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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

El escándalo del uso particular del helicóptero de la Conagua, esa nueva agencia de taxis aéreos nacional, por parte de su director, David Korenfeld, ha encendido en serio al respetable que, aguzando la mirada y armado con sus teléfonos celulares con cámara fotográfica, comienza a documentar la utilización de recursos públicos por parte de funcionarios descarriados. Un ejemplo región 4 de estas anomalías del servicio público se dio el fin de semana pasado cuando una camioneta oficial, con logos y toda la cosa, de la Dirección de Protección Civil de Torreón fue vista en el mágico y pintoresco pueblo de Parras de la Fuente. La unidad fue captada por uno de nuestros subagentes disfrazados de nogal en la colonia campestre de conocido club que se encuentra a la entrada de esa ciudad, y la foto fue publicada en la páginas de este diario.

La respuesta no se hizo esperar, y el director de la dependencia, Alberto Porragas, dijo que iba a iniciar una “exhaustiva” investigación para conocer las razones por las que el vehículo se encontraba fuera de la jurisdicción del departamento municipal. Comentó que desconocía por qué la camioneta, propiedad del ayuntamiento de Torreón y que se mueve con gasolina pagada con dinero del erario, estaba en el lugar donde fue fotografiada. Y para intentar despejar dudas, don “Tito” juró y perjuró que todo el santo fin de semana él estuvo trabajando en Torreón, por lo que él no traía la unidad. Pero, en contraste, los subagentes comentan que el funcionario fue visto durante esos días en el club departiendo alegremente con amistades y disfrutando del buen clima de Parras. Estas versiones encontradas nos plantean varias posibilidades, todas ellas intrigantes: a) Porragas está incurriendo, como dice el puritano Flanders, en mentirijillas, al igual que Korenfeld, quien fue descubierto en el embuste de que no iba a atender un problema de salud sino que iba a vacacionar con la familia a Vail; b) Porragas posee lo que los aficionados al esoterismo llaman don del desdoblamiento, para poder estar en dos lugares al mismo tiempo; c) Porragas dice la verdad y él no estaba en Parras, lo cual sugiere que d) alguien en Protección Civil está usando la unidad a su antojo, lo que es igual de grave ya que prende los focos rojos sobre la falta de control de los vehículos oficiales sobre todo ahora que están en marcha las campañas. ¿Cuál de estas respuestas cree usted, perspicaz lector, que es la correcta? Ahí se la dejamos.

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Cuentan que las aspiraciones de Miguel Riquelme por ser el ungido como candidato tricolor a relevar a su jefe, el gober Rubén Moreira, están, digamos, encontrando tempestades. Al menos son estos los rumores que corren a la luz de varios hechos públicos, y otros no tan públicos, que se han venido suscitando en la provincia coahuilense. Nuestros subagentes, siempre conscientes del tradicional oscurantismo priista que ve en cualquier gesto al oráculo de Delfos, nos reportan que los favores de don Rubén se están inclinando hacia otra suspirante que, desde el Senado de la República, y muy cerca de los “padrinos priistas” Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, ha ido construyendo su red de apoyo. Se trata de Hilda Flores, exfuncionaria estatal que hasta hace poco era considerada, dicen los que saben, un tanto lejana al gober por aquello que entró al Senado por la puerta de atrás, la plurinominal, al perder la votación, hecho que en su momento enojó al señor mandamás. Decimos que hasta hace poco porque las cosas parecen estar cambiando en el Palacio Rosa de la urbe de adobe, en donde el gober ha comenzado a respaldar las actividades de la senadora de quien se dice es su nueva consentida política. Como anécdota que puede apuntalar esta versión está el hecho de que cuando don Miguel acudió a la ceremonia del 102 aniversario del Plan de Guadalupe, no realizó el tradicional recorrido por la hacienda con el gobernador. Para algunos sospechosistas este es un indicio de distanciamiento, aunque también pudiera tratarse de que el alcalde de Torreón traía prisa o quería evadir las preguntas de la incómoda Prensa. Pero también han ocurrido otros hechos que hacen ver que el edil no goza ya del áurea de triunfo de otras épocas. Bien sea también por la polémica en torno al alumbrado público o por el caso de las cuotas que sigue su curso en el Tribunal Electoral Federal, pero el jurásico priista parece deducir que el camino hacia la anhelada candidatura estatal podría ser bastante sinuoso.

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Quienes andan en plan de unidad y armonía son los panistas torreonenses con el arranque de las campañas de los candidatos a diputados federales. Pero esto no ha sido suficiente para evitar cuchicheos por una situación que se presentó el domingo, día del banderazo de las actividades proselitistas de los suspirantes blaquiazules, y que llamó la atención de propios y extraños. Resulta que Jorge Zermeño, candidato del distrito VI con sede en Torreón, no acompañó a sus simpatizantes en el volanteo y la pega de calcas que se llevó a cabo en los cruceros de la ciudad. La versión oficial de los integrantes del partido fue que don Jorge tuvo que viajar a la capirucha del esmog para atender “asuntos impostergables”, por lo que no pudo estar en su propio arranque de campaña. Pero las malas lenguas, que nunca faltan, dicen que el exembajador de México en España se quedó malacostumbrado a convivir con la realeza de la Madre Patria y que, por lo tanto, eso de andar en la calle pidiendo el voto del respetable bajo el duro sol que ya azota a la comarca como que no le resulta muy atractivo. Comentan que tal vez Zermeño confía demasiado en que su prestigio es suficiente para derrotar a un contrincante que observa débil como lo es Refugio Sandoval, del negocio -perdón, partido- Verde que está respaldado por el PRI. Para abonar a ese sentimiento de unidad que tanto presumen ahora los panistas, don Jorge acudió a la rueda de prensa que el senador Luis Fernando Salazar ofreció esta semana, para saludarlo, tomarse la foto y darle un abrazo en el ánimo de aparentar que las viejas rencillas han sido superadas. Pero a decir de los enterados, ese gesto se asemeja al famoso “abrazo de Acatempan”, ya que corren rumores de que Salazar y el otro jefe del PAN, Guillermo Anaya, dieron la orden a las huestes blanquiazules de hacerle vacío al candidato con el fin de que no gane la elección. Un eventual triunfo de don Jorge implicaría problemas para Luis Fernando en sus aspiraciones de convertirse en candidato a la alcaldía de Torreón, ya que, dicen, Zermeño respaldaría al diputado federal Marcelo Torres. Así que, contrario a lo que aparentan, los panistas siguen dándose de patadas por debajo de la mesa.

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Al que se le ha visto de capa caída en los últimos días es al director de Servicios Públicos Municipales de Gómez Palacio, Antonio Chincoya, luego de las tremendas declaraciones que lanzó en contra del proyecto de modernización de alumbrado público de Torreón. Las bombas que detonó el funcionario de la vecina ciudad en el plan estrella de la administración municipal de La Perla de La Laguna provocaron una virulenta reacción por parte del alcalde Miguel Riquelme y la empresa ganona del enjuague, Construlita. Sin tregua, le arrojaron todo tipo de artillería e, incluso, lo acusaron de difamación y de tener intereses oscuros al descalificar a la concesionaria. El asunto es que la disputa escaló a los altos niveles de ambos ayuntamientos. Nuestros subagentes disfrazados de luminarias apagadas nos reportan que Chincoya recibió una dura reprimenda por parte de su jefe, José Miguel Campillo, por abrir la boca de más y con ello causar una crisis diplomática entre los munícipes. Incluso, dicen que don Pepe intentó convencer a los directivos de Construlita de que se desistieran de publicar el desplegado en el que arremeten contra el director de Servicios Públicos, cosa que no consiguió. Después de la revolución provocada, el ayuntamiento de Gómez Palacio optó por la vieja táctica de guardar silencio con el fin de apaciguar las aguas tan alborotadas. De Chincoya se dice que se le ha visto poco y con cara larga y hasta prefirió no asistir a la audiencia pública organizada por la Presidencia Municipal el domingo pasado. ¿Por qué será?

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Y ya que hablamos de pleitos y disputas, quienes siguen manifestando su desconfianza para con los agentes estatales de Coahuila son los miembros de la Policía Mixta y del Mando Especial que opera en la Comarca Lagunera de Durango. Nuestros subagentes vestidos con fornituras nos cuentan que en los hechos ocurridos el fin de semana pasado en los que tres personas fueron heridas de bala en un bar de Lerdo y arrojadas luego en las calles de Gómez Palacio, los militares que operan de aquel lado del Nazas se hicieron de palabras con los integrantes del famoso GATE y de la Policía Estatal coahuilense cuando éstos llegaron a ver “qué se ofrecía”. Dicen que los soldados que hacen labor de policías los recibieron con palabras altisonantes, les preguntaron que qué rayos andaban haciendo ahí si nadie los había llamado y que mejor le “ganaran” de nuevo a su estado. A los gendarmes de Coahuila no les quedó de otra que hacer caso aunque, eso sí, nada contentos con el trato. Extrañas formas la de nuestras autoridades de entender esa coordinación que tanto pregonan.

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