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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

No cabe duda que en la política mexicana se sigue la máxima de que todo se vale, como en la guerra y el amor, incluso asumir actitudes contradictorias. Y esto viene a colación por la polémica que se ha desatado en torno a la llamada ley antitaurina, que más bien es una ley “anti-Guadiana”, es decir, una norma para afectar al conocido empresario ganadero Armando Guadiana Tijerina, quien sueña con ser el futuro “Bronco” de Coahuila. Y es que, como ya lo habían señalado los subagentes, resulta por demás extraño que la iniciativa del gobierno provincial sólo vaya por la prohibición de las corridas de toros y no contra otras actividades en las que también se maltrata a los animales, como la charrería o la cacería. Al respecto, está circulando en redes sociales una información inquietante que pone una vez más en entredicho los supuestos afanes del ejecutivo estatal.

Resulta que uno de los colaboradores más cercanos al gober es un conocido cazador que, incluso, no tiene empacho en publicar sus “trofeos” en el ciberespacio. Se trata de Felipe Ramos Jiménez, secretario auxiliar del ejecutivo, también conocido como “El Pato” y persona de todas las confianzas de don Rubén. ¿Sabrá el mandamás de la provincia de las aficiones cinegéticas de su colaborador? Y por si lo duda, los críticos y criticones le recomiendan que le eche un ojo a una foto fechada el 29 de agosto de 2011 en la que Ramos Jiménez aparece en una sierra nevada, con atuendo de cazador, sosteniendo la cabeza de un venado muerto y con huellas de sangre. ¿Y que nuestro país quiera meterse al turismo cinegético con ranchos creados ex profeso, en donde Coahuila es importante? Bueno. Otro hecho que ha provocado extrañeza es que en la página de Internet de la Secretaría de Turismo del Estado se promueve como uno de los principales atractivos de la entidad nada más y nada menos que el Museo de la Cultura Taurina, ubicado en el municipio de Ramos Arizpe, el cual, según dice el sitio web, “ofrece a sus visitantes una interesante reseña de la evolución de la tauromaquia a través del tiempo, así como una serie de testimonios sobre esta cultura”. Recórcholis.

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En estos días en que ha subido el tono de los cuestionamientos sobre la presunta “independencia” del gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, una noticia ha causado revuelo en Coahuila. La semana pasada se dio a conocer que dentro del equipo de transición del famoso “Bronco” quedó posicionada una política coahuilense. Se trata de la escritora y maestra María de los Ángeles Errisúriz Alarcón, quien fue nombrada secretaria técnica de transición en el área educativa. Pero a la hora de hacer la presentación, tanto su nuevo patrón como ella misma olvidaron algunos “pequeños detalles” de su currículum. Y es que sólo se destacó que además de su labor docente y ejercicio literario, doña María había desempeñado cargos en la administración pública federal y que prácticamente toda su carrera política la había hecho en Nuevo León. Pero los que saben de su trayectoria de inmediato saltaron, porque antes de ser directora del Instituto Nacional de Educación para los Adultos y del Instituto para la Capacitación del Magisterio en la hermana república neoleonesa, Errisúriz fue secretaria de Educación en Coahuila durante la administración de Enrique Martínez y Martínez. Pero años más atrás, los implacables registros históricos establecen que fue subsecretaria de Educación Media en tiempos en que el polémico “Profe de la Deuda” Humberto Moreira era secretario de Educación en la entidad. Además, cuando don Humberto llegó a la gubernatura, la nombró directora del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos. Con estas referencias, para los maldicientes queda más que claro por qué doña María quiere borrar su pasado como funcionaria coahuilense y así no despertar más suspicacias en torno a la figura del “Bronco”, que ya comienza a verse que sigue siendo portador del famoso “gen priista” que cultivó durante tres décadas.

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La historia que a continuación relataremos bien puede intitularse “Todo por una foto”. Dicen nuestros subagentes vestidos de jarro de café -como se lo sirven a algunas regidoras en las sesiones de las comisiones- que la lucha por acaparar los reflectores está a todo lo que da entre los ediles priistas y los panistas del ayuntamiento de Torreón. Unos porque buscan algún posicionamiento y otros nada más para hacer sentir su “poder”. Y es que ayer durante la comparecencia de la empresa concesionaria del servicio de limpieza, Promotora Ambiental, convivieron en amena reunión la bancada del PRI y el representante del PRD, Roberto Rodríguez, que ha encontrado entre los priistas a unos amos muy cobijadores. El olor a machaca invadió el sexto piso del Invernadero Mayor a las 9 de la mañana por el desayuno organizado por el primer regidor Miguel Mery, al cual asistieron los ediles del PRI, quienes muy quitados de la pena relegaron a los panistas y a la regidora de Movimiento Ciudadano, Mayela González que, por cierto, muy rara vez se para a alguna de las sesiones que se realizan. El problema fue que al llegar la síndica de vigilancia, Gabriela Casale Guerra, y la regidora panista Verónica Soto, no encontraron lugar y como un par de saleros tuvieron que chutarse toda la reunión en las sillas más incómodas del recinto sin tener donde apoyarse. El reclamo de las damas del PAN no se hizo esperar, pero sus colegas priistas reaccionaron con ácidas críticas. Los ediles tricolores, en vez de hacer gala de su caballerosidad, arremetieron contra lo que llamaron “actitud protagonista” de la bancada del PAN, que no pierde oportunidad de hacer berrinches con tal de “ganarse una foto o una nota”. El más duro fue el regidor Gerardo Alba, quien sin cuidar las formas, asestó: “dejémonos de frivolidades y de buscar la nota para que los tome en cuenta el partido”. ¡Zas! Como puede verse, bonitos son los espectáculos que ofrece el Centro Recreativo Municipal, mejor conocido como Cabildo de Torreón.

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En donde las travesuras parecen no tener fin es en la Dirección de Tránsito y Vialidad Municipal de Torreón. Luego de que se dio a conocer que los muchachos de Ricardo Hamdan andaban de cuidadores de lugares reservados a los funcionarios municipales, y aplicando a diestra y siniestra multas a los conductores en el estacionamiento de la Plaza Mayor, nos llegan reportes de algunos agentes a los que se les está pasando la mano en eso de la aplicación del Reglamento de Movilidad. Uno de los afectados se quejó amargamente porque hace unos días un tránsito lo detuvo por dar una vuelta en donde no debía en una de las tantas vías rápidas (es un decir) de la ciudad. El problema fue que el conductor le hizo ver al guardián del orden vial que en ningún lado decía que la vuelta estaba prohibida. Es decir, que no hay señalamiento que indique la prohibición de la maniobra. A pesar de ello, el agente le dijo -en tono, digamos, poco amable- que lo que había hecho estaba mal y que le hiciera como quisiera, pero que tenía que aplicarle la multa. Como el incauto le hizo ver que se trataba de una arbitrariedad sancionar por algo que no se especifica que es indebido, el agente se molestó y lo amenazó con llevárselo a contar los barrotes de la ergástula municipal. Esta situación refleja que si bien la ignorancia no exime del cumplimiento de la ley, lo mínimo que debe hacer la autoridad es colocar las señales adecuadas en las calles para evitar malas interpretaciones y abusos de los agentes, quienes, como se sabe, son muy afectos a eso de la “cooperación voluntaria”.

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Y a los que ya se les hizo bolas el engrudo con eso de los televisores digitales, regalados a la clientela para “Mover a México”, es al secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, y a su delegado provincial, Héctor Franco López. Nuestros subagentes disfrazados de cajas arrumbadas nos informan que para esta semana estaba programada la entrega de aparatos a 9,000 beneficiarios (así les llaman) en Piedras Negras, quienes muy contentos se disponían a recoger su pantalla digital. Pero, maldita la suerte, la entrega se canceló y la SCT mandó un comunicado avisando que la empresa proveedora no había cumplido con las características requeridas, por lo que se quedaron sin su hermosa tele. El problema fue que a “alguien” se le olvidó notificar a los emocionados beneficiarios de que tendrían que esperar un poco más y unos 400 de ellos se apostaron a las afueras del centro de distribución exigiendo el aparato prometido. Dicen los que saben que la falla estuvo en la coordinación -qué raro- entre la gente de la SCT y los encargados de los padrones de los programas clientelares -perdón, sociales-, es decir, la gente de la Sedesol, encabezada por Rosario Robles a nivel federal y por Emilio Mendoza Kaplan en esta provincia y las oficinas municipales de Desarrollo Social, lo cual habla de los desajustes que se pueden dar hasta entre gobiernos del mismo color.

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