Como bomba de trinitrotolueno cayó la noticia de que las H. Autoridades Mexicanas habían dado una especie de “moche” disfrazado de incentivo al mismísimo James Bond, alias el Agente 007, homónimo de este columnista (no vaya usted a confundirse). Como bien sabrá ya a estas alturas, el gobierno federal ofreció apoyos para el rodaje de la nueva película del espía preferido de Su Majestad a cambio de meter la cuchara en el guión y cambiar escenas, digamos, poco convenientes para la imagen del país azteca.
Bueno, pues nuestros subagentes disfrazados de afanadores nos informan que algo parecido ocurrió esta semana en la Perla de La Laguna, que fue visitada por grandes personalidades de la farándula. Resulta que las conocidas estrellas Aleks Syntek y Cristian Castro vinieron a grabar un videoclip bajo la dirección de Kalimba. La idea era utilizar locaciones torreonenses como la Plaza Mayor o el Teatro Isauro Martínez, entre otras. Pero lo que en principio parecía un acontecimiento anecdótico, se convirtió en carnaza para los amantes de las suspicacias. Y es que funcionarios estatales y municipales, así como diputados locales, todos priistas, estuvieron muy activos en las redes sociales mandando fotos con los distinguidos visitantes y bonitos mensajes como “Torreón está mejorando” y cosas por el estilo. Y no es que esto esté mal. Pero para abonar al “sospechosismo”, corrió la especie de que este videoclip forma parte de un misterioso acuerdo con la empresa musical que representa a las estrellas, para que hicieran tomas de la ciudad que sirvieran de propaganda -perdón, promoción turística- al gobierno de la ciudad que preside Miguel Riquelme. Con lo cual cabe la pregunta: ¿de a cómo la gracia? Y ¿quién la va a pagar? Usted sabrá. Por cierto, al alcalde le cayó de perlas esta visita luego de que el Consejo Cívico de las Instituciones Laguna mostrara su reporte de seguridad en el que se indica que, sí, los índices delictivos han bajado, pero no para hacer repicar las campanas. Lo paradójico de la visita del trío fue que en todo momento estuvo protegido por un fuerte operativo de seguridad montado por las policías local y estatal, no vaya a ser que a los malandros que aún deambulan por las calles se les fuera a olvidar que esta ciudad ya es un edén de paz y tranquilidad.
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Los que han llevado muy lejos su rebeldía, hasta niveles nunca antes vistos -ni sospechados-, son los integrantes de ese negocio familiar llamado Partido Verde, que hacen, dicen y ofrecen de todo en su anhelo por captar votos del respetable para la próxima elección del 7 de junio y, de paso, empezar a allanarle el camino al gober de Chiapas, Manuel Velasco, para ir por la Silla del Águila en 2018. Como ha sido documentado por la incómoda Prensa, los “niños verdes” se han pasado por el arco del triunfo todas las disposiciones y amenazas del Instituto Nacional Electoral, que parece estar pintado en la pared. Bueno, pues entre las estratagemas de ese partido-empresa está una que ha causado intriga entre el público lagunero. Nuestros subagentes disfrazados de mensajeros nos reportan que han estado llegando a varios domicilios sobres con una tarjeta de ahorro patrocinada por el Verde. De entrada, el hecho causa extrañeza entre los “beneficiarios” ya que ellos dicen nunca haber solicitado el “beneficio”. Peor aún, a los destinatarios de los sobres preocupa cómo es que los “chamacos verdes” tienen sus datos personales, es decir, quién se los proporcionó y con el consentimiento de quién. Pero lo más raro e intrigante es que, da la casualidad, muchos de esos “beneficiarios” involuntarios serán funcionarios de casilla en la jornada electoral que se avecina. ¡Chanfle! O sea que, murmuran los maldicientes, no se trata sólo de comprar votos, sino también voluntades de personas estratégicas. Qué chulada.
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Nuestros subagentes vestidos de sotana y estola, que ya se preparan para el tradicional Viacrucis viviente de Torreón (el de Semana Santa, no el de todo el año, valga la precisión), nos comentan que luego de la muerte del cura José Rodríguez Tenorio, creador y guardián del Santuario del Cristo de las Noas, que hoy en día es uno de los íconos más importantes de la ciudad, la posesión legal del sitio religioso es incierto. Y es que toda la infraestructura de piedra creada por don Pepe Grillo, como le decían de cariño, se hizo sobre el Cerro de las Noas, supuestamente propiedad de una familia de la Urbe de Adobe, capital de esta provincia. El asunto cobra mayor relevancia porque, como se sabe, el inquilino del edificio más caro de la ciudad, don Miguel, anunció hace unas semanas con bombo y platillo la instalación en el santuario de la terminal del teleférico -obra de “primerísima necesidad”- que supuestamente comenzará este año. Pero, se preguntará usted, agudo lector: ¿se instalará la infraestructura sobre una propiedad privada? O ¿quién terminará siendo el ganón de este negocito? Vamos a ver.
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Dicen las lenguas viperinas con cola de alacrán que el alcalde de Gómez Palacio, José Miguel Campillo, debería vigilar más de cerca el desempeño de algunos de sus colaboradores. Dicen que particularmente lo debería de hacer con el director del Instituto de Ecología y Protección al Ambiente, el panista Hugo Leonel Salas. Y es que, según nuestros subagentes disfrazados de pacas de algodón, en atención a sus compromisos partidistas el funcionario autorizó la operación de una planta despepitadora que es propiedad -ni más ni menos- que de la familia del exalcalde de Torreón, José Ángel Pérez, justo a un lado del fraccionamiento San Patricio, compuesto por una circuito de 25 viviendas cuyos habitantes están más que encanijados por esta situación. Resulta que desde finales del año pasado, la despepitadora de marras comenzó a operar en condiciones irregulares, pero a los pocos meses fue clausurada por el propio ayuntamiento de don Pepe Miguel por no tener los permisos correspondientes, porque de inmediato los vecinos se quejaron y “sutilezas” por el estilo. Desde hace unos diez días la planta volvió a operar, en instalaciones que pertenecieron a una cribadora y que están localizadas a un costado de ese fraccionamiento cerrado, junto a dos grandes centros comerciales del bulevar Miguel Alemán. Se dice que el negocio de don José Ángel obtuvo una licencia condicionada por parte de la dependencia de Ecología, pero la realidad es que apenas inició a operar y ya está ocasionando graves molestias a los vecinos, quienes se quejan un día sí y otro también de los ruidos infernales y de los restos de algodón que, como si fueran hermosos copos de nieve, contaminan el aire y van a dar a los pisos, patios y azoteas de las viviendas del sector. Pero comentan que para obtener dicha licencia, también hubo “apoyo” del director de Urbanismo, Tomás Galván, cuya dependencia determinó, convenientemente, que la planta se ubica en un suelo de uso semiindustrial, pese a que en ese mismo lugar se ubica el citado fraccionamiento. En fin, cosas extrañas que ocurren en estas tierras.
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Y ya que andamos de aquél lado del río Nazas, nos llegan comentarios de que hay varios calefactos que, como buenos visionarios, se están adelantando a los tiempos de clausura del gobierno de Jorge Herrera Caldera, al que aún le quedan dos añitos, para fortuna de unos y desgracia de todos los demás. Uno de ellos es el senador panista José Rosas Aispuro, que hasta hace unos cuantos años bateaba para el equipo tricolor. Cualquiera que visite, por ejemplo, la llamada Ciudad Jardín y recorra sus calles podrá darse cuenta de que ya hay varias bardas pintadas con el eslogan “¡Puro Durango!” que es del llamado “Güero” Rosas. Dicen los que dicen saber que el expriista renegado no anda mal en las encuestas. Bueno, dicen que, al menos, sí anda mejor que el gallo del gober Jorge Herrera, que es el presidente de la capirucha de la entidad, Esteban Villegas, quien nada más no levanta ni un suspiro. Dicen.
