A todo lo que da está la lucha en el PRI por la designación del sucesor o sucesora de David Aguillón como pastor del rebaño tricolor, puesto que ocupa hoy de forma interina el polémico excontralor de Torreón, Lauro Villarreal.
Nuestros subagentes disfrazados de banderines arrumbados nos comentan que parecía estar todo planchado para que la diputada torreonense Verónica Martínez se quedara con la dirigencia estatal e, incluso, el nombramiento se iba a dar el mismo día de la renuncia de Aguillón.
No obstante, cuentan que desde la capirucha del esmog llegaron órdenes precisas de que se estableciera un procedimiento interno de selección, con lo cual se puso pausa al nombramiento de doña Verónica, quien ha recibido algunos espaldarazos en redes sociales. Dicen que esas órdenes fueron motivadas por el grupo del exgobernador y secretario de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez, quien como se sabe es el principal opositor al moreirismo en la entidad. Y es que en Saltillo no son pocos los que creen que un eventual nombramiento de la diputada Martínez sería para allanar el camino a la candidatura del alcalde de Torreón, Miguel Riquelme, quien no es muy bien visto por la élite tricolor de la urbe de adobe. La idea de que don Miguel es el delfín del gober Rubén Moreira ha permeado a la luz del respaldo que éste le ha prodigado a aquél, aunque el golpeteo ha comenzado a arreciar y asuntos como las cuotas de la discordia, que está investigando el Instituto Nacional Electoral, podrían descarrilar el proyecto riquelmista para beneplácito de otros suspirantes, como Jericó Abramo, exalcalde de Saltillo y novel diputado federal electo. Sin embargo, hay quienes creen que el edil torreonense es sólo la carta visible del mandamás provincial, y que tiene una carta oculta o plan B en la figura del flamante diputado federal Armando Luna, que hasta unos meses fue secretario de Gobierno. En el río revuelto se escucha también que existe la intención por parte de los martinistas de impulsar a Enrique Martínez Morales, actual delegado de Economía en Nuevo León, al que pretenden regresar del exilio como delegado de la Sedesol en Coahuila, en sustitución de Emilio Mendoza Kaplan, y con ello apuntalar su presencia frente a las redes clientelares priistas. Dicen los que saben que el cabildeo de la gente de Martínez y Martínez está muy fuerte en Los Pinos para que los recursos destinados a las obras con las que el grupo moreirista podría pararse el cuello disminuyan y que, en compensación, aumenten los dineros para programas sociales para que Enrique Jr. pueda cumplir su cometido. Pero aquí podría darse otro choque de trenes, ya que el sampetrino Javier Guerrero, exsubsecretario de Sedesol y futuro curuleco, también quiere la candidatura. Se va a poner de a peso.
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Del otro lado del río se escuchan fuertes voces de que que en la capital de los alacranes para nada les ha caído en gracia la campaña anticipada que la senadora lagunera Leticia Herrera está realizando con miras a ser la candidata a la gubernatura de Durango, incluso como independiente si en el PRI le bloquean el paso, como seguramente ocurrirá. Lo que más tiene a disgusto a la élite tricolor estatal es que doña Lety se haya deslindado de la campaña “Yo sí creo” cuando para todos es evidente que ella está detrás de todo el mitote, lo cual viene a incrementar la animadversión que ya genera en Durango capital. El hecho es que, según nuestros subagentes, los priistas duranguenses saben que no tiene posibilidades de ganar, aunque sus allegados se empeñan en esparcir la especie de que ella será la ungida. Pero también saben que tiene mucho dinero y que en base a ello busca posicionarse, aunque de manera infructuosa en la capital, donde carece de bases de apoyo, no así en La Laguna donde el herrerismo es muy fuerte. Y es aquí precisamente donde ven que podría meter mucho ruido, porque hay que recordar que Jorge Herrera Caldera es gobernador gracias a los votos que obtuvo en La Laguna en la elección de 2010. Comentan los conocedores que uno de los factores principales que operan en contra de la senadora es que la economía de la capital del llamado Chiapas del Norte se mueve por el gobierno estatal y que, por lo tanto, las élites económicas tampoco estarían de acuerdo en trasladar el epicentro político a La Laguna, región que siempre han visto con recelo. Por lo anterior, el único camino viable para la exalcaldesa sería el de irse por la libre aunque con pocas probabilidades de ganar pero sí con muchas posibilidades de restar los suficientes votos al PRI para que por fin se diera una alternancia en Durango. Aquí es donde el papel de la diputada federal electa, Rocío Rebollo, también lagunera, podría ser de vital importancia.
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Quien ya perdió todo empacho es Esteban Villegas, alcalde de Durango y virtual delfín del gober Jorge Herrera. Y es que al observar el destape de Leticia Herrera, ha incrementado su proselitismo para granjearse el apoyo de las bases priistas, sobre todo en la Comarca Lagunera. Tanto así que a don Esteban se le vio esta semana muy sonriente cantando “Hermoso Cariño” y hablando de su vida en un noticiario de la televisión lagunera, cosa que el doctor Villegas no tuvo reparo en presumir en redes sociales. Lo que llamó la atención de propios y extraños es que dicho programa se realizó en pleno horario de trabajo, lo cual evidencia que el suspirante ya está más preocupado en subir sus bonos que en gobernar la capital de los alacranes. Nuestros subagentes disfrazados de pájaros en el alambre comentan que los panistas, sobre todo los más afines al herrerismo (porque también hay azules herreristas), están preparando un dardo contra el alcalde duranguense para que explique por qué anda haciéndose proselitismo en horas laborales. Pero no es la primera vez que esto sucede. Hace algunos días Villegas estuvo en Gómez Palacio para asistir a la toma de protesta de José Miguel Campillo como presidente de la Federación Nacional de Alcaldes de México, la Conago de los presidentes municipales priistas, en donde no cuidó las formas y le robó los reflectores al alcalde gomezpalatino, pasando por alto el principio de territorialidad, que es un valor entendido entre los tricolores. Y aunque a Campillo ya le andan calentado la cabeza para que no se deje, difícilmente levantará la voz ya que él es muy, digamos, disciplinado.
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El que continúa causando polémica es el exdirector de la Oficina de Convenciones y Visitantes de La Laguna, Gabriel Cornú Máynez, quien se resiste a dejar el único coto de poder que le queda. Nuestros subgentes disfrazados de “bellboys” nos informan que en los últimos días se han estado llevando a cabo reuniones entre los hoteleros para quitarle a don Gabriel la presidencia -o como le llame- de la Asociación de Hoteles y Moteles de la ciudad, cargo que, a decir de muchos, se arrogó sin que fuera nombrado oficialmente. A las reuniones ha asistido el propio Cornú quien les ha dejado ver a los “insurrectos” que no quiere que le armen una campaña en su contra, como la que se dio para que lo destituyeran de la OCV. Como las negociaciones no han fructificado, algunos hoteleros le han llamado a Ramón Franco, expresidente de la asociación, para que intervenga, pero éste les dijo que él dejó el cargo hace dos años y que, en resumen, tiene mucho trabajo y no quiere meterse en líos. No obstante, suena por ahí que si don Gabriel no cede, los integrantes inconformes están dispuestos a crear otra asociación para dejarlo solo. O sea, la Iniciativa Privada lagunera sigue en plan de división.
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Aunque se había anunciado con anticipación, parece que la visita a Saltillo del secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete, fue improvisada. Al menos eso es lo que se deduce de los problemas que tuvieron con la organización de la rueda de prensa que se realizó en un conocido hotel de la peronera capital. En primer lugar, el salón donde don Alfonso iba a ofrecer su mensaje tuvo que ser cambiado de último momento porque no había energía eléctrica. Luego de que se escogió otro recinto, los afanadores tardaron harto en decidirse en dónde colocar las mesas y las sillas que fueron movidas de lugar en numerosas ocasiones. Incluso hasta el personal del sonido local se molestó con los organizadores por la indecisión y el movedero de mobiliario. Para acabarla de amolar, la conferencia comenzó con casi una hora de retraso, lo que terminó por desesperar a los representantes de los medios y demás asistentes. Las críticas apuntaron hacia la secretaria estatal del Trabajo, Norma González, pues dicen que su dependencia fue la encargada de la organización, y las malas lenguas comentan que con estos errores no quedó muy bien parada con quien es una de las personas de confianza del preciso Enrique Peña Nieto y que hasta podría hacerse acreedora a un regaño por parte de su jefe, el gober Rubén Moreira.
