Cuentan que muy solos y desairados se sienten los productores de leche de la Comarca Lagunera. Y esto es porque en medio de todas las broncas que enfrentan con los costos de los insumos, sobre todo el combustible, y el bajo precio del producto, en la inauguración del Encuentro Ganadero Lechero, el más importante del país, el secretario de Agricultura, Enrique Martínez, el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, y alcalde de Torreón, Miguel Riquelme, brillaron por su ausencia. En el caso de este último el contraste fue mayor ya que los demás munícipes de la Comarca Lagunera sí acudieron al llamado.
En representación de Martínez fue Abraham Cepeda, director general de la Comisión Nacional de las Zonas Áridas. A nombre de Moreira asistió el secretario de Desarrollo Agropecuario, Noé Garza Flores. Y en lugar de Riquelme estuvo el director de Fomento Económico, Jaime Russek. Pero los productores no les hicieron mucho caso a estos representantes y externaron su postura, que más bien es amenaza, de que si las cosas siguen empeorando para el sector no les va a quedar más remedio que sacrificar al hato ganadero lechero para venderlo como carne de segunda. Y tan desapercibidos pasaron los enviados de los tres niveles de gobierno que nadie aplaudió cuando se hizo el anuncio de una importante partida de recursos para subsidios y programas en beneficio de los productores. Al respecto surgieron voces encontradas, como siempre. Por una parte de quienes creen que a nuestras H. Autoridades poco les importa el sector primario y, por la otra, de quienes creen que los ganaderos son muy "sensibles" a la ahora de hablar de sus problemas. ¿A quién le va usted, amigo lector?
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A los que de plano dejaron colgados las autoridades estatales y municipales es a los dueños de restaurantes agremiados en la Canirac. Y es que luego del anuncio que con bombo y platillo hicieron los empresarios del pujante sector en cuanto a la instalación de los famosos botones de pánico en los establecimientos para disminuir las travesuras de los malandros que ya los agarraron de clientes, ni el jefazo de la Policía Municipal, Adelaido Flores, ni el comisionado de Seguridad Pública estatal, Hugo Gutiérrez, han ofrecido el respaldo para que dicha estrategia funcione. Los subagentes disfrazados de saleros escondidos comentan que entre los restauranteros hay enojo porque los botones de marras están siendo colocados con recursos del sector privado, sin ayuda de las autoridades. Pero para que el mecanismo funcione es necesario que exista conexión y coordinación con el servicio de emergencias 066 y con el centro de control conocido como C-4. Sin dicha coordinación, los dispositivos sólo servirán como mera decoración de los establecimientos. Los empresarios comentan que varias veces se han acercado con el teniente Flores y el comisionado Gutiérrez para que les resuelvan su demanda, pero ninguno de los dos se ha dignado a recibirlos y no les dicen ni siquiera por qué. Pero los malpensados cuchichean que a las autoridades estatales y municipales no les gustó la manera en la que presentaron el programa los dueños de este tipo de negocios ya que se sintieron exhibidas. Y es que, no es un secreto que cuando ocurre un asalto o robo a algún restaurante, los policías siempre llegan cuando ya no hay nadie, ni siquiera los comensales, sólo toman nota de lo acontecido y lo mandan al archivo estadístico. Pero eso sí, cuando se trata de presumir la reactivación del sector restaurantero como ejemplo de la tranquilidad que dicen que impera en la región, los representantes gubernamentales son los primeros en decir esta boca es mía.
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Y ya que hablamos de exhibidas, el jefe de Control Vehicular de la Dirección de Vialidad de Torreón, Refugio Pérez, fue sorprendido esta semana violando el reglamento que la dependencia para la cual trabaja está encargada de aplicar. Resulta que don Cuco acudió en auxilio de unos patrulleros que sufrieron un accidente que afortunadamente no pasó a mayores. Hasta aquí todo bien. El problema es que el jefazo llegó a bordo de una camioneta sin rótulo ni placas, vamos, ni siquiera tarjeta de circulación. El funcionario fue captado por las cámaras de un medio televisivo y cuando el reportero le cuestionó por qué andaba "chueco" circulando muy campante por las transitadas calles de la Perla de La Laguna, primero dijo que le habían robado las placas y que no le habían dado la constancia de robo en el Ministerio Público, lo cual resulta poco probable. Después de varios cuestionamientos terminó por reconocer que no contaba con la matrícula debida y que ya mejor iba a guardar la unidad. Lo curioso es que este hecho, en apariencia anecdótico, se da en medio de una fuerte campaña que el ayuntamiento de Torreón acaba de lanzar para poner orden en el departamento de Vialidad y para controlar de manera más eficiente el tránsito vehicular que es un desastre en esta caótica ciudad, con equipo de alta tecnología y toda la cosa. La pregunta obligada es ¿cómo esperan las autoridades que los conductores tomen conciencia de la importancia de respetar las reglas cuando son los mismos funcionarios los primeros que no las cumplen? El reino del revés, cantaría el inmortal "filósofo" de las masas Javier López "Chabelo".
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En serios aprietos pusieron esta semana a la zarina de Cultura del estado, Ana Sofía García Camil y, dicen, hasta con deudas salió. Nuestros subagentes disfrazados de óleos y pinceles nos reportan que en reciente reunión de la cúpula culturera oficial, el actor y director de teatro Gerardo Moscoso puso a doña Sofía a sudar la gota gorda cuando le informó que la tradicional Procesión del Silencio, que se lleva a cabo durante la Semana Santa en Viesca, este año se iba a suspender por falta de dinero. Como se sabe, dicha actividad es una de las principales manifestaciones religiosas y culturales de los municipios periféricos de la Comarca Lagunera y para este año el gober Rubén Moreira le encargó encarecidamente a don Gerardo que se hiciera cargo de todos los pormenores para que pudiera llevarse a cabo. Sin embargo, el tiempo se vino encima (qué raro) y en la Secretaría de Cultura nomás no dieron color con los recursos, por lo que Moscoso le comunicó a García Camil que, con la pena, pero no iba a haber procesión. La zarina, preocupada, le dijo que eso no podía ser ya que era un encargo del mismísimo gobernador, a lo que el actor le respondió que sí pero que "con qué ojos". En medio de la discusión, la que tuvo que salir al quite fue la regidora panista y presidenta de la comisión de Cultura del Cabildo de Torreón, Verónica Soto, que le preguntó a Sofía "¿de cuánto estamos hablando?". Y así, con la mano en la cintura, doña Vero les dijo que ella pondría los 40 mil pesillos necesarios para que se realizara la procesión y que ahí luego se los pagaran. Lo que llamó la atención de propios y extraños es, primero, de dónde sale tanta "generosidad" de la regidora y, segundo, qué tan complicada estará la situación en términos financieros por la que atraviesa la dependencia que dirige Ana Sofía que no cuenta con los recursos para cumplir con los encargos del señor gobernador. Y dicen las malas lenguas que con los recortes anunciados a nivel federal y estatal, pues menos lana va a haber, así que si poco hacían en materia cultural, pues ahora menos.
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Nuestros subagentes disfrazados de escritorios vencidos nos informan de una especie que puede tener muchas lecturas, todas ellas interesantes. ¿Se acuerda usted, atento lector, de un exregidor del PAN que "heredó" el puesto en la administración de Eduardo Olmos cuando Marcelo Torres Cofiño solicitó licencia? Sí, nos referimos a José Armando González Murillo, a quienes sus cuates apodan "Lumba". Y quienes no lo recuerdan seguramente es porque su paso por el Cabildo fue de marcados tonos grisáceos. Asiduo a jugar golf y exsecretario del diputado Guillermo Anaya, don Armando saltó a la fama por bautizar a las personas de bajos recursos como MDH, o sea, "Muertos de Hambre", en una conversión telefónica que sostuvo con el hoy senador Luis Fernando Salazar. Pues resulta que este personaje se integrará a partir de la semana entrante al "bunker" (por llamarle de alguna manera) de asesores de los ediles blanquiazules en el ayuntamiento de Torreón. Las opiniones están divididas, igualito que como se encuentran los grupos panistas, pues mientras que unos comentan que "Lumba" viene a relegar al coordinador de la bancada, Sergio Lara Galván, de quien se dice que su actitud es más tibia que un huevo de medio minuto, otros tenebrosos aseguran que viene a corregirle el rumbo a la síndica de vigilancia, Gabriela Casale, que a más de un año de estar en funciones, no ha logrado salir de la famosa curva de aprendizaje. Las lenguas viperinas esparcen su veneno diciendo que el nuevo superasesor llega con la marca Salazar Fernández, pero se desconoce si será él quien le pague el sueldo, o si los regidores harán una "coperacha", o bien, será enquistado en la ya de por sí abultada nómina de asistentes, asesores, servidores de café, correveidiles y demás auxiliares que tienen los regidores.
