en condiciones por demás oscuras. Los amantes del trepidante mundo del sospechosismo se aventuran a decir que las precauciones de don Rubén tendrían que ver con las lindas melodías entonadas por Villarreal para gozo de los fiscales, melodías cuyos nombres se desconocen ya que, como se sabe, el caso está bajo reserva, sabrán los dioses hasta cuándo. ¡Ah, qué mal pensados!
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Todo parece indicar que la carrera por la gubernatura iniciará en este tercer año de gobierno de Rubén Moreira. Pero esto no es extraño si usted, memorioso lector, recuerda que el actual mandatario fue ungido como presidente del PRI un año después de que empezó a gobernar su hermano Humberto, y éste, a su vez, inició la carrera por la gubernatura en cuanto tomó posesión de la Secretaría de Educación en el primer año de Enrique Martínez. Y este 2015 no será la excepción, ya que nuestros subagentes disfrazados nos reportan que ya se puso en la parrilla de salida el inquilino del edificio más costoso y caliente (literal y metafóricamente) de la ciudad, Miguel Riquelme, quien desde enero pasado anda haciendo trabajo doble. Los maldicientes que abundan por todos lados comentan que además de cumplir con sus labores de alcalde ha empezado a hacer visitas a otras regiones del estado. Además, se le ha visto muy activo trayendo visitantes a Torreón procedentes de Saltillo, Acuña, Monclova, Sabinas y hasta Piedras Negras, a quienes agasaja con idas a los juegos del “equipo de todos”, con quien firmó un polémico convenio-apoyo (ya salió el peine, dirán por ahí). Aunque es de todos conocido que el alcalde lagunero es -por ahora- el consentido del priismo moreirista, ya surgió un caballo negro, que más bien es yegua, y que dice contar con el respaldo del mismísimo preciso Enrique Peña Nieto, del legislador Manlio Fabio Beltrones, alias “El Padrino” y del secretario de Agricultura, Enrique Martínez. Los mensajes que la senadora Hilda Flores Escalera ha soltado insistentemente en su cuenta de twitter demuestran que su corazoncito también late fuerte por la silla del Palacio Rosa. Además, no desaprovecha oportunidad alguna para tomarse fotos con los mismos grupos con los que lo hace Riquelme, aunque sea dos días después. Habrá que ver quién más se suma abiertamente a esta emocionante carrera.
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A propósito de los suspiros del alcalde torreonense, quien ya se apuntó para protegerlo ante el eventual golpe de una resolución en contra en el caso de las cuotas al PRI fue el guardián de las arcas municipales, Enrique Mota. Resulta que en una entrevista radiofónica que concedió ayer sobre el asunto en cuestión, el tesorero se esmeró sobremanera por dejar en claro que, en dado caso de que se diera un fallo en contra del ayuntamiento por haber usado la estructura municipal como órgano recaudador del tricolor, él y sólo él sería el responsable. Esto recuerda a las declaraciones del exzar financiero local, Pablo Chávez, quien ante el problema legal que enfrentó la administración de su jefe, Eduardo Olmos, embajador becario y fugaz del gobierno provincial en la capirucha del esmog, por los cobros indebidos de un impuesto, dijo que él era el único responsable. Dicen los ajedrecistas que, para cuidar al rey, a veces es necesario sacrificar un alfil. Pero este tema seguro dará mucho más de qué hablar, ya que nuestros subagentes vestidos de matracas y banderines panistas nos reportan que el ayuntamiento priista está preparando sus baterías para responder a los ataques del senador Luis Fernando Salazar, a quien, dicen, le tienen guardadas varias bombas patrocinadas por propios panistas que no están de acuerdo con su proyecto político ni con sus “formas”. Fuego amigo disfrazado, pues. Habrá que ver el calibre de esa artillería.
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Tal y como ya lo habían adelantado nuestros subagentes, las “travesuras” de quienes se ostentan hoy por hoy y mañana también como propietarios del Partido Acción Nacional en Coahuila, de apellidos Salazar y Anaya, empezaron a hacer de las suyas. Dicen que luego de que semanas antes le habían permitido juntar firmas para hacer su luchita y cumplir con los requisitos para ser beneficiada con una candidatura a diputada federal, de un día para otro dejaron colgada de la brocha a Blanca Eppen. Y es que doña Blanca iba en caballo de hacienda para ocupar la curul, ya que previendo una posible derrota en las urnas, se le tenía reservado un cómodo lugar en la lista de plurinominales. De la noche a la mañana, los panistas torreonenses empezaron a recibir llamadas del pastor del rebaño blanquizul en el Congreso local, Jesús de León Tello, para informarles que “la línea” había cambiado en favor de Karla Osuna, originaria del municipio de Nava, y que Eppen quedaba fuera de la lista de pluris. No obstante, como para taparle el ojo al macho, las “fotos de la unidad” del PAN en Coahuila no se hicieron esperar en las redes sociales. Algunos panistas de esta ciudad, molestos por la imposición, criticaron de nuevo las formas como Acción Nacional se sigue manejando, lo que ha repercutido negativamente en su imagen y ha acrecentado la división que para ellos ha sido la causa de los recientes fracasos electorales. Por cierto, las apuestas se centran ahora en cómo le va a ir a Jorge Zermeño con el posible fuego amigo.
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En el Cabildo de Torreón, los sainetes están a la orden del día. Además de los esfuerzos que cada uno de los ediles hace por llamar la atención y empezar a posicionarse, por lo menos en redes sociales, los berrinches y las patadas por debajo de la mesa son la constante. Pero el Movimiento Ciudadano no se queda atrás y esta semana estableció la figura del “infiltrado”. Un detalle chusco que nunca había sucedido, al menos en una reunión formal, ocurrió el lunes pasado durante la esperada comparecencia de los representantes de la empresa Construlita. Resulta que la regidora naranja Mayela González dejó muy sentadito en la silla que ella normalmente ocupa a uno de sus asesores de nombre Omar Ramírez, quien hizo las veces de testigo para pasarle un resumen de lo tratado a su jefa. Algo sucedió que el ayudante de la edil empezó a mofarse de lo ocurrido en la reunión, pero sus sonrisitas no pasaron desapercibidas por la regidora Verónica Soto que le cuestionó su presencia y sus expresiones de burla. El reclamo fue tan fuerte que el presidente de la Comisión de Servicios Públicos, Mario Cepeda, le ordenó que se esfumara ipso facto, pero como no se movió, le tuvo que levantar la voz. Al “infiltrado” no le quedó de otra que salir por pies para regresar luego flanqueado por doña Mayela, que tibiamente preguntó la causa por la que le corrieron a su informante. El espectáculo fue presenciado por los representantes de Construlita, a quienes hasta los nervios se les bajaron después de la aporreada que les dieron los ediles, no sólo por el trabajo del alumbrado, sino porque ni siquiera se sabían sus nombres.
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Como un extraño déjà vu, la situación vial en La Perla de La Laguna vuelve a dar visos de total descontrol. Y es que a las “travesuras” constantes de los agentes, la falta de señalamientos adecuados, los baches que proliferan por doquier, las calles cerradas “a la brava” y la ausencia de vigilancia en vías transitadas, como el Periférico, se suma ahora el hecho de que ciudadanos influyentes y autoridades colocan bordos en donde se les pega la gana y por sus pistolas. Como muestra, dos botones. Uno es el caso del moderador de velocidad que están colocando en la avenida Madrid, rúa principal de la colonia San Isidro, casi esquina con Lisboa, frente al número 596, para ser precisos. Sin decir agua va, a alguien se le ocurrió que enfrente de su casa debería haber un bordo, auténtico monumento al subdesarrollo, para salir cómodamente con su cochezote de su casa. ¿Que por qué subdesarrollo? Sencillamente porque donde hay un bordo, tope, moderador de velocidad o como quiera usted llamarle, falta algo: una señal o un cruce peatonal. ¿Acaso ha visto usted estos bodrios en algún lugar del primer mundo? El otro caso son los topes tipo “lavadero” que fueron colocados ¡al subir un puente! en el Periférico, poco antes de donde se construye un paso a desnivel. El problema es que si se le cuestiona al -todavía- director de Vialidad, Ricardo Hamdan, él sólo atina a decir que no sabe quién dio los permisos. ¡Qué bella ciudad!
