Igual de rápido como fueron aprobadas las recientes reformas enviadas por el gober Rubén Moreira a su oficina legislativa -perdón, Congreso de Coahuila- surgieron punzantes cuestionamientos de un sector del respetable que ponen en entredicho el sustento de las iniciativas y el análisis de los diputados locales; claro, si es que dicho análisis alguna vez existió. Respecto a la prohibición de los matrimonios en menores de edad, uno de los principales argumentos fue el de inhibir los embarazos en mujeres adolescentes. Cosa extraña a la vista de algunos críticos y criticones, puesto que la gran mayoría de las jovencitas encintas son solteras, es decir, los menores de 18 años no se esperan a llegar al altar o ante el juez para tener relaciones sexuales, por lo que ese argumento no ha lugar, como dicen los jueces, y aquí se tendrían que aplicar otras medidas preventivas.
Por otra parte, los agudos espectadores de la cosa pública se preguntan si los H. Representantes Populares consideraron qué va a pasar precisamente con aquellas jovencitas que quedan embarazadas de sus novios y que ahora ellas o su padres no podrán reclamar a los varones que respondan, es decir, que no le saquen a la responsabilidad y contraigan matrimonio para no dejar en desamparo a la futura madre y a su hijo, puesto que este tipo de casamientos ya es ilegal. ¿Acaso papá Gobierno se hará cargo de ellos? Que conste que es pregunta. El argumento que sí tiene peso es el de evitar que hombres mayores contraigan matrimonio con adolescentes con oscuros fines que atenten contra la integridad y el sano desarrollo de ellas.
En cuanto a la famosa ley antitaurina, mejor conocida como ley “antiGuadiana”, impulsada para golpear al empresario ganadero de toros de lidia, Armando Guadiana Tijerina, que quiere ser el “Bronco” de Coahuila para hacerle mosca al PRI en las próximas elecciones estatales, los incómodos preguntones se cuestionan qué va a pasar con esa especie de bovinos cuando entre en vigor la ley. ¿Acaso van a permitir que los manden al matadero? ¿O que los vendan en otros estados para torearlos y matarlos? ¿O tal vez los propios diputados piensan adoptarlos para cuidarlos? Porque la razón de la ley, según los legisladores y el propio gober, es evitar el maltrato animal. Entonces, bien valdría la pena que explicaran cómo van a garantizar que esos toros tengan la vida que según los diputados merecen. En este sentido, el diputado priista Melchor Sánchez sólo atinó a decir: “pues ya no los pueden mandar al ruedo, ahora que los apapachen”. ¡Ole! Otra interrogante que surge con esto del respeto al derecho de los animales -muy loable- es ¿qué va a pasar con la caza y pesca deportiva, la charrería -deporte nacional-, el rodeo y otras actividades que utilizan a estos seres con fines recreativos? ¿Acaso ellos no cuentan? La respuesta la dio el mismo Sánchez, quien dijo que esos temas simple y sencillamente “no están en la agenda”. ¡Oooole! Lo que tampoco parece estar en la agenda es meter en regla a los rastros y mataderos en donde se sacrifican reses y marranos para consumo humano en condiciones bastante cuestionables. Menudo interés el de los legisladores por los animales. Ahora bien, hay quienes dicen que si en verdad existe afán por acabar con todo tipo de maltrato, abuso y explotación de estos seres, el Congreso debería prohibir también la venta y consumo de carne animal. Por cierto, dicen que al finalizar la votación en el Palacio Legislativo, la porra “antitaurina” que asistió al recinto con carteles y mantas fue agasajada con unas suculentas hamburguesas; ojalá y hayan sido de soya, porque no cuadraría eso de que no les gusta que maten a los animales, pero sí comérselos. En fin. Mientras tanto, el número de personas pobres aumentó en Coahuila entre 2012 y 2014, y ahí sí no hay ley efectiva que los ampare.
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Dicen nuestros subagentes disfrazados de despensas, de esas que contienen “nutritivas” galletas de animalitos, que la división del PAN municipal cada vez es más grande. Aunque la apuesta es que María Eugenia Cázares, candidata única en el proceso interno para renovar la dirigencia local, se quede con la Máxima Silla Azul, dicen que eso no significa que tenga el apoyo de las bases. Así las cosas, cuentan que quien se ha echado a cuestas la tarea de realizar un “toca toca” en los domicilios de los panistas militantes es la regidora Ángela Campos, quien al más puro estilo de los priistas llega con su cargamento que consiste en una despensa y la presentación de doña Maru como la “salvadora del partido”. El apoyo que se busca para quien ocupe la oficina de la Comonfort casi esquina con Hidalgo seguro tiene un costo de movilización nada barato, pero se desconoce a quién le está costando, si al partido o a la quincena de la edil que hasta ahora se ha dedicado al deporte de la “veleta”, es decir, moverse para donde el aire apunta. Por cierto, quien ya no se ha movido en todo esto y ni para dar alguna declaración es el excandidato a diputado federal por el distrito 06, Jorge Zermeño, luego del revés definitivo que le asestó el tremendo Trife al ratificar el triunfo de José Refugio Sandoval, con todo y los vales y mochilas verdes repartidas. ¿Será el fin de la carrera política del otrora pilar del panismo lagunero?
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El que de plano ya tiene asoleados a muchos por sus actitudes digamos poco amables y su afición de meter a una buena parte de su familia en la nómina municipal, así como por disfrutar gratuitamente de los cursos de La Jabonera para sus hijos, es “el primer compadre” de Torreón, Armando Cobián Lafont, director de Radio Torreón, la cual después de haber sido una importante y reconocida estación de perfil cultural, se ha convertido en una agencia de noticias particular y plataforma de lanzamiento de la campaña anticipada del jefazo de la Perla de La Laguna con miras al relevo de la gubernatura provincial. Los subagentes reportan que don Armando, al amparo del “columpio” de su compadrazgo con don Miguel, saca provecho económico y en especie de todo lo que se mueve, y que pasa por la báscula a funcionarios municipales de Torreón y hasta a autoridades municipales de Lerdo y de Gómez Palacio. O sea, todos quienes puedan ponerse guapos con un “apoyito”. Dicen que las instalaciones de la difusora, patrimonio municipal, se aprovechan para sacar al aire programas de análisis político y social, con los que se pasa la factura a sus entrevistados cosa que, según los subagentes, se cotiza bastante cara.
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Y ya que hablamos de funcionarios municipales incómodos, todo apunta a que el anuncio atronador que hiciera el jefazo Miguel Riquelme a principios de año en relación a los cambios que haría en su gabinete quedó, como vulgarmente se dice, en llamarada de petate. Y es que han pasado ocho meses desde que el alcalde dijo que le iba a dar una sacudida a su equipo de trabajo, previa evaluación “bien fundamentada”. Pero parece que han tenido problemas con armar dicha fundamentación porque hasta ahora sólo se han dado cambios en las áreas de Catastro y Rastro Municipal. Y no es que no haya tela de donde cortar, pues algunas áreas como Protección Civil, Vialidad, Urbanismo, Inspección, entre otras, han dado material de sobra para considerar que se les dé una buena saneada. Nuestros subagentes disfrazados de tazas de café comentan que hace algunos días don Miguel dijo que él no lleva prisa y que hará los cambios cuando sea necesario. Lo que no aclaró es de cuál necesidad está hablando, si la de él o la de la ciudad. Para el paso que vamos, quizás esta penosa tarea de cortar cabezas vaya a dejarse en manos de quien vaya a quedar como interino, debido a que, como se sabe, Riquelme ya está haciendo sus maletas y prendiendo sus veladoras para contender por la candidatura tricolor para la gubernatura.
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Pues que sí eran, pero ya no. En la misiva anterior le comentamos sobre las ventajas que gozan algunos antros de reciente apertura en la ciudad por parte de autoridades municipales y que uno de ellos era, según versiones, propiedad de Eduardo Olmos, becario del gobierno estatal en la capirucha del esmog. Resulta que el también exalcalde de Torreón se comunicó con uno de nuestros subagentes para aclararle que si bien en tiempos anteriores un familiar suyo era socio de un bar de la misma franquicia, ahora ya nada tiene que ver con el que se inauguró el fin de semana pasado a un lado de la Cámara de Comercio, en el perímetro de la Plaza Mayor. Así pues, queda a consideración de usted, estimado lector, dicha aclaración.
