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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

Ahora que los panistas y priistas decidieron ponerle sabor -amargo- al caldo de las campañas con acusaciones mutuas y demás lindezas, han comenzado a correr como liebres las versiones sobre la “rebatinga” de votos y despensas. A los señalamientos del uso electorero (cosa harto extraña en estas tierras) del programa alimentario del gobierno provincial coahuilense en beneficio de la clientela tricolor, se suman ahora los reportes de nuestros subagentes disfrazados de costal de frijol mal amarrado, quienes nos dicen que las campañas son un negocio redondo, no sólo para los partidos políticos -como el descarado Verde- sino también para los vecinos que las esperan como temporada de “vacas gordas”. Y es que, dicen, en eso de vender el voto está el secreto para allegarse algunos pesillos.

Por ejemplo, cuentan que, en busca de más “beneficios”, recientemente se registró un éxodo de priistas al apenas estrenado Partido Humanista, comandado por el operador expanista y torreonense, Javier López Macías. Dicen además que otros priistas se sumaron al Partido Primero Coahuila, antiguo satélite del PRI, que ahora comercializó -perdón, comprometió- su voto a favor del PAN del clan Anaya-Salazar. Y es que entre algunos grupos de priistas resentidos, representados por lideresas de colonias, el reclamo es el mismo: la concentración de los apoyos de los manoseados programas sociales en beneficio de grupos consentidos por los cuadros cercanos a quienes reparten el pastel. Frente a esto, a la clientela relegada no le queda más remedio que un trasvase de votos a favor del mejor postor, ya sea por despensas o cuotas que, según comentan, van desde 300 a 500 pesotes mientras duran las campañas y desde luego un poco más para el día de la votación. ¿Qué tal? Hermosa democracia la nuestra.

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Y ya que andamos por los escabrosos terrenos del proselitismo, nuestros subagentes vestidos de matracas azules descompuestas nos informan que en el distrito 06 las cosas no pintan tan bien como se esperaba para el exembajador Jorge Zermeño. Y no porque Refugio Sandoval, suspirante del Partido Verde, apéndice del PRI, esté dando una campaña de altura y grandes propuestas. No. Lo que pasa es que don “Cuco”, además de contar con el apoyo de una parte de la estructura del ayuntamiento de Torreón, como ya lo habían reportado nuestros subagentes, también tiene a su favor el tremendo vacío que le han hecho a don Jorge en la estructura panista que controlan el diputado federal Guillermo Anaya y el senador Luis Fernando Salazar. Resulta que Zermeño ha batallado para recuperar el terreno político perdido por sus prolongadas ausencias en la arena electoral, sobre todo en la calle. Cuentan que anda solo, con escasa logística de campaña, sin avanzada ni lema claro que comprometa sus propuestas y que además está usando la misma imagen de campaña de su elección anterior. Sólo llega, toca, se presenta y pregunta a quien lo atiende si se acuerda que él fue alcalde... hace casi dos décadas. Pero lo que más le ha hecho mella es la falta de recursos propios y la ausencia de apoyo de su partido. Y sobre esto último, las lenguas viperinas dicen que los artífices de esto, Anaya y Salazar, no sólo han doblado sus apuestas por la derrota de Zermeño, sino que también han redoblado los “apoyos” económicos vía tarjetas a sus huestes para que no acompañen al candidato y, por supuesto, que no voten por él el próximo siete de junio. Con esos “amigos” no hacen falta enemigos. En fin, al tiempo.

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Tan sólo dos meses les duró el gusto a los empleados de confianza del ayuntamiento torreonense de no ver su sueldo rasurado cada quincena para pagar la cuota “voluntaria” para el partido tricolor y sus filiales, luego de la orden que dio el Tremendo Tribunal Electoral. Pero no sólo eso. Nuestros subagentes disfrazados de escritorios desvencijados nos reportan que la rasuradora ha llegado recargada y está infundiendo terror a diestra y siniestra entre el personal. Cuentan que para esta quincena los jefes de área exigieron a los trabajadores incautos acudir al banco a depositar la cuota que, de acuerdo al cargo, puede ir de los 150 hasta los 300 pesos. Una vez hecho el depósito, los “voluntarios” deben presentar el comprobante a sus jefes quienes cuentan con una negra lista con los nombres de los afortunados y las cantidades que le corresponden a cada uno. Una vez entregado el comprobante, que no se les devuelve para evitar problemillas con el equipo contrario, los fiscalizadores palomean a los felices contribuyentes. Pero ¿qué pasa con los que no pudieron hacer el depósito? Según lo observado por los subagentes, los empleados que con sumo pesar no lograron dar su cuota fueron enviados al departamento de Recursos Humanos para que los dieran de baja. Asustados, tuvieron que pedir prestado para correr a hacer el depósito, cumplir el requisito y evitar el cese. Por si fuera poco, dicen que en cada departamento hay una persona asignada que se encarga de recordar al personal que deben cumplir gustosa y prontamente con este valioso compromiso para con el partido, cuantimás ahora que estamos en tiempos de campañas. Y que a quien se rehúse, la guadaña le espera a la salida. Algunos trabajadores dicen estar hasta la coronilla de esta situación y están pensando seriamente en jugársela la próxima quincena. Vaya cosas de las que uno se viene a enterar.

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Del otro lado del Nazas cuentan que ya salió el peine. Finalmente quedaron en evidencia los “oscuros” intereses por los cuales el ayuntamiento de Gómez Palacio está tan interesado en echar a andar cuanto antes el proyecto de modernización del alumbrado público, el cual ya se aprobó por el Cabildo y ahora sólo se está a la espera de que el Congreso del Estado apruebe el endeudamiento por 160 millones de pesillos que le tocará pagar a la siguiente administración. Y es que, según los subagentes disfrazados de arbotantes, quienes están detrás del negocito de las lámparas son el empresario Valentín Pérez, el exalcalde Mario Calderón y el agricultor José Luis Padilla, quien además es compadre del alcalde José Campillo y dueño del agua tratada de la Planta Oriente, pues tiene la concesión exclusiva por 30 añitos gracias a los regidores de la pasada administración que encabezó Rocío Rebollo, hoy candidata a diputada federal. Dicen que todos ellos, integrantes del grupo de allegados a don Pepe, están preparándose con la conformación de una empresa que podría ser la ganona en el proceso de licitación que se llevará a cabo para sustituir más de 18,000 lámparas de sodio por las de tecnología led. Algunos regidores de oposición ya habían manifestado sus sospechas por la rapidez con que se pretendía someter a aprobación el proyecto, por el que también pidieron ser tomados en cuenta y estar más que involucrados en el proceso de licitación. Cuentan que don Valentín es uno de los empresarios más consentidos por los gobiernos municipal y estatal, pues lleva años a cargo de un Consejo Coordinador Empresarial en el que los ipecos no se sienten representados, pues sólo parecen importar los intereses de esta persona quien, por cierto, tiene un negocio de equipos eléctricos y de iluminación. José Luis Padilla, por su parte, tiene también participación en un ambicioso proyecto de desarrollo habitacional y comercial, en el cual pretende vender el agua de la Tratadora Oriente para que ellos la destinen al riego de las áreas verdes y otras necesidades una vez creado y habitado el sector de viviendas residenciales. Negociazo, pues.

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El que se puso más que listo con lo que parece ser el premio de consolación para Gómez Palacio -a falta del tan cacareado Hospital General- es el director de Desarrollo Económico, Aldo Paúl Ortega. Cuentan los subagentes disfrazados de contratos por debajo de la mesa que, en compensación por los retrasos en el arranque del nosocomio, el gobierno de Durango invierte en la remodelación del centro de exposiciones y el palenque y en la construcción de una velaria en la Expo Feria. Pero lo más intrigante de todo es que, según los subagentes, don Aldo es quien está a cargo de la obra de construcción de la velaria de 6,900 metros cuadrados con capacidad para albergar a 12 mil personas para espectáculos de toda clase, construida con una lona especial y sostenida por una estructura metálica. Dicen los versados en estos temas que con dicha obra el funcionario estaría incurriendo en eso que llaman conflicto de interés, tan de moda en estos días. El director de Desarrollo Económico y también expresidente del Colegio de Arquitectos parece desarrollar muy bien su economía personal mediante este contrato que -muy vivo- no está a su nombre sino al de sus cuates, según dicen. Eso sí, don Aldo tiene experiencia como constructor y se desempeña desde 1999 como socio fundador de la empresa Apo Construcciones que también se especializa en dibujo y supervisión de obra.

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