La semana pasada el fraccionamiento Las Trojes se convirtió en la capital virtual de Coahuila. Por ahí desfilaron alcaldes, exalcaldes, diputados locales, diputados federales y lo más “selecto” de la clase política de la entidad, nada menos que para hacerse presentes en la fiesta de cumpleaños del ocupante del séptimo piso del edificio más caro de la ciudad y suspirante a la Silla Máxima del Palacio Rosa, Miguel Riquelme. Lo ocurrido ahí, según los subagentes vestidos de liebres -de esas que habitan (aún) en los parajes campestres-, fue una demostración privada de músculo político y de cierre de filas que se dio justamente a unas cuantas horas de que el renegado exsecretario estatal, Noé Garza, apodado ahora “El Broncas”, le diera las gracias al partido en el que militó durante 45 años, despotricara contra la dirigencia estatal de Verónica Martínez y de paso acusara de que hay dados cargados en el estado a favor de don Miguel, “heredero aparente” como se dice en la jerga real de Arabia Saudita.
Y es que en cuanto a la cargada de la estructura partidista y de los cuadros políticos en la provincia, queda claro quién lleva mano y no se observa en el horizonte cercano competencia que le pueda hacer sombra. No obstante, las lenguas viperinas dicen que una cosa es querer y otra muy diferente lograrlo, o como dice el refrán popular “del plato a la boca, se puede caer la sopa”. Llamó la atención la presencia de polémicos exalcaldes de municipios de la región, como Jorge Abdala, Guillermo del Real, Jesús Ríos Esteban Marrufo y Pablo González, quienes disfrutaron del convite pese a que ya no están en funciones, aunque dicen por ahí que les tienen varios “pendientes” por travesuras con las cuentas públicas (¿andarán buscando esquina?). En fin, cuentan que de todo se vio esa noche al calor del mariachi, la trova y la alianza que hicieron en la mesa principal el (todavía) rector de la UAdeC, Blas Flores Dávila; el secretario de Educación, Jesús Ochoa, y el pastor del Congreso local, José María Fraustro, quienes a distancia no perdieron de vista a Salvador Hernández Vélez, personaje que se perfila como futuro mandamás de la Máxima Casa de Grillos -perdón, de estudios- de Coahuila.
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El ambiente político electoral también se está calentando en Durango e, incluso, ya alcanzó ámbitos nacionales. Después de que Leticia Herrera, suspirante a la gubernatura de Durango, dijera con desdén aquél “yo ni siquiera lo conozco”, en referencia al exdirigente nacional del PAN, Manuel Espino, quien hizo comentarios por los cuales la senadora amenazó con presentar una denuncia, a este último se le hizo bolas el engrudo. Primero, don Manuel dijo que no le gustaría que llegaran al gobierno personas a quienes se les relaciona con grupos “oscuros” y “extraños”, en alusión a la información que se publicó en diarios de la capirucha del esmog contra doña Lety, y de la cual dijo “yo no inventé nada”. Pero, más tarde, Espino retó a debatir en público a Herrera por que, dijo, él no tiene cola que le pisen (salvo la que le hayan pisado los panistas durante su dirigencia). El encontronazo entre ambos personajes llegó hasta las redes sociales en donde circuló la frase con la que la senadora respondió a los señalamientos: “el que acusa está obligado a probar”. Pero Espino metió reversa y en la misma red pidió a doña Lety que fuera “seria” y le preguntó “¿a quién acusé? No sea primaria”. Lo cierto es que, según cuentan, don Manuel hizo el comentario que generó todo este escándalo “en privado”, nada menos que en la casa de Rafael Herrera, primo y asesor del gobernador Jorge Herrera Caldera. Y es que se dice que el expanista guarda una estrecha amistad con don Rafael y que, incluso, su restaurante llamado El Esquilón, ubicado en el Centro Histórico de Durango es proveedor oficial del gobierno de Durango con la venia -por supuesto- del gober. Más allá de este zafarrancho mediático, lo que se comenta en los pasillos es que los ataques de los detractores de la senadora se concentrarán en las supuestas oscuras relaciones de los Herrera de La Laguna, claro, nada más los de la comarca, porque de los de la capirucha estatal, nada. La guerra de lodo ya comenzó, pues.
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Todo parece indicar que desde el gobierno de Coahuila se ha intensificado la campaña “anti-Chilo” en Saltillo. Sobre todo después de que el alcalde panista de la Urbe de Adobe, Isidro López, hiciera pública su alianza con el empresario incómodo Armando Guadiana y el alcalde udecista de Acuña, Lenin Pérez, para buscar una “candidatura ciudadana” que haga frente al priismo moreirista en la entidad. Resulta que el gobierno provincial ha estado enviando comunicados con jiribilla sobre las reuniones de seguridad que se realizan en la peronera capital, ya que en lugar de manejar el tono triunfalista de las reuniones en otros municipios, en donde se dice que todo marcha sobre ruedas y que las ciudades coahuilenses ya son un remanso de paz, se pondera que en Saltillo es el único lugar en donde, misteriosamente, los robos van a la alza. Y esto a pesar de que tal aseveración no es completamente cierta, sobre todo si se compara con municipios como Torreón, que en agosto pasado registró más latrocinios que la capital provincial. Pero no es todo. El secretario de Gobierno, Víctor Zamora, ha declarado que los problemas de seguridad de Saltillo se deben a que la policía local no está haciendo su chamba y a que el ayuntamiento ha sido renuente a sumarse al Mando Único estatal, contrario a los demás gobiernos locales. Y no es que las cosas anden del todo bien en esa urbe, pero si con el mismo rasero se midiera lo que ocurre en todas las ciudades, sean gobernadas por priistas o panistas, seguramente el clima de seguridad sería otro.
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Ya empezaron a surgir las contradicciones y los reclamos de incongruencia por la propuesta de cobrar a fuerza a los usuarios del agua potable en Torreón la cuota para apoyar al proyecto “Irritila”, que tiene como fin mejorar las condiciones de captación de lluvia en la cuenca alta del río Nazas. Nuestros subagentes vestidos de recibo de agua, de esos que por miles no se cobran en colonias del poniente de la ciudad, dicen que la propuesta del Consejo Directivo del Simas tiene con los pelos parados a los regidores de la Comisión de Agua del Cabildo y a todos los regidores panistas que, hasta el momento, no se han manifestado abiertamente en contra. Y es que aseguran que la oposición no es porque se hagan esfuerzos para frenar la deforestación de la cuenca alta del Nazas sino porque ni los gobiernos de Coahuila y de Durango, y tampoco los municipios de ambas provincias, han aportado siquiera un centavo para impulsar el proyecto de marras y, en cambio, se opta por la salida más fácil que es cargarle la mano al de siempre, es decir, al sufrido contribuyente cautivo.
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Dicen que al que tienen en la congeladora, al menos por un rato, es al primer compadre de la ciudad y director de Radio Torreón, Armando Cobián, a quien debido a sus constantes pleitos con algunos de sus compañeros directores municipales y regidores lo invitaron a participar en las fiestas de aniversario de Torreón e independencia de México pero desde lejitos. Y es que en esta ocasión, el otrora animador oficial del ayuntamiento no fue requerido para conducir los eventos del programa como él esperaba. Cuentan los enterados que esta decisión fue porque le quisieron dar un toque menos cumbianchero y más serio a los festejos. Será el sereno pero tal parece que a don Armando muy poco le preocupó esta exclusión, ya que en días recientes apareció muy contento en las redes sociales en una fotografía tomada durante una fiesta en su casa. El detalle pudo haber pasado desapercibido sino es porque al fondo de la imagen citada se ven varias cajas de despensas, de esas que, según el discurso oficial, se reparten dentro del programa alimentario, pero que los mal pensados dicen que son usadas para seducir a la clientela a la hora de las campañas electorales. Las críticas no se hicieron esperar, por supuesto.
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Los asuntos medio ambientales en la región se han puesto color de hormiga de un tiempo para acá. Y para abonar a la polémica, la semana pasada ocurrió algo que llamó la atención de los ecologistas y los puso en guardia. Nuestros subagentes disfrazados de auras nos reportan que el jueves, de manera inexplicable, el jefazo de Lerdo, Luis de Villa, mandó cambiar las cerraduras del Centro de Educación Ambiental que está en el vivero. Nadie sabe por qué lo hizo, ya que dicho centro fue hecho con recursos federales para que las autoridades estatales de Durango lo administraran. Dicen los que saben que el ayuntamiento ya había intentado en una ocasión mudar a la Dirección de Medio Ambiente a ese edificio a pesar de que es un centro educativo, no burocrático. El asunto es que don Luis se apoderó del lugar, como dicen, por sus pistolas. De pasadita, al cambiar las cerraduras, clausuró también la oficina del Parque Estatal Cañón de Fernández que se ubica en las mismas instalaciones y que hoy se encuentra en medio de una disputa entre dos asociaciones civiles. Comentan que todos los bienes y la información, alguna de tipo confidencial, del Parque quedaron en manos de las autoridades municipales. Según se dice, el cerrajero enviado por el ayuntamiento llegó a la Profepa diciendo quién era y a qué iba, creyendo que era en esas oficinas federales a las que se tenía que reportar, pero luego fue informado de que no era ahí sino un poco más allá.