Si para algo sirvió la visita de Ricardo Anaya, suspirante a la dirigencia nacional del PAN, fue para despejar el panorama sobre por dónde vendría la pichada en Torreón en caso de que resulte triunfador de la elección interna del domingo 16 de agosto. Como era de suponerse, don Ricardo estuvo en la Perla de La Laguna acompañado de los jerarcas del partido blanquiazul en Coahuila, pero no nos referimos a los nominales, sino a los de verdad, es decir, el diputado federal Guillermo Anaya y al senador Luis Fernando Salazar. El asunto es que en la rueda de prensa, a la hora de tocar el tema obligado -para los panistas- de las cuotas “voluntarias” que los empleados municipales entregan al PRI, don Ricardo aprovechó para darle sus palmaditas en la espalda a Salazar, al ponderar la “lucha” y el “esfuerzo” que le ha puesto al caso para terminar con semejante injusticia.
Como se sabe, el senador es uno de los que suspira fuertemente por ser el abanderado del PAN para la alcaldía de Torreón. Y en este sentido, lo que más llamó la atención fue la ausencia en el acto del diputado federal Marcelo Torres, el otro suspirante, de quien se dice se ha distanciado del clan de Memo Anaya en las últimas semanas. Por lo tanto, los futurólogos predicen que de convertirse Ricardo Anaya en el próximo pastor nacional del rebaño azul, Luis Fernando se montaría en caballo de hacienda con miras a la elección interna para la candidatura a la alcaldía. A ver si don Marcelo se deja.
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Cuentan que ya se está cocinando en el Congreso de Coahuila una reforma que tiene por objeto asestar un duro golpe económico a uno de los personajes que aspiran a convertirse en el “Bronco” de esta provincia. Se trata de la Ley de Protección de Animales que se pretende modificar en su artículo 20 a iniciativa del gober Rubén Moreira. Aunque el objetivo manifiesto es acabar con los espectáculos en los que los animales son objeto de maltrato, lo cierto es que hay algunos detalles que permiten ver cuál es la verdadera finalidad. Resulta que luego del triunfo de Jaime Rodríguez Calderón, alias el “Bronco”, en Nuevo León, el ganadero Armando Guadiana Tijerina comenzó a perfilarse como posible candidato independiente a la gubernatura de Coahuila en la elección de 2017. Como sabrá usted, enterado lector, don Armando es conocido por ser uno de los principales empresarios promotores de la llamada Fiesta Brava y por haberle declarado la “guerra” a los Moreira desde el sexenio pasado. Pues ahora que la ley electoral lo permite, pretende entrarle de lleno a la arena política aunque si bien con pocas posibilidades de triunfo, al menos sí para restarle una buena cantidad de votos al partido tricolor. Y como parte de su campaña de promoción el mes pasado anunció que llevaría a cabo una corrida de toros en beneficio de los damnificados por el tornado de Acuña. “Casualmente”, dos días después de este anuncio don Rubén revivió la iniciativa de prohibir la tauromaquia en el estado, iniciativa que en su momento ya había lanzado su hermano Humberto cuando era gobernador, y que ayer se presentó ante el Congreso local. Pero no sólo esto es lo que ha despertado suspicacias. La reforma a la ley de marras curiosamente sólo contempla prohibir los espectáculos taurinos, con lo que otras actividades como el rodeo, la charrería y el palenque, en las que también se usa y, según los defensores de animales, maltrata a estos seres con fines de diversión, se seguirían permitiendo. Es por eso que las malas lenguas ya bautizaron a esta iniciativa como la “Ley Antiguadiana”.
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Informan nuestros subagentes disfrazados de micrófonos que luego de la tan esperada comparecencia de Digital del Norte, supervisora de los trabajos de alumbrado público de Torreón, fue la propia empresa la encargada de despejar las dudas que había sobre su experiencia en este tipo de menesteres. Y es que como se recordará, hace algunas semanas se había cuestionado la trayectoria de la empresa en trabajos de revisión de obras de servicios públicos, ya que su giro es otro. Además, los subagentes han reportado que la concesionaria Construlita, o sea la supervisada, no sólo le paga a la compañía en cuestión por la supervisión, sino que tiene otros contratos dentro del esquema de renovación del alumbrado. Pues bien, para “aclarar” las dudas los representantes de Digital del Norte dijeron que a ellos no les interesa tanto el dinero que puedan recibir por sus servicios, sino la experiencia que puedan adquirir en este tipo de trabajos. O sea que, a los ojos de los maldicientes, la empresa está haciendo sus pininos y experimentando con una concesión que se ha manejado como la más importante en la historia reciente de la ciudad. Con razón, dirán los inconformes con el servicio.
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Y ya que hablamos del alumbrado, corre fuerte la especie de que la concesión va a resultar más cara de lo que en un principio se dijo. Nuestros subagentes vestidos de cables de aluminio nos reportan que aunque la empresa Construlita se comprometió a terminar la reconversión tecnológica de las luminarias de la ciudad en octubre, ésta no será completa. Lo anterior se debe a que va a quedar pendiente la reposición de las lámparas de decenas de colonias que no han sido entregadas al ayuntamiento, y en donde la concesionaria no ha podido entrar a trabajar. Conforme esos nuevos fraccionamientos sean entregados, la empresa realizará el cambio, como era de esperarse. Hasta aquí todo bien. El problema es que esos trabajos serán considerados aparte del contrato firmado el año pasado y para llevarlos a cabo el ayuntamiento deberá firmar un addendum con un costo adicional, claro está, porque nada es gratis en esta ingrata vida. Así que todo este enjuague del alumbrado le terminará costando a la ciudad un “poco” más de los 3,000 millones de pesillos proyectados. Ni hablar.
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Tal parece que los organismos operadores de agua y drenaje de la zona metropolitana se pusieron de acuerdo este verano para sacar a flote todos sus problemas. Ya vimos que el SAPAL de Lerdo está ahogado en deudas y que el Simas de Torreón sólo promete que no va a faltar el agua en las colonias, pero es como si anunciara lo contrario. Pues ahora el Sideapa de Gómez Palacio no quiso quedarse atrás. Y es que la situación de este sistema es cada vez más crítica y ya hay quienes incluso están pidiendo la cabeza de su director, Guillermo Morales, pues no se ve una salida a los constantes problemas generados por el colapso que presentan las redes de drenaje, amén de la ya clásica escasez de agua potable en temporada de calor. Pero también a nivel interno la situación se ha vuelto crítica por los pocos recursos con que dispone el organismo aunado a la administración, digamos, poco eficiente de los mismos. Prueba de ello es que las oficinas del Sistema Rural, el Sideapaar, se han quedado sin el servicio de energía eléctrica en un par de ocasiones. La más reciente fue el pasado fin de semana, cuando los implacables enviados de la CFE acudieron a cortar el servicio en las oficinas que se encuentran por la avenida Mina en el centro de la ciudad. Debido a que el Sideapaar tiene adeudos con la “empresa productiva del estado” (así le dicen ahora), ésta los privó del fluido eléctrico por algunas horas, pues apenas se quedaron sin luz y el director, Carlos Martínez, se acercó a negociar un convenio para pagar en parcialidades (lo que se tiene que hacer para que se acuerden de sus deudas). La ocasión anterior fue hace más de dos meses, cuando el encargado del organismo en el área rural hasta se vio obligado a comprar una planta portátil de luz para hacer funcionar las computadoras y mantener la oficina en operación. Eso sí, a Martínez se la acusa de tener hasta cinco “aviadores” en la nómina del Sideapaar, quienes aunque sí cobran su salario se “olvidan” de las tarjetas de despensa que se entregan a todos los trabajadores, por 1,500 pesos mensuales. Aprovechando el descuido de sus protegidos, Martínez, quien es primo de José Luis Padilla, socio del alcalde José Miguel Campillo, hace efectivas dichas tarjetas cambiándolas por dinero en los centros comerciales. ¿Qué tal?
