De forma misteriosa, exfuncionarios del gobierno del Pofre Moreira están cobrando fuerza en estos tiempos y en posiciones clave de los dos grandes agujeros negros del sexenio pasado: transparencia y seguridad. Uno de ellos es Jesús Flores Mier, quien apenas en marzo pasado fue nombrado presidente del Instituto Coahuilense de Acceso a la Información en sustitución de Teresa Guajardo. Y el fin de semana pasado, don Jesús recibió las albricias de que fue nombrado coordinador de los estados para el Sistema Nacional de Transparencia que se instaló ayer en la capirucha del esmog con la presencia del gran tlatoani, Enrique Peña Nieto. Lo curioso del caso es que la carrera de este nuevo zar de la transparencia estatal inició bajo el padrinazgo de Humberto Moreira, en cuyo gobierno, al amparo de las tinieblas, la provincia coahuilense se endeudó como no se había endeudado nunca.
Primero fue director de la Unidad de Transparencia cuando el Profe de la Deuda fue alcalde de la urbe de adobe. Luego, cuando don Humberto brincó a la gubernatura, se lo llevó como jefe del área de Defensoría Jurídica de la Secretaría de Gobierno, para más tarde darle el cargo de subsecretario de Asuntos Jurídicos en la misma dependencia. Ahora don Chuy se integra a las grandes ligas de la transparencia y quien quite y con las palancas adecuadas hasta pueda entrar al Instituto Nacional de Acceso a la Información para, dicen las malas lenguas, cuidarles desde ahí las espaldas a sus patrones. El otro personaje ligado al gobierno de Moreira I es Cristian Méndez Recio, quien hace unos días acaba de asumir el cargo de comisionado de Seguridad Pública en Coahuila, en sustitución de Hugo Gutiérrez. Pero resulta que el joven Cristian fue asistente particular del temible Jesús Torres Charles, cuando éste era fiscal general del estado, precisamente en los tiempos en que la entidad era un auténtico campo de batalla de los cárteles que fueron amos y señores de estas tierras. Con el ascenso de estos inquietantes perfiles, y contrario a los que algunos piensan, las malas lenguas dicen que los tentáculos del equipo del Profe siguen muy metidos en los asuntos públicos de la entidad.
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Luego de que el Instituto Nacional Electoral ordenara en noviembre de 2014 la suspensión de los descuentos aplicados por el ayuntamiento de Torreón a los empleados para las cuotas “voluntarias” del PRI y la Fundación Colosio, corre la especie de que la autoridad municipal se está valiendo de un nuevo disfraz para seguir aplicando dichos descuentos. Resulta que, según testimonios de algunos trabajadores de confianza del Simas, antes de la orden del INE se les hacía la rebaja a su sueldo bajo concepto de “deducción especial” para los gastos del partido, pero de unos meses para acá esto cambió. Dicen que el jefe de Recursos Humanos de la empresa paramunicipal, Javier Alejandro Gutiérrez Ávila, mandó llamar a los empleados para informarles del nuevo esquema de aportación que ahora sería a través de un “préstamo” que nadie ha solicitado y que tienen que pagar a razón del 12 por ciento de su sueldo. El mecanismo de disfraz consiste en la entrega de un cheque con la cantidad equivalente a dicho porcentaje, el cual tienen que cambiar en el banco y entregar el dinero que van descontando quincenalmente. Esta situación ha generado inconformidad entre algunos trabajadores que incluso han acudido ante la Fepade para denunciar el hecho, pero ahí los han bateado bajo el argumento de que es la Procuraduría de la Defensa del Trabajo la que tiene que investigar el caso. Sin embargo, ahí los dejaron hablando solos o, como se dice vulgarmente, chiflando en la loma. Los que siguen de cerca este caso se preguntan si ahora que el Consejo de INE determinó ampliar la investigación y dar vista a la Fepade, se va a incluir este nuevo esquema en las indagatorias, ya que en caso de comprobarse las transferencias hacia el tricolor y su organismo filial resultarían ciertas las sospechas de que en pleno proceso electoral federal al ayuntamiento de Torreón le estuvo dando un “aliviane” al PRI.
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Nuestros subagentes disfrazados de cocineros nos informan que el alcalde torreonense ha aumentado su actividad considerablemente en el interior del estado para reforzar la idea de que él es el bueno para la candidatura tricolor en la elección de 2017. Cuentan que el lunes pasado estuvo en Monclova para asistir al festejo que organizaron los priistas de ese municipio con motivo del triunfo de Guadalupe Oyervides en el distrito 03. Llamó la atención que Riquelme fue de los pocos priistas de fuera que acudió a la celebración y que aprovechó para placearse y hacer migas con la militancia y los dirigentes de esa localidad. Pero esta es sólo una de las varias visitas que ha realizado el inquilino del séptimo piso del Invernadero Mayor a la capital acerera, hoy en crisis. Hace varios días también estuvo en Monclova para participar en una cena organizada por el empresario y diputado local, Melchor Sánchez, en la casa de éste y a la que también asistieron varios ipecos de la región Centro. Comentan que el también exalcalde de Monclova presentó a don Miguel “como el que le sigue a Moreira” y que el objetivo del convite fue pasar la charola para la eventual candidatura del torreonense. Algunos de los invitados dijeron que “sí, cómo no”, pero que necesitaban que Riquelme se comprometiera, casi por escrito, a que ganara o no la elección les va a devolver el favor, ya sea en especie o en dinero. Dicen que el calefacto reaccionó con risas y bromas respecto a la petición, pero al ver que los empresarios estaban hablando en serio, comentó que lo iba consultar con su almohada. Lo que se escucha por aquellas latitudes es que tanto propios como extraños no están convencidos aún de que el jefe político de La Perla de La Laguna vaya a ser el candidato, ya que creen que el moreirismo ha bajado sus bonos en la capirucha del esmog y que la línea para la sucesión gubernamental se va a dictar desde Los Pinos y no desde el Palacio Rosa. Al respecto, los ipecos de Monclova le ven más posibilidades al flamante diputado federal electo, Javier Guerrero, también lagunero, de quien se sabe tiene buenas palancas en el gabinete del preciso Enrique Peña Nieto, vía Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Social, y Enrique Martínez, secretario de Agricultura. Claro, sin descontar que nos quieran encomendar a otro hermano, nunca se sabe.
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Todo indica que a la senadora Leticia Herrera le están aplicando la Ley del Hielo o algo parecido en la capital de los alacranes, en donde están harto incómodos con el destape temprano de la también exalcaldesa del Gómez Palacio. Una muestra de la frialdad con la que está siendo tratada doña Lety es que el fin de semana pasado envió a través de la red social twitter un mensaje de felicitación a la primera dama del estado, Teresa Álvarez del Castillo, con motivo de la entrega del Distintivo México sin Trabajo Infantil al DIF estatal, que la esposa del gobernador preside. Aunque el mensaje iba dirigido a la cuenta de doña Tere, ninguna respuesta obtuvo por parte de ella y la felicitación en general cosechó una escasa cuota de retuits y favoritos. Dicen que esta acritud se debe a que en Durango capital consideran que la senadora no está cuidando las formas en su campaña y que la línea del partido, controlado por gente del gober Jorge Herrera, es hacerle vacío a cualquier cosa que venga de ella. Este hecho contrasta con las muestras de apoyo que ha estado recibiendo la suspirante ahora también a través de desplegados en los periódicos. Por cierto, causó extrañeza que uno de esos desplegados estuviera firmado por Ignacio Corona Rodríguez, el regidor panista de Torreón, a quien sus propios compañeros de partido lo señalan por traer la camiseta del PRI debajo de la casaca blanquiazul. Pero más allá de esto, la marcada raya que ha pintado la estructura estatal del tricolor y el respaldo que ciertos sectores del ámbito político y empresarial han manifestado hacia las aspiraciones de la senadora lagunera, van pavimentando el camino para que ésta se convierta en la posible “Bronca” de la elección del año que entra.
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Y ya que en Durango está de moda adelantarse a los tiempos electorales -si es que puede decirse que exista alguna tregua en este sentido-, en Ciudad Lerdo ya son varios los personajes interesados en sentarse en la silla principal del ayuntamiento. La lista es larga. En ella están Ulises Adame, a quien ya le llaman el eterno suspirante; la presidenta del PRI de Lerdo, Jaqueline del Río, que muy contenta hasta arrancó un programa de mejora de caminos en los ejidos; la diputada local María Luisa González Achem, hermana de Luis Fernando, exalcalde y ahora asesor del munícipe Luis de Villa; el jefe de la Jurisdicción Sanitaria 02, Felipe Sánchez; el director del Cocyted, Elíseo Medina; el exalcalde Carlos Aguilera, y dicen que hasta la suplente de la diputada federal Rocío Rebollo, “Coquis” Espinoza Meraz la quiere. ¿Pues no que el pastel del presupuesto es muy pequeño y poco atractivo en Lerdo? Lo cierto es que los alcaldes de la Ciudad Jardín son los que más ganan en la Comarca Lagunera y por ahí mencionan las malas lenguas que les va mejor con las aportaciones “voluntarias” que hacen los constructores para que les den obra, algo así como el 15 o el 20 por ciento, según dicen.